Mejores vidrios, menor consumo en las viviendas
El emprendimiento Donna Terra, en Caballito, aprovecha la disponibilidad y variedad de cristales de alta performance para responder las nuevas exigencias del Código de Edificación para las ventanas, según el tamaño, ubicación, orientación y superficie vid
El actual Código de Edificación de la Ciudad impone requisitos mecánicos y térmicos para las ventanas o fachadas vidriadas en función del tamaño, la ubicación, la orientación y la superficie vidriada respecto a la totalidad de la envolvente. Lo cual impacta en las prestaciones que deben ofrecer los materiales que se utilizan en la construcción y, en este caso puntual, los vidrios de las ventanas. “La disponibilidad y variedad de cristales de control solar de alta performance a precios razonables da lugar a una nueva generación de torres para uso residencial en Buenos Aires. Lo que antes era privativo de las zonas más exclusivas de la ciudad, hoy se extiende a otros barrios”, destaca el arquitecto Daniel Bergant, Jefe de Ventas de Productos Especiales de VASA. El emprendimiento Donna Terra, ubicada en Pedro Goyena al 1700 en el barrio de Caballito, se suma a esa tendencia al incorporar vidrios y carpinterías de alta prestación.
Bergant puntualiza dos cuestiones muy importantes a considerar, desde el aspecto térmico, en el caso de edificios residenciales. La aislación térmica “K” (Coeficiente de Transmitancia Térmica, W/M2°K) no debe ser mayor a 1,8 en edificios con superficies vidriadas mayores al 60% de la envolvente. Y el Factor Solar en las peores orientaciones (Este y Oeste), no debe ser mayor a 0,50. Si el cerramiento es inclinado o una cubierta, el factor baja a 0,35.
En Donna Terra se colocaron ventanas de alta prestación con perfilería de aluminio y paneles DVH (doble vidrio aislante) que “deben ser complementarios en sus prestaciones para que la combinación funcione”, aclara Bergant. El panel DVH en este caso está compuesto por: cara exterior vidrio Cool Lite KNT 155, 6 mm de espesor, templado, con revestimiento de control solar y baja emisividad en su cara #2; una cámara de aire de 12 mm de espesor; y en la cara interior vidrio laminado incoloro de espesor nominal 8 mm (4+4 mm, con capa intermedia de PVB de 0,38 mm). “Además de cumplir con todos los requisitos del Código y sus reglamentaciones, estos vidrios son estéticamente neutros”, destaca el especialista.
Vistos desde el exterior, estos vidrios presentan una muy tenue tonalidad azulada pero, desde el interior, ese tono desaparece. Bergant explica que la reflexión es muy baja también, tratándose de un vidrio de control solar, “apenas unos puntos por encima de un vidrio incoloro”.
En los proyectos residenciales el cambio hacia una mayor exigencia en el rendimiento energético de la envolvente había arrancado en Rosario, a partir de la ordenanza 8757 del año 2011. “La tecnología aplicada en los vidrios de control solar permite grandes superficies vidriadas, eficientes y accesibles. En Buenos Aires está sucediendo lo mismo”, afirma. Y destaca también la importancia de observar, por cuestiones de seguridad, el uso de vidrios templados y/o laminados en todos los casos susceptibles de impacto humano. Así, la fisura o rotura del cristal no representa mayores riegos para las personas. «