CÓMO APLICAR LA INTELIGENCIA DE LOCALIZACIÓN AL URBANISMO
El autor describe la forma en que esta nueva herramienta permite evaluar la afluencia y el comportamiento del público en determinadas zonas y diseñar estrategias en infraestructura y seguridad.
El proyecto del Bajo Viaducto Mitre surgió para aprovechar el espacio que se originó en la estación Belgrano C del ferrocarril homónimo, cuando se elevaron las vías del tren. Su objetivo no era competir con el tradicional Barrio Chino sino ampliarlo y renovar la apuesta: “Queremos que se posicione como un centro turístico internacional, que la gente que venga a la Argentina lo visite”, explicaron sus promotores.
En abril 2023, con esa meta por delante, estimaban duplicar el tráfico en la zona. La pregunta es: ¿se cumplió el objetivo? ¿Varió el tráfico en la zona? ¿El espacio se convirtió en un punto más de atracción de turismo interno y externo?
La recopilación y análisis de datos geoespaciales para lograr insights y predecir modelos de comportamiento de las personas nos ayuda a responder esas preguntas y ahondar un poco más en los cambios en este lugar, poniendo el foco en cómo variaron el tráfico peatonal y los hábitos de consumo en base a la movilidad del pasaje Víaviva, el nuevo polo gastronómico de Barrancas de Belgrano, que va desde la calle Olazábal a Echeverría. Los datos hablan por sí solos: en apenas siete meses se triplicó la afluencia de público. En el mes de abril del año pasado pasaban entre 50 y 60 mil personas por fin de semana. Actualmente, el tráfico peatonal durante los fines de semana promedia las 138 mil personas, triplicando el número inicial y superando el aumento previsto en más de un 100%.
El impacto de Víaviva en el Barrio Chino de Buenos Aires marca un antes y un después en cómo abordamos la revitalización urbana. Este éxito es un claro ejemplo de cómo estos proyectos urbanos modifican tanto el comportamiento como los hábitos de los visitantes, y ayudan a fortalecer la economía local.
Con Piqel, una nueva plataforma desarrollada por argentinos pero utilizada a nivel regional en LATAM y Europa, logramos cuantificar el impacto de este megaproyecto en el barrio de Barrancas de Belgrano. Recopilando datos geoespaciales a través de diversas fuentes, incluidos dispositivos móviles y sensores urbanos, creamos un mapa detallado de cómo las personas se movilizan y utilizan los espacios de este nuevo polo gastronómico en la Ciudad de Buenos Aires.
De esta forma, notamos que el proyecto no solo aumentó la afluencia y alcanzó su objetivo de duplicar la cantidad de visitantes los fines de semana, sino que cambió el comportamiento de la visita. Mientras que antes la concentración era mayor durante los fines de semana en horarios de mediodía y tarde, ahora vemos un crecimiento entre semana por la tarde/noche en bares y restaurantes, notando así un cambio en el tipo de consumo. Las plataformas de inteligencia de localización analizan puntos de interés en base a la movilidad de las personas. De esa manera, pueden sacar conclusiones, como el mejor horario de apertura o cierre de un local, la tasa de conversión (es decir, cuántas personas que ingresan terminan consumiendo). También, información acerca del perfil sociodemográfico de quien circula por la zona para ajustar y mejorar la oferta de un negocio, que puede ser desde un local gastronómico, hasta un hotel o una desarrolladora inmobiliaria.
Las aplicaciones de esta tecnología en investigaciones urbanas logran medir cómo este tipo de proyectos impactan en una ciudad o región a través de la afluencia de personas, y por ende pueden ayudar en la planificación de infraestructuras críticas, como sistemas de transporte público. Igualmente, pueden optimizar la distribución de servicios y comercios, alineando la oferta con los patrones de demanda y comportamiento local. Además, en el ámbito de la seguridad urbana, la inteligencia de localización permite un diseño más informado de las estrategias de vigilancia y respuesta a emergencias, asegurando que los recursos se desplieguen de manera eficiente y efectiva. En el contexto del cambio climático y la sostenibilidad, estos datos también son cruciales para desarrollar zonas verdes y espacios públicos que mejoren la calidad de vida urbana, fomentando prácticas ambientalmente responsables y resilientes.
Mediante Piqel pudimos conocer en profundidad la evolución de las personas que transitaron y transitan por el nuevo Barrio Chino. El comportamiento del visitante promedio de lunes a viernes, el que se queda más de 10 minutos en el lugar, también aumentó: detectamos un aumento sustancial de más de un 100% y por ende un cambio en el tipo de visita.
En promedio, se pasó de 14 mil personas a 32 mil y los horarios más populares de visita, los días de semana, son a partir de las 19. Durante los fines de semana, de 12 a 17. Eso indicaría que la zona se convirtió en un nuevo punto de salida de un público mayoritariamente joven, que probablemente se traslada a este polo gastronómico a modo de un “nuevo Palermo”.
Por ejemplo, el perfil de la persona típica del lugar es hombre (54,34%) de 30 a 39 años, de un nivel socioeconómico C2 y C3, que vive y trabaja en CABA. Además, la visita típica tiene una duración promedio de 1 hora y 20 minutos, pero más del 50% de los visitantes se quedan por lo menos 2 horas en la zona. Por otro lado, los lugares más visitados son en primer lugar los restaurantes al paso, luego los supermercados o comercios, seguidos de los restaurantes tradicionales y, por último, los cafés. Gracias a la herramienta de inteligencia de locación podemos inferir que no sólo se cumplió con el objetivo propuesto con el proyecto del nuevo Barrio Chino sino que se lo superó, triplicando la afluencia del lugar, revitalizando el barrio, dándole una vida nocturna durante la semana y mayor tráfico los fines de semana.
El caso de Víaviva ilustra perfectamente cómo la integración de la inteligencia de localización en la planificación urbana no solo alcanza, sino que a menudo supera las expectativas de revitalización, convirtiendo áreas subutilizadas en prósperos centros de actividad y encuentro. «
Piqel es una plataforma diseñada por argentinos que se aplica en LATAM y Europa. Aquí se usó para medir el impacto de un desarrollo en Belgrano.