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Si esta nota tuviera un tinte marxista, podría decir que las fotógrafas tomaron por asalto los medios de producción –y circulación– para sumarse a la revolución feminista. Si esta cronista fuera estudiante de periodismo, sería reprobada por su profesor o profesora por hacer periodismo contrafáctico. No sucede, en este caso, ni una cosa ni la otra. Pero sí suceden muchas otras. El movimiento feminista, históricamente, buscó construir un sentido alternativo a aquel que el patriarcado impuso e impone a toda la sociedad como única posibilidad. Pero en los últimos años estos reclamos y cuestionamientos ocuparon el centro de la escena en lo que fue llamada la “cuarta ola feminista”.
Las mujeres y disidencias alcanzamos una trascendencia en los medios y en los espacios públicos desde un lugar antes vedado: ya no como modelos de la vida doméstica, como objetos de belleza, como “suplementos” de un hombre o como madres superpoderosas, sino como personas dueñas de sus cuerpos, portadoras de necesidades y deseos propios, denunciantes de las inequidades y las violencias que el patriarcado ejerce cotidianamente sobre nosotras.
En un clima de reivindicaciones por ocupar los espacios políticos, sociales, culturales y artísticos, la fotografía –como tantas otras manifestaciones y lenguajes– se convirtió en un elemento fundamental de difusión, de cuestionamiento de estereotipos y de construcción de nuevos sentidos. Porque sí, lo sabemos, existen el Photoshop y las construcciones falsas, pero las imágenes fotográficas siguen transmitiendo una fuerte carga de verdad y eso construye realidad.
¿En qué lugares y roles vemos a las mujeres en las fotografías cotidianas? ¿En qué situaciones son “foto de tapa” las travas, trans, drags queens? La imagen de una mujer deseada, ¿no fue siempre construida por la mirada del hombre que desea? Si la hegemonía patriarcal construye estos sentidos, ¿cuáles son las propuestas alternativas que construye un fotoperiodismo con perspectiva de género? “El goce, la diversidad, los cuerpos, el amor, la desigualdad, la fuerza colectiva que está atrás de todo esto”, responden a coro las fotógrafas mientras sus palabras se pisan unas con otras.