Departamentos atípicos.
En el edificio diseñado por Juan Pedro Rubio y Agustín Cubero, los departamentos tienen grandes expansiones, terrazas verdes y jardines. La planta baja se destinó a cocheras y los espacios comunes, en el primer piso, fomentan el encuentro.
Detalles del complejo diseñado por Juan Pedro Rubio y Agustín Cubero.
El conjunto AER La Pampa es un edificio de viviendas de densidad media desarrollado en contacto estrecho con el Parque Lineal Donado Holmberg, el megadesarrollo inmobiliario que se consolida sobre el borde noreste de Villa Urquiza, en su límite con Belgrano R.
La obra se integra a un paisaje heterogéneo, donde los condominios de líneas contemporáneas y los espacios gastronómicos y recreativos le siguen ganando terreno a las ruinas de la fallida traza de la autopista AU3.
Los criterios adoptados para crear esta cuidada pieza -proyectada y dirigida por el arquitecto Juan Pedro Rubio y el ingeniero civil Agustín Cuberoresponden al concepto de comunidad de escala menor, de vecindario. “En principio buscamos alejarnos de la vida en espacios impersonales, donde los habitantes no se conocen entre sí, para retomar la idea de espacios de calidad, abiertos, ventilados y con la capacidad de fomentar el intercambio de vecinos”, explica Rubio.
El conjunto tiene una estructura independiente de hormigón armado y cerramiento de mampostería. Está compuesto por dos volúmenes de cuatro niveles enfrentados y comunicados entre sí a través de pasarelas semicubiertas. “La implantación aprovecha al máximo las virtudes del entorno y el lote generando situaciones que por lo general no se encuentran en los edificios de propiedad horizontal, como las grandes expansiones proyectadas en relación directa con los ambientes principales. El resultado es una articulación de espacios con diseño de vanguardia muy bien iluminados y ventilados”, puntualizan los proyectistas.
Cada bloque alberga un programa compuesto por 29 unidades de uno, dos, tres y cuatro ambientes, distribuidas entre el primero y el cuarto pi
so. Las viviendas -que disponen de terrazas verdes, pileta y jardín- tienen como acceso un puente semicubierto particular con vista a las áreas comunes. “La combinación de distintas tipologías surge a partir de la búsqueda de la individualidad de cada departamento dentro del conjunto”, destacan los autores.
En la planta baja se distribuyen 40 cocheras cubiertas y tres descubiertas, y un local comercial que da a la calle. En el primer piso se dispone el área de usos múltiples, compuesta por una plaza de juegos para niños, gym, sauna, laundry, vestuarios, y un solarium con pileta descubierta climatizada para adultos y niños.
El proyecto consolida todo el frente disponible, organizando el conjunto a partir de un patio central y dos patios laterales, atravesados y recorridos por un sistema circulatorio de pasarelas. “Este espacio descomprime la separación entre ambos bloques y, a la vez, organiza el sistema de acceso a las viviendas. La idea de vecindario que proponemos se reconoce fuertemente en los pasillos, en el vacío central y en la generación de visuales cruzadas. También en el primer piso, donde se recupera toda la superficie ocupada por las cocheras en la planta baja”.
Todo el conjunto se organiza a partir del patio central y dos patios laterales que conforman “espacio urbano” y están atravesados y recorridos por el sistema circulatorio de pasarelas peatonales. Este espacio descomprime la separación entre los dos bloques a la vez que organiza el sistema de acceso a las viviendas. Cada departamento tiene un ingreso personal, único, dado a través de un puente semicubierto, con vistas a los espacios comunes, que genera una sensación de vivir en una atmósfera muy distinta a la del caos de la ciudad y al mismo tiempo aporta identidad.
Un punto que destacan desde Cubero-rubio es el diseño y valor de las expansiones. Según explican, “los balcones y terrazas tienen dimensiones y características espaciales definidas que permiten su uso en el frente y el aterrazado, favoreciendo el asoleamiento en el contrafrente, las terrazas y patios privados y piscinas”.
La fachada principal se caracteriza por su diseño en acero corten que, en conjunto con las barandas de vidrio y la volumetría del acceso, habla de una suerte de “límite virtual” entre obra y espacio urbano.
“También consideramos poco común para este tipo de edificios la idea de entrar desde abajo a un espacio que es semipúblico y expuesto a los agentes climáticos. Es casi como entrar a una casa con patio, en este caso el primer piso”, dicen. Se trata de un espacio intermedio de calidad que funciona como barrera ante el ruido y el ritmo de la vida exterior. “Decisiones proyectuales que, en tiempos de cuarentena, son especialmente valoradas”, concluyen los autores. «