El ADN de una región, expresado en una torre
En Resistencia, Estudio Marq diseñó un edificio de viviendas que exhibirá las especies vegetales extraídas en el terreno en sus terrazas, accesos y basamento. El origen de su nombre.
A tres cuadras del Parque Intercultural 2 de Febrero, sobre una avenida con bulevar y árboles frondosos, se levantará una torre de 26 pisos que albergará a 88 departamentos. No se hará de una manera convencional, si no de una manera singular para Resistencia. Se trata de incorporar en la capital chaqueña un concepto de lujo que involucra buena espacialidad, referencia a la identidad cultural y natural de la ciudad y sencillez.
“Queremos un futuro más consciente y con Torre Natalini lo estamos haciendo. Seremos la torre residencial con más equilibrio entre naturaleza y arquitectura”, explica la arquitecta Alejandra Maro, y detalla: “Desde las premisas de diseño, buscamos crear un edificio que pudiera guardar la identidad del lugar”.
La torre se emplazará en una hermosa esquina, caracterizada por su abundante vegetación, de distintas especies autóctonas y foráneas “que componían un gran jardín. Previo a comenzar las obras, realizamos un trabajo de extracción, traslado y trasplante de un 70% de los árboles, además de preservar cada especie en plantines generando así una reserva que será reinsertada en distintas partes del edificio como basamento, ingreso y terrazas”.
El estudio optó por una estructura de perímetro libre que le otorgará ventilación e iluminación natural a todos los ambientes habitables, así como un contacto directo con la naturaleza circundante.
Los autores describen al proyecto como un “diseño estructural de líneas fuertes que ascienden desde la planta baja, sin transiciones o desvíos, optimizando la ejecución y minimizando plazos de obra”.
En cuanto a las unidades, el estudio se propuso lograr un producto de calidad con un precio acorde. Su estrategia se basó en ampliar la oferta para minimizar el riesgo; incorporando materiales de bajo mantenimien
to y alto confort.
Así, surgieron unidades que van desde los 45 a los 150m2 en dos, tres y cuatro ambientes. De esta manera, “logramos un producto altamente competitivo, con una imagen icónica para la ciudad y, sobre todo, con el compromiso de sustentabilidad en las pautas de diseño”.
La conjugación de materiales puros en un gran volumen, más la espacialidad del diseño y la vivacidad de la vegetación, resultan en el carácter singular de la obra.
El proyecto contempla la utilización de doble vidriado hermético con filtro de baja emisividad, lo que permitirá disminuir la transmisión de calor hacia el interior de las viviendas. A su vez, en la fachada más expuesta del proyecto se redujeron las superficies vidriadas de modo de buscar la mayor eficiencia energética en consumo previsto para los equipos de aire acondicionado.
Además, la torre contempla un espacio para una terraza verde en la zona de amenities y en la azotea general. Esta fue pensada para solucionar la dilatación y contracción que sufren las losas por los cambios bruscos de temperatura, evitando fisuras y logrando el máximo confort en el último nivel habitable.
“Desde nuestros inicios, sabemos que el perfil de usuario para Natalini es el de aquel que sabe disfrutar y se reconoce en la creatividad y los buenos detalles. Trabajamos cuidadosamente en eso, seleccionando con nuestro equipo cada uno de los elementos a ser vividos por nuestros clientes”, asegura Maro.
Bajo estas premisas se construirán los 26 niveles de unidades, 4 subsuelos de cocheras, una planta baja con tres locales comerciales y un piso para los amenities, que incluyen pileta, sum y gimnasio.
El nombre del ingeniero Mario Bruno Natalini, quien llegó a Resistencia en 1959, inspiró el de la torre. Los autores lo eligieron por la dedicación de este profesional rosarino en la consolidación de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) como profesor en Arquitectura y por su valioso aporte como fundador de la Facultad de Ingeniería; en donde se formaron quienes hoy transforman la ciudad.«