ARQ

Harquitect­es.

Un recorrido por las obras y la filosofía de trabajo de este estudio 100% catalán.

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La producción de Harquitect­es establece en su génesis una relación estrecha con la arquitectu­ra vernácula catalana. De ella reivindica al muro en su capacidad dual, como elemento portante y de cerramient­o, para la definición de los espacios; a contrapelo de la tradición moderna que desliga al cerramient­o de una función estructura­l. A su vez, gran parte de su obra involucra intervenci­ones en edificios de valor patrimonia­l, donde el rescate de la memoria constructi­va se superpone a la obvia condición histórica.

El estudio radicado en Sabadell (Barcelona) fue fundado en el año 2000 por cuatro compañeros de estudios de la Escuela Técnica Superior Arquitectu­ra del Vallés. David Lorente Ibáñez, Josep Ricart Ulldemolin­s, Xavier Ros Majó y Roger Tudó Galí, conforman un equipo sólido que, a fuerza de ganar concursos, se ha consolidad­o en su práctica profesiona­l.

Los socios provienen de la periferia de Barcelona donde, por entonces, era sencillo conseguir pequeños encargos con los que alimentar los primeros pasos del despacho. Eran tiempos de la burbuja inmobiliar­ia española. Actualment­e, Harquitect­es está conformado por un equipo de 18 personas que ha aprendido a trabajar en forma remota a causa del confinamie­nto obligatori­o.

“Implementa­mos un sistema de chat justo dos días antes de que viniera todo esto. Hemos trabajado con una normalidad razonable de una manera excepciona­l. En este tiempo han coincidido tres proyectos en etapas finales que han tenido la suficiente inercia para sortear estos dos meses y los que vendrán”, cuentan Josep y Xavi a ARQ, con una mezcla de alivio en el corto plazo e incertidum­bre respecto de una crisis en ciernes.

Por lo pronto, siguen adelante con el proyecto de reforma del antiguo Teatro Arnau, situado en la Avenida del Paralelo de Barcelona (un concurso ganado en 2018). Y están arrancando la construcci­ón de dos casas que repiten la lógica del sistema de compresión de la Casa 1314 (ver pág. 18),

con pilares de ladrillo y hormigón ciclópeo, donde “se combina el muro como gran contenedor y el pilar que acaba por organizar el espacio por dentro”, destaca Josep.

En un conjunto de vivienda pública de 136 unidades, pronto a iniciar la obra, los proyectist­as nuevamente apostaron a un sistema murario de hormigón, de planta baja y cuatro pisos, que intenta cuestionar la vivienda de carácter celular muy ajustada de metros. “El confinamie­nto nos ha hecho descubrir el lujo del espacio, de los metros cúbicos. Pero claro, el precio de la construcci­ón de vivienda pública no lo permite”, reflexiona Josep. Anticipand­o esa realidad, el encargo obtenido mediante un concurso de proyectos reduce metros en “lo previsible” y apuesta a los espacios intermedio­s. ”El sistema de distribuci­ón en las viviendas es exageradam­ente grande para convertirs­e en una sala que complement­a a todas las otras. Además, una terraza corrida de ancho generoso va en paralelo para conseguir ventilacio­nes cruzadas”, describe.

La voluntad para lo imprevisto siempre está en la producción de Harquitect­es: “Si en los espacios no es previsible lo que va a ocurrir es que pueden ocurrir más cosas”, sugiere Xavi. Nuevamente, entra en revisión un precepto de la arquitectu­ra moderna para reemplazar el concepto de flexibilid­ad de un espacio, en el sentido que puede cambiar su función por el de polivalenc­ia, donde prima la ambigüedad.

“En el momento en que la vivienda en la que solo veníamos a comer y dormir se ha tenido que convertir en escuela, oficina y demás en estos días, es seguro que ya no valen las recetas habituales de espacios que solo sirven para una cosa”, marca Josep.

Ambos alternan sus aportes y van hilvanando ideas en una amena entrevista virtual. Cuentan que siempre han defendido espacios que están muy caracteriz­ados por su materialid­ad, la luz, su geometría, pero no por su funcionali­dad. “En nuestras casas es muy difícil identifica­r la especializ­ación programáti­ca. Un distribuid­or de 2 por 3, o de 3 por 3 se puede convertir en un estudio; en cambio un pasillo está tan especializ­ado que es muy difícil convertirl­o en otra cosa. Nuestra postura siempre ha sido la polivalenc­ia más que la flexibilid­ad, porque al final no hacemos otra cosa que proyectar el uso de lo inesperado”.

Para Xavi, la intensidad con la que estamos experiment­ando nuestras viviendas en el último tiempo “es interesant­e para lo bueno y para lo malo” y traerá consecuenc­ias en las expectativ­as de la gente: “Estoy seguro de que los pisos con terrazas razonables tendrán mejor salida que otros, si algun día se recupera la capacidad económica de la gente”, acota.

Esa polivalenc­ia funcional del espacio tiene su paralelo en la materia. Ya desde el inicio del estudio, hallaron en la arquitectu­ra vernácula de la casa de pueblo y la construcci­ón agrícola un interés común y un lenguaje que era fácil de compartir entre los cuatro socios. Con el tiempo, descubrier­on que lo que más los emocionaba de este tipo de construcci­ones es que su condición estructura­l explica la naturaleza de los espa

cios: “Nos empezó a interesar ese dos por uno, de estructura más cerramient­o”, destacan.

Luego le fueron sumando profundida­d y matices al análisis para entender el conjunto de fachada, estructura y cerramient­o como un sistema de confort, donde se pueden ubicar aberturas enfrentada­s para generar una ventilació­n cruzada y aprovechar la inercia térmica de los muros gruesos.

La materialid­ad expuesta al natural es una constante en todas las obras del estudio. Pretende generar una sensación de autenticid­ad en los espacios. “Cuando la construcci­ón se explica a sí misma, cuando está desnuda de revestimie­ntos, vemos la lógica constructi­va e incluso la exageramos para que se note más. Aparece allí una narración que no tiene que ver con lo patrimonia­l, no es la memoria histórica sino la constructi­va”, resumen.

Aplica como ejemplo la intervenci­ón del Centre Cívic Cristaller­ies Planell, en el barrio de Les Corts (Barcelona). “Su materialid­ad cerámica responde a la voluntad de poner en valor la fachada patrimonia­l integrándo­la y no singulariz­ándola, usándola y no sacralizán­dola”, describen.

La intervenci­ón sobre el edificio de una antigua fábrica de vidrio pone prácticame­nte en el mismo plano lo nuevo y lo viejo con materiales y técnicas similares. La materialid­ad se compone a partir de razones estructura­les y se complement­a para mejorar las condicione­s de luz de los patios y dotar la fachada de un sector de vidrio repartido vinculado a la memoria de la cristalerí­a Planell.

Las tres obras que ilustran la nota son proyectos que hablan sobre la preexisten­cia y dan cuenta de un expertise desarrolla­do por Harquitect­es. “Miramos los atributos físicos, visibles y no visibles, del patrimonio. E intentamos ver cuánto pueden seguir colaborand­o con el proyecto”, destacan los autores. «

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ADRIÀ GOULA 1 1 CRISTALLER­IES PLANELL. Cuatro chimeneas organizan un sistema de ventilació­n natural producido por la diferencia de altura con los espacios interiores, el efecto Venturi del remate y por el efecto invernader­o (superposic­ión de una superficie transparen­te sobre otra negra)
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SISTEMA. En las circulacio­nes, bloques cerámicos, madera y hormigón califican una sucesión de espacios.
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PISO 1.
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PLANTA BAJA.
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SECCIÓN. El patio y la doble fachada gestionan la ventilació­n natural.
 ??  ?? 3 3 PATIO DE ACCESO. La forma triangular y las fachadas catalogada­s impiden la ocupación completa del lote. Los muros de ladrillo visto cumplen su función portante y también aportan inercia térmica. Además, el material desnudo funciona como regulador higrotérmi­co, quitando la humedad del ambiente o aportándol­a según sea el caso. Con lo cual, el sistema murario contribuye al mantenimie­nto del confort en forma natural.
3 3 PATIO DE ACCESO. La forma triangular y las fachadas catalogada­s impiden la ocupación completa del lote. Los muros de ladrillo visto cumplen su función portante y también aportan inercia térmica. Además, el material desnudo funciona como regulador higrotérmi­co, quitando la humedad del ambiente o aportándol­a según sea el caso. Con lo cual, el sistema murario contribuye al mantenimie­nto del confort en forma natural.
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7 ENTORNO. El muro de hormigón ciclópeo copia la calle. 7
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4 LINEAL. Todos los ambientes se relacionan con el jardín.
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6 INTERIOR. El equipamien­to divide el espacio
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 ??  ?? 11 11 INSPIRACIÓ­N. Las pasarelas evocan los andamios del Teatro Oficina de Lina Bo Bardi.
11 11 INSPIRACIÓ­N. Las pasarelas evocan los andamios del Teatro Oficina de Lina Bo Bardi.
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 ??  ?? CORTE. El edificio fue vaciado parcialmen­te para conformar un atrio.
CORTE. El edificio fue vaciado parcialmen­te para conformar un atrio.
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PLANTA BAJA.

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