LAS CONDICIONES DEL SITIO HACEN A LA ARQUITECTURA
Editorial
Como anunciamos días pasados, está abierta la convocatoria a estudiantes de todo el país para participar en la edición 20 del Premio Clarín SCA. Esta semana, festejamos en la sección que dio origen a dicho certamen, la publicación del trabajo de María Jessica Silvero Ruiz perteneciente a la primera camada de egresados del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UNSAM (pág. 22). Este Instituto que forma parte de las jóvenes universidades públicas del conurbano bonaerense, se propone -como señala su decano Claudio Ferrari- formar a los estudiantes “con un cuerpo de conocimientos capaz de dar respuesta creativa a necesidades humanas postergadas en nuestro territorio, dotados de pensamiento crítico, capacidad de exploración y resolución de problemas, con énfasis en la sustentabilidad ambiental, la técnica y la responsabilidad social.”
María Jessica planteó, para el tejido superpoblado de galpones de Villa Lynch, perforar la manzana con viviendas, equipamientos y mucho espacio público. ¿Cómo lo hace? Con un sistema versátil, modular y repetitivo, de gran porosidad que propone patios y terrazas en todas las unidades. Y con el uso de paneles compuestos por madera y botellas de plástico recicladas.
Esta mirada comprometida con el sitio y con los recursos tiene coincidencias con los trabajos de SAA arquitectura+territorio, la oficina del arquitecto chileno Sergio Araneda. Sergio nos presenta tres casas en entornos y paisajes diversos para los cuales conceptualiza tres ideas diferentes (pág. 14). El Refugio Impluvium busca a través de un vacío central bañar de luz los recintos de una construcción ubicada en un bosque denso en la reserva ecológica de Huilo Huilo, en el sur de Chile. La Casa Muelle, en cambio, luce sobreelevada sobre una pendiente con la idea de tener siempre presente el horizonte del mar en Pichicuy. Y la Casa Corredores, ubicada a orillas del lago Rupanco, se compone de tres bloques orientados al norte que esquivan y se entrelazan con la trama de árboles existentes.
El caso del trabajo de María Jéssica es dentro del territorio de la investigación: ¿Cómo mejorar o remediar la calidad de vida de esos tejidos compactos del conurbano? En el de SAA, la pregunta es cómo intervenir con respeto, creatividad y sensatez en enclaves naturales, casi vírgenes. En esta edición de ARQ, tenemos un tercer caso relevante que es cuando se debe operar sobre una preexistencia, de gran presencia. Mariani Perez Maraviglia Cañadas intervienen en una estructura de 14 pisos de 40 años que iba a funcionar como hotel sindical en una ubicación histórica para Mar del Plata (pág. 6). La reciclan completamente, convirtiéndola en dos torres apareadas, con viviendas y gran oferta de amenities. Transforman así un esqueleto abandonado en un nuevo mojón para la ciudad balnearia.«