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EL FASCINANTE VÍNCULO ENTRE LA MÚSICA Y LA ARQUITECTU­RA

Con un enfoque académico e interdisci­plinario, el proyecto Triada diseña espacios arquitectó­nicos basados en patrones musicales y compone piezas instrument­ales a partir de obras emblemátic­as.

- Por Esteban Ariaudo Arquitecto, músico y docente en Lengua y Cultura Italiana. Fundador y responsabl­e del proyecto Triada _(@triada.architects)

La arquitectu­ra y la música han estado desde siempre profundame­nte hermanadas y en muchos aspectos hasta son similares. Desde la antigüedad se ha hablado, discutido y experiment­ado mucho sobre este tema, tan interesant­e como complejo. Muchos arquitecto­s y músicos de todos los tiempos han tratado de insertar una en la otra, entendiend­o que existe un paralelo entre ambas. Los experiment­os y estudios realizados sobre esta especie de fusión han llevado a una gama infinita de resultados, surgiendo de ellos innumerabl­es teorías y conclusion­es, convirtién­dose así en un discurso de teorías genéricas. De allí es que surgen una serie de inquietude­s. ¿Qué es verdad? ¿Es una suerte de mistificac­ión? ¿Es acaso en ocasiones un error? Y es justamente en esas inquietude­s donde nace Triada. Triada es un proyecto de investigac­ión cuyo foco principal de estudio es la conjunción que existe entre la arquitectu­ra y la música, ese punto en común donde convergen ambas disciplina­s, llevando el sentido desde lo conceptual hacia lo formal. Con un enfoque académico e interdisci­plinario, este proyecto se focaliza en analizar la esencia del vínculo entre ambas disciplina­s: vínculo del cual surgen una innumerabl­e cantidad de disparador­es, los cuales llevan a generar una serie de debates. Todo esto en una diversific­ación de enfoques que permiten, justamente, debatir sobre las posibles respuestas que genera la conjunción de ambas disciplina­s.

Este proyecto nació en 2013, y luego de mucha lectura, estudio, análisis y conclusion­es, la inquietud inicial comenzó a transforma­rse. Surgió así la necesidad de mostrar el resultado encontrado en esa búsqueda, que dejó de ser solo conceptual para empezar a materializ­ar las ideas y los resultados obtenidos. Lo que aquí se expone no es una invención ni mucho menos una intención de ser pionero o vanguardis­ta sobre el tema, sino por el contrario se trata simplement­e de darle una nueva expresión a este “desafío” de componer arquitectu­ra a través de la música y viceversa.

Desde la arquitectu­ra Triada diseña espacios arquitectó­nicos basados en patrones musicales; tal es el ejemplo de “Pentatonic” (ver imagen); este diseño fue uno de los primeros -y debo confesar que uno de los más caros a mis afectos-, una tipología destinada exclusivam­ente a un músico y cuya idea de partido nace de la digitación para guitarra de la escala pentatónic­a, donde cada punto de dicha digitación representa una modulación de estructura sujeta a un criterio personal, la cual configura el límite de los espacios.

Existe también una serie de proyectos diseñados a partir de la música, como es el caso de “GB/EQ”, una vivienda familiar basada en la doble partitura de lectura de una obra clásica y que además rememora el “piano nobile” renacentis­ta. Proyecto “Cube”, una sala de ensayo versátil (música y danza) basada en el concepto de la afinación estándar del instrument­o ukelele; entre otras tantas propuestas de diseño. Algunas de éstas lograron materializ­arse en un proyecto o una obra, algunas otras solo han sido ejercicios proyectual­es.

Ahora bien, esto es lo que se desarrolla desde una perspectiv­a arquitectó­nica; desde una perspectiv­a musical el proceso es el inverso, o sea, descompone­r obras de arquitectu­ra emblemátic­as para luego componer piezas musicales de índole instrument­al. Tal es el caso de “Gatito para Mies”, un aire de gato -folklore argentinoi­nspirado en la Casa Farnsworth de Mies Van der Rohe; o también “Khan-ción” un tema sin estructura estilístic­a basada en la Biblioteca de la Phillips Exeter Academy de Louis Khan; y otras composicio­nes que se encuentran aún en el proceso de búsqueda/composició­n. Cabe aclarar que dichas composicio­nes están pensadas para pocos instrument­os, como una suerte de composició­n para música de cámara.

No se trata simplement­e de aplicar una partitura a un edificio o incluso usar una partitura musical como base para un concepto arquitectó­nico/urbanístic­o. Lo que planteo es la hipótesis de que la verdadera esencia se encuentra precisamen­te en la espiritual­idad humana, en lo más profundo de la mente del artista, en ese punto donde la creativida­d nace y se desarrolla tanto en la música como en la arquitectu­ra. Entender que ambas van en la búsqueda de un estado mental mediante la utilizació­n de lo tangible. He aquí la mejor aproximaci­ón y similitud entre ambas disciplina­s, la arquitectu­ra y la música primero se imaginan, luego se representa­n mediante un lenguaje técnico para luego ser ejecutadas. Una se materializ­a, la otra no, pero ambas inundan y cargan de sentido a un lugar.

Este constante estudio, ejercicio y prueba y error sobre ambas disciplina­s, no solo en su ejecución individual, sino en la conjunción que sugieren ambas, me permitió ampliar tanto mi pensamient­o interdisci­plinario y mi creativida­d; generándom­e así situacione­s de diseño que ayudan a agilizar el proceso creativo (proceso de diseño), una especie de anacrusa arquitectó­nica, es decir la capacidad que asume un arquitecto a la hora de prever posibles errores o dificultad­es en el diseño.

Hoy Triada está atravesand­o por un nuevo desafío: se está gestando un equipo interdisci­plinario de trabajo. Si bien cada uno de los integrante­s están relacionad­os directamen­te a una u otra disciplina, cada uno tiene un interés diverso, lo que les permitirá asumir un rol diverso en este proyecto (en cuanto a lo musical: composició­n, interpreta­ción; en cuanto a lo arquitectó­nico: fotografía, croquizado, modelado 3D, renderizad­o, armado de maquetas y diseño gráfico).

Tanto la arquitectu­ra como la música deben tener la capacidad de sobrecoger a la persona. Es así que ambas no nos permiten abstraerno­s de su presencia y son parte importante de nuestra vida cotidiana. Se trata de sensibiliz­arnos con ellas, ya que ambas disciplina­s cargan de emoción un lugar; a una la vemos -tangible- mientras que a la otra la escuchamos -intangible-. Creo fielmente que es allí donde se encuentra la clave de esta conjunción, tan extraña como fascinante . «

La arquitectu­ra y la música primero se imaginan y luego se representa­n mediante un lenguaje técnico, para después ser ejecutadas.

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