Ika-Renault TORINO
Coupé Torino de 1970, una de las mejores versiones, fabricada luego del triunfo en Nürburgring
El IKA Torino (lue- go llamado Renault Torino) fue un automóvil de turismo producido por el fabricante argentino Industrias Kaiser Argentina entre los años 1966 y 1975, y por Renault Argentina S.A. entre 1975 y 1981. El mismo, era un automóvil compacto del segmento E, cuyo diseño estaba basado en el modelo americano Rambler American, pero desarrollado íntegramente en Argentina.
Historia
A fines de 1955, la Kaiser Corporation de Estados Unidos instala una filial industrial en la Argentina -más exactamente en Córdoba-que bautizará como Industrias Kaiser Argentina. Es el lanzamiento de uno de los emprendimientos automovilísticos más importantes del país y que se iniciaría con la producción de vehículos utilitarios (Jeep, Estanciera...) y del Kaiser Carabela, elaborado con las matrices del modelo Manhattan norteamericano. Años después, IKA firma un convenio en el que intervienen American Motors y la Regie Renault tendiente a producir localmente algunos vehículos que el régimen proteccionista de entonces impedía importar. Por ello, el catálogo de IKA se amplió a una gama tan amplia como diversa que transportaba al comprador desde un Renault Dauphine hasta un Jeep, pasando por el Rambler Ambassador. Tal variedad no dio buenos resultados económicos aunque las cifras de ventas hayan sido considerables. IKA Renault necesitó imperiosamente un vehículo capaz de competir con Ford y Chevrolet que en esos momentos marcaban el paso con sus modelos Falcon y el 400. El Rambler, grande, pesado y poco aceptado por el público, debía ser reemplazado. El convenio con American Motors les permitió elegir un interesante auto americano como punto de partida: el Rambler American Rogue. Pero no era tan sencillo, pues las encuestas y estudios indicaban que el futuro auto de IKA Renault
debía tener un toque local en su estilo que lo “despegara” de las tendencias netamente norteamericanas de la competencia.
■ El destacado carrocero turinés Pininfarina, aceptó la tarea de agregarle al Rambler Rogue un toque “latino” pero recomendando cirugía plástica solamente en la trompa y en el interior. El auto fue bautizado como Torino dándole una connotación italiana al célebre Toro de las pampas argentinas. Había en ello una segunda intención que pretendía vincular ese emblema con el “cavallino” de Ferrari quien, también, había sido representado en actitud desafiante, o con el Toro enojado de Lamborghini. Dos buenos espejos para reflejar la imagen de un auto que venía a ingresar al mercado con las más altas cifras de potencia y velocidad del mercado argentino. Los primeros estudios determinaron que el Torino debía recibir un motor de 2.000 o 2.500 cm3 como máximo. Sin embargo, los análisis posteriores revelaron como ideal el motor Tornado de seis cilindros producido por American Motors y con una cilindrada que variaba entre los 3.000 y los 3.800 cm3. Esa planta motriz fue reelaborada por los ingenieros de IKA Renault con la dirección técnica de Oreste Berta. El lanzamiento del auto se produjo en el Autódromo Municipal de Buenos Aires el 30 de noviembre de 1966 por la mañana y fue recibido -por periodistas y público- como “el auto argentino” ya que sus constructores se guardaron muy bien de difundir los orígenes del auto. El impacto fue tremendo. Se presentaron aquel día tres modelos: un sedán con motor tres litros y caja de tres marchas, una cupé sin parantes con motor de 3.800 cm3, un carburador Holley y caja ZF de cuatro velocidades y una versión “top” bautizada como 380 W que estaba equipada con el mismo motor de 3.8 litros pero tenía tres carburadores Weber de doble boca, 200 caballos de fuerza y se le adjudicaban nada menos que 210 km/h de velocidad máxima.
■ El «Torino» fue presentado en dos versiones de carrocerías, siendo estas un sedán de cuatro puertas y una coupé sin parantes de altas prestaciones. Venía equipado con un motor naftero de 6 cilindros en línea, acoplado a una caja de cambios de 4 velocidades. Su motorización presentaba como variantes el motor «Tornado Interceptor» OHC 181 de 2965 cc y un motor «Tornado Interceptor» OHC 230 de 3770 cc (ambos de 4 bancadas) y una versión desarrollada en Argentina denominada «Torino 233» de 3770 cc y 7 bancadas.
■ La aparición de este vehículo en el mercado automotor argentino marcó un hito dentro de la historia de la industria automotriz argentina, ya que además de tratarse de un vehículo desarrollado y producido exclusivamente en el país, presentaba importantes soluciones mecánicas que garantizaban su fiabilidad y sus altas prestaciones, como ser el caso de su motor SOHC “Tornado”, equipados con árbol de levas en la cabeza, las cámaras de combustión hemisféricas y la alimentación con un tren de tres carburadores, según el tipo de modelo. Todas estas soluciones fueron consideradas de avanzada, a la vez de permitir la utilización del Torino como coche de competiciones. Como resultado de estas participaciones, se destacan sus 5 títulos obtenidos en la categoría (1967, 1969, Turismo 1970 y Carretera 1971 en Fórmulas A y B). Es una de las pocas marcas, junto a Anasagasti, Institec y Rastrojero, de origen argentino, ya que, a pesar de ser de matriz norteamericana, la misma fue reformada y fabricada íntegramente en Argentina.
■ El compartimiento del motor y el baúl provenían del Rambler American. La suspensión trasera fue tomada del “Bergantin”, vehículo compacto fabricado por IKA entre 1960 y 1962 y que no era otra cosa que una versión criolla del Alfa Romeo 1900 de 1958, el cual ya poseía una suspensión trasera con resortes helicoidales y un sistema de barras reactoras llamado “4 link bar”. Una de las cosas nuevas del Torino fue que la construcción unitaria de la
carrocería, fue tomada del Rambler American, pero los falso chassis eran más largos ya que se tomaron los del Rambler “Classic”, e iban desde el frente hasta la estructura trasera. Esto lograba un chasis más rígido, adaptando mejor el auto a las toscas calles argentinas. La distancia entre ejes del Torino era unos 2,5 cm más larga que el American. Aunque los motores del Torino no provenían de la AMC, la plataforma básica continuó sin modificaciones a lo largo de la vida del Torino. Las mejoras fueron incorporadas a través de los años, como por ejemplo las manijas embutidas de las puertas que eran de AMC en 1973. A pesar de todo esto las piezas de Torino, casi en su totalidad, eran fabricadas en Argentina con pocas piezas importadas.
■ En vez de usar los motores AMC, el Torino fue equipado con un motor JEEP de 3770 cm3, con árbol de levas a la cabeza (OHC) de seis cilindros en línea llamado “Tornado”, que fueron originalmente diseñados por la Kaiser Motors en 1961 para sus modelos Jeep Gladiator y Wagoneer, y Willys Overland. Este motor importado fue producido en Argentina aumentando así el número de piezas producidas en el país. Evolucionó durante sus 10 años de producción, especialmente rediseñando la tapa de cilindros, y en 1973 se produce un refinamiento del motor original, el cigüeñal se mejora con 7 bancadas en reemplazo de las 4 originales, con una cilindrada de 3770 cm3, el block fue dotado de una nueva tapa de cilindros con
un nuevo árbol de levas, y una alimentación que podía ser un carburador Ilasa fabricado bajo licencia Carter USA de dos bocas de 36 mm de diámetro y apertura simultánea, o tres carburadores Weber de la serie DCOE 17, todos de apertura simultánea y doble cuerpo, de 45mm cada uno.
La hazaña de Nürburgring
En agosto de 1969, en una arriesgada operación publicitaria y deportiva, tres Torino son inscriptos en las 84 Horas de Nürburgring en Alemania, la llamada Maratón de la Ruta, que desde 1965 se realizaba en Alemania tras llevarse a cabo durante 35 años en el tramo que comprendía Lieja (Bélgica) y Roma (Italia). La delegación la preside Juan Manuel Fangio, la coordinan Tibor Teleki y Carlos Lobosco, los motores son elaborados por el ingeniero Lepper y la asistencia en pista queda a cargo de Oreste Berta. Además, para acondicionar la carrocería del modelo de calle -pensada originalmente por Pininfarina- al prototipo de competición, se sumó al equipo el destacado diseñador Heriberto Pronello (hubo que modificar la apertura del capot hacia adelante, por motivos de seguridad, entre otros cambios menores).
■ El desempeño de los Torino fue notable, aunque hubo cientos de contratiempos (se chocaron dos autos, se terminó armando uno en base a los restos de los autos siniestrados, auto apodado “la Banana” por haber quedado fuera de escuadra, problemas eléctricos y de frenos, etc) resueltos gracias al empuje y determinación de Fangio y Berta. También hubo anécdotas como la de Gastón Perkins, que se paró en el sector de la pista que estaba frente a los pits para cambiarle el filtro de nafta a su auto, evitando ingresar a los mismos para no perder tiempo. Como tenía prohibido darle indicaciones, Fangio inventó un canto al ritmo de “La Cumparsita” cambiando la letra del tango por los pasos a seguir. El Chueco puso a disposición del equipo su viveza para evadir la problemática.
■ Finalmente el auto número 3 conducido por Eduardo Copello, Oscar Franco y “Larry” Rodríguez Larreta sorprende a sus rivales terminando primero en su categoría y cuarto en la clasificación general. Por número de vueltas, el Torino hubiese ganado la carrera por dos giros de ventaja al segundo, pero una penalización les saca el triunfo absoluto de las manos. Los orígenes del recargo sufrido suenan hoy como absurdos ya que el Torino debió parar en boxes para reparar el caño de escape y ello le valió una penalización de cinco vueltas sobre las reales que había recorrido.
■ Pero fuese lo que fuese, la Marathon de la Route de Nürburgring será el suceso de Torino. La Argentina vivió despierta las noches que el Torino giraba en Alemania; en las oficinas las radios atronaban el aire y en las fábricas se paraban las líneas de producción mientras los relatores entre los que se destacaban Luis Elías Sojit e Isidro González Longhi, lanzaban a través del océano las hazañas de los Torino.
■ Luego de la locura postnürburgring se produce el “boom” del Torino y sus ventas crecen vertiginosa
mente. IKA Renault lanza una serie de cinco modelos: dos versiones económicas con carburador simple y motor de 3 litros (el sedan L) o 3,8 litros (el sedan S), otras dos con carburador de doble cuerpo (la cupé TS y el sedán TS) y la versión de 3 carburadores Weber pasa a llamarse “GS”. La serie más económica aumenta su potencia hasta 143 HP, y 143 en 1972.
■ Se convierte en un auto muy competitivo pues soporta muy bien los caminos del interior del país y el motor adquiere fama de robusto y confiable.
El Torino francés
Entre 1970 y 1976, el Torino se convierte en el auto más vendido de la “gama alta”. Adquiere notoriedad en todo el mundo y se sabe que dos berlinas fueron enviadas a Fidel Castro y Leonid Brezhnev, y una cupé «full» fue comprada por el líder libio Muamar el Gadafi. Desde Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay llegan pedidos de importación del Torino.
■ Durante toda su vigencia, el Torino recibió varias mejoras técnicas de mucha importancia pero es en 1973 cuando se produce el cambio más importante: un cigüeñal de siete bancadas en lugar del de cuatro, y cambio de denominación ya que deja de ser Tornado su motor.
■ Es en ese momento que la participación norteamericana en la compañía pasa a reducirse sensiblemente siendo la Regie Renault quien se convierte en el accionista mayoritario. En 1975, IKA Renault (adquirió ese nombre en 1967) abandona definitivamente su pasado estadounidense y pasa a denominarse Renault Argentina S.A.
En 1976, el Torino es el único producto «norenault» fabricado por la empresa francesa. El Renault 12 tiene un gran suce- so pero no es el momento de reemplazar al Torino. Y por ello se lanza una nueva versión —la cupé TSX— y dos años más tarde, la berlina Grand Routier que es considerada como un auto al nivel de los mejores sedanes del mundo.
■ Pero en plena crisis energética, el consumo del Torino hace que mucho de sus potenciales clientes desaparecieran con razón: a 80 kilómetros por hora el Torino consumía 12 litros cada 100 kilómetros. Diez años después de su lanzamiento, el Torino comienza a recibir duros embates. Su concepción técnica aparece desactualizada frente a los nuevos modelos que surgen en el mercado argentino provenientes de las empresas radicadas y de la importación. Sin embargo, se hace un último esfuerzo. En 1979 se presenta la última versión de la cual había desaparecido el Toro de la trompa reemplazado por el rombo de Renault. Pero el nuevo auto no tiene el «charme» de su origen.
■ Para Renault, los últimos tres años del Torino sirvieron para trabajar sobre el proyecto R-18 que, de alguna manera, vino a ocupar el puesto en la “gama alta” que había tenido el “auto argentino”. En 1981, el último Torino sale de la línea de montaje de Santa Isabel. Algo menos de 100.000 vehículos fueron producidos en ese lapso. Una época en la historia del país automovilístico había terminado.
■ Diseñado por apasionados del automóvil que estimularon su permanencia en la línea de producción, aún más tiempo de lo aconsejado, el Torino ha sido el único automóvil que, producido en el país, ha suscitado una lealtad nacional tan profunda. Después de todo, tuvo la gran virtud de entrar en la mitología popular argentina.