LO INUSUAL SURGE CASI SIN BUSCARLO
La arquitectura de Benedetta Tagliabue es altamente experimental desde las formas y los materiales. Resulta obvio con solo ver obras como el Mercado de Santa Caterina, en Barcelona, el Parlamento Escocés, o el Pabellón Español para la Expo Shanghai 2010. Sin embargo, lo que hace singular a la producción de esta italiana de 56 años es la manera en la que llega a esa experimentación. La obra de Tagliabue es sensible al contexto en modo extremo, pero lo suyo no es mímesis, su contextualismo es estructural. Su trabajo no se basa en la copia de formas o en la repetición de materiales, algo que se podría interpretar erroneamente al ver el Centro Kálida en el Hospital Sant Pau que toma el ladrillo de su ilustre antecesor. En el Centro, forma y materialidad, surgen de un compromiso más elaborado con el contexto, y de un contexto más amplio que una colección de imágenes existentes. Los proyectos de Tagliabue incorporan datos de la historia, del lugar y de sus permanencias, para realizar una elaboracón lenta que da un resultado enriquecido y sorprendente casi sin buscarlo. están definidos con la técnica constructiva de la bóveda catalana y se articulan en bóvedas de gran tamaño y bovedillas. Un gran lucernario central modula la luz, simulando la sensación de encontrarse en un espacio exterior, haciendo un juego de luces y sombras cambiantes durante el día.
Al ingresar desde la zona de oncología, el edificio se presenta introvertido, encerrado detrás de la pared de ladrillo cerámico de color, textura y composición variadas con sectores aligerados con celosías en hexágono. Algunas piezas sobresalen contribuyendo a generar texturas adicionales a través de su sombra.
Al traspasar el portón de acceso, el visitante se encuentra en el jardín presidido por un olivo centenario. Del lado Sur, hacia el conjunto de edificios modernistas, el pabellón acentúa su transparencia. Las aberturas están protegidas por lamas de madera y celosías cerámicas que juegan con la luz de las diferentes horas del día y resguardan la intimidad de los pacientes.
En el interior, Patricia Urquiola se aseguró que los visitantes percibieran un ambiente acogedor, amable, casi doméstico. Para lo cual eligió colores neutros para la caja arquitectónica y acentos de color en detalles. El mobiliario aporta tonos cromáticos más luminosos y brillantes para que el espacio también transmita sensaciones dinámicas y positivas. El Kálida Sant Pau es un catálogo de diseño de las grandes marcas del diseño como Moroso, GAN, Cappellini, Flos o Listone Giordano, entre otros. «