LECCIONES DE LA MEJOR ARQUITECTURA JAPONESA
Japón, con siete estudios galardonados, es el país que más premios Pritzker obtuvo en sus 44 ediciones, desde 1979. Le sigue ahí cerquita, los EE.UU. con seis. Varios de estos estudios japoneses (1987: Kenzo Tange, 1993: Fumiko Maki, 1995: Tadao Ando, 2010: SANAA, 2013: Toyo Ito, 2014: Shigeru Ban, 2019: Arata Isozaki) impactaron fuertemente en la producción de los arquitectos -y estudiantes- locales.
En 1979, casi en coincidencia con la primera ceremonia la entonces FAU, hoy FADU, trajo a Kenzo Tange. A pesar que ocho años después obtuviera el Pritzker, para muchos su arquitectura vinculada al Movimiento Moderno y metabolista ya estaba fuera de tiempo. Claro, por las venas de los más jóvenes estaban corriendo las ideas posmodernas y neorracionalistas lideradas, entre otros, por Robert Venturi y Aldo Rossi. En cambio, sí pegó fuerte, a fines de los 80, Tadao Ando con sus arquitecturas de planos y volúmenes de hormigón visto. Muchas veces sin considerar que la robusta estética andiana está sujeta a dar respuesta a las cargas horizontales frecuentes en zonas con sismo. Su influencia llegó a nuestros días y aún hoy los arquitectos que adscribieron a ese “lenguaje” se desvelan por perfeccionar las técnicas que mejoren su performace y sus acabados (página 30).
Toyo Ito nació en Corea dentro del período de ocupación colonial japonesa. Su arquitectura vino más etérea, virtual y simbólica. Impactó en los 90 con la Mediateca de Sendai, con esa particular estructura con forma de algas que sostenía las losas de la mediateca. Y que fue inspiradora de muchos proyectos de estudiantes y de algún que otro edificio.
De allí surge Kazuyo Sejima, integrante con Ryue Nishizawa del estudio SANAA, ganadores del Pritzker 2010 (página 16). Sejima es diez años mayor que Nishizawa. Formaron su estudio en 1995 y tienen -trabajando juntos o separados- una vasta producción que va desde edificios comerciales e institucionales, centros cívicos, residencias y gran cantidad de museos.
Entre ellas sobresalen el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI en Kanazawa (2004), el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (2007) y el Centro Rolex, en Laussane, Suiza (2009).
Sus obras y sobre todo sus estrategias compositivas son de referencia y lectura obligada en muchos talleres de nuestras escuelas. Cajas desfasadas, superficies alabeadas perforadas por patios curvilíneos o plantas de perímetros rectangulares, circulares o ameboidales donde se distribuyen estratégicamente cajas de diversos tamaños son parte de un repertorio que, con el mismo adn, parece infinito.
Hoy, de la mano de Nishizawa, las fluidas formas del Museo de Arte de Jining, en China.«