LO QUE ESTÁ ADENTRO Y LO QUE QUEDA AFUERA
Editorial
Qatar explota de rutilantes arquitecturas. Por citar algunas, al Museo de Arte Islámico de Ieoh Ming Pei (2008), el Centro Nacional de Convenciones de Arata Isozaki (2011) y la Biblioteca Nacional de Rem Koolhaas (2017), que se suman a los espectaculares estadios para el Mundial de Fútbol de 2022, diseñados por oficinas como las de Foster y Zaha Hadid. Todo pareciera indicar que están fortaleciendo su infraestructura turística prevenidos de que las reservas de gas y petroleo, que hoy explotan, no son para siempre.
El 28 de marzo abrió sus puertas otra de estas deslumbrantes obras: el Museo Nacional de Qatar en Doha, diseñado por el pritzker francés Jean Nouvel (página 12). El edificio de unos 33.600 metros cuadrados realizado con una inversión de 434 millones de dólares está inspirado en la “Roca del desierto”, un tipo de conformación rocosa habitual en la región del Golfo Pérsico. Unos 539 discos de distintos diámetros se entrelazan formando un gigantesco edificio que poco parece un edificio.
Sus interiores son también fuera de lo común, con “paredes” levemete curvas que funcionan como pantallas donde se proyecta la información: la historia, el patrimonio y el legado qatarí, que pasó de ser un pueblo nómade pescador de perlas a un país con la mayor renta per capita en la actualidad. Quizás, frente a estos deslumbrantes edificios, valdría la pregunta que se formulara otro pritzker, Alejandro Aravena, cuando inició su ponencia en Córdoba, en el marco de los conversatorios de la gira America(no) del Sud: “¿Qué tanto puede resistir nuestra arquitectura al paso del tiempo? ¿Qué tanto puede resistir a la moda? Que no la veamos al poco tiempo como una bobada.”
Pero además de pritzker, Aravena es oriundo de Sudamérica, un territorio cruzado también por muchos otros y perentorios debates. De esas encrucijadas trata el segmento “Hacia una agenda”, curada por Martín Huberman en el marco de la muestra “Diseño en Acción” en la Fundación Proa, en la Boca (página 6).
A partir de tres leyes recientemente sancionadas: la Ley de Basura Cero, el Nuevo Código de Edificación de la CABA y la Ley de Generación Distribuida, Huberman propone reflexionar con instalaciones, videos y fotos sobre las tensiones entre lo público y lo privado, la preocupación por el destino de la basura, el desafío de la sustentabilidad y las transformaciones urbanas. Tal el caso, de la instalación “Del monoambiente al ‘medioambiente’”, del el estudio FRAM. Propone una maqueta a escala real de la vivienda mínima que permite el nuevo código. ¿La sorpresa? Ver apilados afuera del cubículo una cuna, el televisor, zapatos, ropa, libros... La vida misma.«