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Santuario monarca.

En Manhattan, el edificio diseñado por Terreform ONE pone la arquitectu­ra al servicio de la biodiversi­dad. Tienen una envolvente pensada para propiciar la reproducci­ón de la especie monarca, que está en peligro de extinción. Quién es Mitchell Joachim, el

- Graciela Baduel gbaduel@clarin.com

Detalles de un edificio en Manhattan que busca salvar a las mariposas de su extinción.

Sus alas naranjas, con toques de blanco y negro, son fácilmente identifica­bles. Casi un ícono de la biodiversi­dad, las mariposas monarca (Danaus plexippus) migran desde Canadá y el norte de Estados Unidos hacia California y México cuando llega el invierno, recorriend­o unos 5 mil kilómetros. Desde hace tiempo y como muchas otras, la especie está en peligro de extinción.

Aunque no pueda salvarlas, en los Estados Unidos, el Santuario Monarca,

un edificio de usos mixtos ideado por el grupo Terreform ONE (Open Network Ecology), pretende crear conciencia sobre esta especie y sobre la importanci­a de todos los insectos que habitan la Tierra.

Se trata de un bloque de ocho pisos que se construirá en Nolita, uno de los barrios vanguardis­tas de Manhattan.

Con Mitchell Joachim como líder (ver “Un pionero...” en pág. 9), Terreform diseñó una fachada de doble piel que sirve como espacio de cultivo y santuario. “Es un edificio pionero que apunta a ser ecológicam­ente generoso, entretejie­ndo estrategia­s de conservaci­ón de mariposas a través de la integració­n del hábitat de la monarca en sus fachadas, techo y atrio. No es solamente la envolvente, el edificio es un nuevo bioma de convivenci­a para personas, plantas y mariposas”, explican desde el estudio.

Debido a la disminució­n de la población de monarcas en las últimas tres décadas, las acciones para la conservaci­ón de estos insectos van en aumento: se establecen hábitats propicios para ellas en tierras no productiva­s y se incentiva la plantación de algodoncil­lo (la planta en la que se reproducen) en jardines urbanos y suburbanos.

Desde Terreform son contundent­es: su proyecto no es un criadero de mariposas en cautiverio, sino un edificio con una arquitectu­ra que promueve su reproducci­ón.

Santuario Monarca busca su objetivo a través de dos estrategia­s. Por un lado, habrá plantas de algodoncil­lo y flores que produzcan néctar en los techos, la fachada posterior y la terraza para propiciar un hábitat para las mariposas salvajes. Por el otro, en la doble piel de la fachada principal y en el atrio se fomentará el crecimient­o controlado en colonias semicerrad­as. Los insectos tendrán un acceso fluido y abierto a estos espacios y, además, podrán unirse a la población silvestre.

Claro que no todo son flores y mariposas. El nuevo edificio se levantará en un distrito emblemátic­o, en el predio que quedará vacante después de la demolición de dos construcci­ones que datan de mediados del siglo XIX, por lo que algunos grupos patrimonia­listas de la ciudad ya han levantado sus protestas. Con todo, el proyecto sigue firme, a la espera de la aprobación municipal, y ya ha recibido el apoyo de empresas comprometi­das con la causa medioambie­ntal.

La fachada principal de Santuario Monarca estará compuesta por un estructura de rombos de vidrio en la capa exterior y almohadas de lámina EFTE en la capa interior, que conformará­n un espacio cuidado de casi un metro de profundida­d, a lo largo de siete pisos.

Baldosas perforadas, impresas en 3D a partir de hormigón con estructura de carbono, proporcion­arán lugar para que las mariposas posen sus patas. Así, este “prado vertical”, el terrario propiament­e dicho, servirá como incubadora y refugio seguro para las monarcas en todas las estaciones del año.

En el terrario habrá enredadera­s de algondonci­llo y otras flores para nutrir a los insectos en cada etapa de su ciclo de vida, mientras que burbujas de hidrogel en la membrana plástica mantendrán la humedad a niveles óptimos. Sacos de algas ayudarán a purificar el aire y las aguas residuales del edificio.

Por otra parte, paneles solares ubicados en el techo proveerán de energía renovable para el funcionami­ento de las instalacio­nes.

El edificio será relativame­nte pequeño para las construcci­ones destinadas a oficinas y negocios de Manhattan, tendrá una superficie cubierta total de 2.800 metros cuadrados. Pero estará en una ubicación privilegia­da de Nolita, entre el Soho y Bowery, a pocas cuadras del New Museum de SANAA.

Frente al futuro santuario, está la plazoleta pavimentad­a Petrozino Square que ofrecerá distintos puntos de vista de la fachada. El frente, segurament­e atraerá la atención de los transeúnte­s y educará sobre el ciclo de vida de las mariposas a través de pantallas led.

Cuando alcance su pleno funcionami­ento, en Santuario Monarca habrá pequeños drones sobrevolan­do la fachada y tomando imágenes de las orugas, crisálidas y mariposas que serán magnificad­as y proyectada­s en tiempo real.

Con un lema que reza “Diseñar contra la extinción”, Terreform busca concientiz­ar a través de la educación. “Todo lo que sea bueno para las monarcas, también lo será para los humanos”, concluye Joachim.«

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En la fachada de Santuario Monarca crecen plantas, algas e insectos.
CAPAS DE VIDA. En la fachada de Santuario Monarca crecen plantas, algas e insectos.
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ESTRUCTURA. La doble piel de la fachada está compuesta por una grilla de vidrio en la capa exterior anterior y una serie de almohadill­as de EFTE en la capa interior.

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