MPMC en La Perla.
El estudio MPMC Arquitectos diseñó un conjunto de usos mixtos a partir de la estructura inconclusa de un hotel sindical. Cómo es la estrategia que apunta a revitalizar la zona.
Convertirán una vieja estructura abandonada en un edificio de usos mixtos.
El estudio Mariani Pérez Maraviglia Cañadas (MPMC) lleva medio siglo transformando Mar del Plata. Y el paso del tiempo no ha cambiado un ápice su objetivo.
De hecho, su proyecto más reciente se encuentra en un enclave histórico de la ciudad y parte de una vieja estructura hotelera.
Royal Park, el nombre del desarrollo, será un edificio de usos mixtos en un área mítica: a pocos metros del monumento a Alfonsina Storni, en La Perla, en la misma manzana donde Patricio Peralta Ramos construyó la capilla Santa Cecilia entre 1865 y 1873 en memoria de su mujer fallecida; y cuya fachada delineó las direcciones con las que el ingeniero Chapeaurouge trazó las calles del pueblo costero.
Sobre esta zona fundacional, próxima al mar y a la huella del arroyo Las Chacras, se emplazó hace décadas un hotel sindical que no terminó de construirse y que está en proceso de recuperación como complejo de locales comerciales, viviendas, amenities y oficinas.
El estudio afirma que el proyecto puede explicarse en cinco movimientos “o arquipartes”, que son elementos que se trabajaron cada uno por su cuenta para luego ser cotejados, puestos a prueba y ajustados en función del proyecto en su conjunto.
Estas arquipartes están compuestas por la estructura, el volumen de viviendas, el basamento, la rampa vehicular y al concepto de sustentabilidad. De la interrelación entre éstas, surge Royal Park.
“Intervenir sobre una estructura de más de 40 años significó un desafío importante para nosotros y nuestros asesores”, confiesan los autores. En efecto, el esqueleto, compuesto por un basamento y torre, requirió de una ingeniería de diagnóstico para conocer el estado y las acciones de remediación. “Estas se centraron en optimizar la función de la estructura,
sometiendo al modelo a un análisis con las condiciones actuales de la normativa que incorpora el viento como variable de cálculo, para reforzar allí donde indicara el estudio”.
La planta estructural se ajustaba al programa hotelero clásico, con una grilla modular en doble crujía, habitaciones con sus baños, un pasillo infinito y un núcleo vertical.
En primer lugar, el basamento, determinado por alturas y espacios para las funciones de un hotel, se reconvirtió y refuncionalizó por completo. El nivel cero del proyecto, dispuesto frente a Santiago del Estero, se convirtió en el hall de acceso a los departamentos, mientras que en el frente del basamento, que da a Diagonal Alberdi, se dispusieron una secuencia de locales comerciales y oficinas. El gran hall de 350m2, con una marquesina de 35 metros que lo enmarca, fue espacializado en base a practicar unas perforaciones en la losa del nivel +3.10, que permiten jerarquizarlo y dotarlo de la escala requerida. La pretensión de emular un
lobby de hotel conformó un tándem entre el diseño y una gran instalación que actuará como unificador de espacios fragmentados.
Esta relación amable con el frente urbano intenta generar una cuadra que se distinga por su discreción y valorización cualitativa.
Completan este basamento una serie de amenities distribuidos en tres niveles: el lavadero y sanitario/vestuarios de personal en el nivel +5.50, un gimnasio en el nivel -3 y un espacio de relax en doble altura, frente a una pileta semiolímpica con una batería para hombres y otra para mujeres de sanitarios, duchas y vestuarios. Completa este nivel -6.30, un baño UMR, un espacio para tratamientos de relax y un salón de usos múltiples.
El volumen de viviendas, por su parte, ocupa catorce pisos con un largo pasillo y un único núcleo. “La primera decisión fue organizar una planta de arquitectura que se ajuste a la normativa, sumando otro núcleo de circulación vertical. Esta configuración produjo dos torres apareadas, situación que jerarquizó los departamentos y determinó plantas de ocho departamentos a cada lado”, explican los proyectistas.
La modulación previa y ocho tabiques estructurales determinaron una constricción proyectual a priori que, sin embargo, posibilitó el diseño de unidades de distintos metros, repartidas entre los monoambientes y las de dos y tres ambientes.
Para la envolvente de este volumen se diseñó un sistema de fachada ventilada, que conforma una solución sustentable en conjunto con las carpinterías con DVH.
Por último, en lo que respecta a la sustentabilidad, la reutilización de un edificio mediante estrategias de rehabilitación y la conservación de su estructura base es lo que el estudio consideró como una decisión adecuada. A esto se suma el uso de la fachada ventilada como sistema complementario de las carpinterías con DVH, las que confieren a la propuesta un índice de compromiso ambiental en línea con los fundamentos de diseño que MPMC puso en práctica desde sus orígenes.
Royal Park es, por lo tanto, la expresión de la trayectoria de un grupo de arquitectos sobre un área fundacional que encontró en su estrategia una mano revitalizadora. «