EL DESAFÍO DE DISEÑAR PARA LOS DEMÁS
El deseo de que la creatividad fuera una parte intrínseca de su trabajo acercó a Francisco (33 años) a la arquitectura. “Diseñar para otros representa un desafío pero es sumamente gratificante ver cómo el proyecto toma vida propia a partir de las diversas interpretaciones que hacen los usuarios”, explica. Y cuenta que le gusta la producción del estudio SANAA “por su particular visión espacial, que refleja sus rasgos culturales”; y la de Peter Zumthor por el cuidado que pone en los detalles y la fuerte relación que establece con los materiales. Luego de una “gran primera experiencia” de haber colaborado en el diseño de un mercado barrial con un profesor de la facultad, Francisco quisiera seguir formándose en un estudio. Michel (28 años) trabaja en el área de Infraestructura para el Poder Judicial de la Nación, su primera experiencia laboral relacionada con la carrera. “Lo que más disfruto es pensar y analizar las diferentes formas posibles de habitar y la manera en que las personas viven y perciben estos espacios”, comparte. Y cuenta que en sus primeros días de clase descubrió a Antonio Bonet, su referente a la hora de buscar inspiración. “Me gustaría desarrollar mis propios diseños y conocer más el mundo de la construcción. También realizar investigación o ser parte de la comunidad educativa de la facultad”, concluye.