La apuesta de Foster y Apple para restaurar un edificio parisino al que incorporaron una gran lucarna.
En una esquina de la célebre avenida parisina, Foster+partners desarrolló una megatienda y espacio de eventos a partir de la recuperación de un edificio Beaux Arts. Los recursos tecnológicos para realzar los detalles arquitectónicos originales.
Dos potencias se saludan, esta vez en la Ciudad Luz. La séptima y más reciente creación de Foster + Partners junto al equipo de diseño de Apple exhibe su flamante impronta en la esquina de Champs-élysées y la Rue Washington. A diferencia de las seis sedes anteriores -edificios a nuevo de distintas geometrías ubicadas en los Estados Unidos, Japón, China, Italia, Emiratos Árabes y Singapur-, Apple Champs-elysées es el resultado de una doble operación: por un lado, la puesta en valor de un típico edificio de viviendas de estilo Beaux-arts del siglo diecinueve que redescubre sus detalles originales para incorporarlos como nuevos espacios contemporáneos. Por otro, el agregado de una enorme lucarna caleidoscópica que corona el vacío sobre el gran patio de ingreso, generando reflejos cruzados del tejido edilicio a lo largo de los distintos recorridos.
El programa arquitectónico no sólo comprendió un conjunto de minuciosas restauraciones; también tiene implicancias urbanísticas e históricas a través de un diálogo entre tradición y modernidad que abarca cuestiones de diseño, tecnología e impacto urbano. Y una reflexión que busca rescatar postales de la antigua vida parisina junto al bullicio de un presente globalizado.
En un recorrido casi espontáneo y natural, al gran edificio en esquina se ingresa desde la avenida Champsélysées, el paseo histórico proyectado a mediados del siglo diecinueve por Georges-eugène Haussmann, el urbanista de Napoleón III. A través de un pasaje caracterizado por su techo abovedado y las columnas a ambos lados, el recorrido desemboca en un patio interior típico de los edificios academicistas franceses.
Paradójicamente, este espacio de recepción fue convertido en el epicentro del principal forum de Apple en el mundo: el Today at Apple, un evento para que los usuarios partici-
pen junto a profesionales en exposiciones y talleres interactivos sobre videojuegos, fotografía, robótica, música, programación y diseño, entre otras disciplinas tecnológicas. “La idea fue entrelazar cuidadosamente varias capas de la historia con espacios contemporáneos llenos de luz”, señalan desde Foster + Partners.
Los detalles originales del edificio fueron cuidadosamente restaurados e incorporados al diseño. Intacto en su esencia, la imagen del patio fue realzada y enriquecida a partir de la colocación de grandes árboles que crean un entorno natural, una suerte de prolongación de los jardines elíseos puertas adentro del edificio. Co-
r Apple Champs-élysées se desarrolla en un típico edificio de estilo Beaux Arts, también denominado academicismo francés.
mo contraste, en el extremo opuesto a la entrada, una gran pantalla led informa sobre las distintas actividades.
Pero el elemento protagónico de todo el espacio es una gran lucarna con forma de caleidoscopio que corona el vacío sobre el patio y sirve como remate del edificio. Este equipamiento se compone de un juego de cristales piramidales que, durante el día, captan la luz natural y la proyectan en forma fragmentada sobre las fachadas internas y en el patio, en una clara referencia a la tradición cubista. Según los autores, “este elemento tecnológico permitió generar una atmósfera en donde se focaliza cada detalle del edificio original, vinculando
r En edificio tiene lugar el Today at Apple, un evento en el que participan usuarios y profesionales en talleres interactivos.
el pasado y el presente”.
A medida que cae el sol, esta claraboya logra imitar aquel efecto diurno gracias a los paneles fotovoltaicos que fueron montados en su parte superior, generando atmósferas variables durante el transcurso del día y según los distintos recorridos y ángulos de visión. El movimiento y bullicio que caracterizan este espacio central se equilibra gracias a la ubicación estratégica de otros espacios adyacentes “silenciosos” con paredes verdes y bancos, destinados al descanso y el reláx.
Tanto las fachadas como las paredes interiores fueron restauradas hasta en los más mínimos detalles,
dejando a la vista en ambos casos la piedra Borgoña original. Una “escalier d’honneur”, una gran escalera de madera de roble y mármol, que también fue íntegramente restaurada, conduce a los pisos superiores. Los pasillos interiores, vínculos originales y lugar de encuentro vecinal de los antiguos departamentos, fueron convertidos en palieres capaces de transportar grandes flujos de personas. Para ellos se propuso una materialidad que contrasta con la imagen del edificio original, con un planteo lineal y muy iluminado, donde se destaca la presencia del vidrio y las textu- ras de color claro.
Según explican los proyectistas, “el edificio fue concebido inicialmente como una ‘colección’ de hogares destinados a la burguesía parisina decimonónica, y como tal fue sufriendo una serie de modificaciones a través del tiempo. Por eso la idea fue restaurar sus espacios de acuerdo al espíritu original pero reimaginándolos, con el fin de crear una yuxtaposición dinámica entre lo viejo y lo nuevo. Esta transferencia en capas de escala y estilo permite a los visitantes apreciar la historia a medida que se recorren las distintas áreas de exhibición”.
Estas antiguas habitaciones devenidas en modernas salas de museo ofrecen desde sus típicos balcones franceses amplias vistas a Champsélysées y el paisaje parisino, con la Torre Eiffel como telón de fondo.
En el proyecto no podían faltar los rasgos de sustentabilidad: el edificio funciona con energías cien por ciento renovables. Además del panel fotovoltaico montado sobre la lucarna -que alimenta la iluminación de todo el edificio-, el agua de lluvia es reutilizada para riego, además de alimentar el flujo de los sanitarios y la limpieza del edificio.
r La restauración del edificio abarcó hasta los mínimos detalles, destacándose la recuperación de la piedra de Borgoña original en las fachadas.
“Con un verdadero estilo parisino, este nuevo buque insignia de Apple es rico en texturas al tiempo que envuelve una gama de experiencias que estimulan los sentidos. El gran emblema de la obra es la superposición que recorre espacios, vinculando lo histórico y lo contemporáneo, lo interior y lo exterior, el cielo y la tierra. Como dato adicional: uno de los departamentos del edificio fue hogar de Alberto Santos-dumont, un visionario y pionero de la aviación. En todo sentido, Apple Champs-élysées es una celebración a la creatividad y la innovación”, concluyen los autores.«