La grassa de las capitales, la conversación profunda y las historias quedan
GRASSA / LA PETITE MORT / FUSTE / GRASSA / DISCOS
A la primera escucha, Grassa ya prende fuerte, como esas bandas a las que el motor del rock les sostiene cualquier épica que decidan transitar. En este caso incorporando diferentes aditamentos anclados en el pop, en la electrónica, en el uso de sintetizadores y en algún perlado hi-fi. Ese es el sello de identidad de quienes cultivan una marea sostenida en potentes guitarras y en una base sonora de bajo y bata que desarman toda resistencia y se lleva puestos a legos y entendidos. El cuarteto que conforma Grassa sabe muy bien cómo desplegar esa furia eléctrica, sostener la intensidad en cada tema y hacerlo brillar hasta sus últimas notas. Es que se trata de cuatro músicos experimentados en otras usinas creativas que encuentran placer en transpirar sobre sus instrumentos. Gabriel Turín en voz y guitarra; Hernán Manavella en guitarra, programaciones y coros; Mauricio Stábile en bajo, y Federico Pelozzi en batería, percusión y coros animan Grassa pero todos vienen de otras formaciones; Manavella y Stábile de Carmina Burana, Pelozzi de Muerto en Pogo y Turín de Ramera, y ahora en Les Yarará. Armaron la banda en 2019 y hasta el momento grabaron tres EP’s de cuatro canciones cada uno, que los deja al borde de disponer de un disco que sin dudas tendría un peso relevante en el listado del rock local. Un video en vivo grabado en sala Lavardén durante los meses de pandemia los pinta en una exacta combinación de tensión y sensibilidad para hacer encajar las piezas instrumentales –voz incluida– en canciones bien rockeras, aunque, si se cede al desborde de su rítmica, también bailables. Allí hacen temas de Grassa, grabado en 2019; de La petite mort, de 2020, y de Fuste, el último, de 2021, donde participa Popono (Los Vándalos) en Fuega, a la que colorea singularmente con su habitual gravedad vocal (también está en el disco). Las guitarras al frente pisando fuerte dan a temas como Sirena de Marbella una suntuosidad que se galvaniza con un bajo surfeador que torna hipnótico el clima suscitado. En el video mencionado la hermosa Italia está cantada por Turín pero en el disco se intensifica en la voz de Lola Sinasco; así como en Andes, del mismo disco, la voz y sintetizadores de la compositora de identidad electrónica Maia Basso le prestan una vigorosa ingravidez. Con reminiscencias de Sumo y cantada en inglés, Bored Man coquetea con el punk pero a la vez se anuda con las máquinas que vibran ahí detrás, y es este juego heterogéneo de matices desde donde Grassa imprime emoción –el mismo clima se amasa con sintetizadores y distorsiones en todos sus EP’s– a sus temas sin correr el foco del rock; lo que puede verse como un afán de la banda por generar condiciones de sonido espesas pero transparentes, ásperas pero expansivas, compactas pero detonantes. Una lúdica con curvas y contracurvas de sonido de poder valvular, casi una marca generacional revelada en los yeites instrumentales que por momentos develan que el rock es un sistema de puertas abiertas mientras sostenga su crudeza y energía. Y Grassa – queda en evidencia en estos doce temas– tiene largo aliento para demostrarlo. Al universo melódico de las canciones le sientan muy bien las gráficas de las tapas de Gonzalo Canova, a cargo también del diseño general.
CALANDRIAS / RADIO
Un programa dinámico y descontracturado con un amplio abordaje temático que incluye problemáticas sociales y políticas, política internacional, literatura, música, cine, teatro es el que puede escucharse cada sábado de 9 a 10 por la AM 530 de Radio Nacional, conducido por dos mujeres capaces de una conversa atractiva y llena de matices donde no faltan los diálogos, las editoriales, las entrevistas y atinados comentarios y apuntes sobre la actualidad argentina, el mundo y la época. Las artífices de Calandrias vienen de distintos lugares pero se ensamblan perfectamente en un cruce de miradas sobre cada uno de los
fenómenos sobre los que distinguen sus tópicos más sobresalientes. Ellas son la periodista y conductora Sandra Russo y la cantante Dolores Solá (ex integrante de la banda La Chicana y también solista). Lo más interesante de Calandrias es su carácter heterogéneo, su abanico de propuestas para tomar temas relacionados con lo que tal vez podría llamarse malestar cultural y su híbrida frontera con lo social y político. De ahí que en alguno de los envíos se editorialice, por ejemplo, con las oleadas inmigratorias de Argentina, desde la incipiente de 1860, pasando por la más masiva de 1880 –donde ya se pergeñó un modelo de país– hasta llegar a cifras cercanas a los siete millones antes de la crisis del 30, todo, para hablar… del sainete criollo, esa expresión artística que buceaba en el relieve costumbrista y popular de los inmigrantes, generalmente arrumbados en los conventillos de las grande urbes, apropiándose de su lenguaje y sus hábitos para marcar, en el aire tragicómico que lo caracteriza, profundas desigualdades. Con esas intenciones y ese formato, tanto Russo como Solá discurren sobre la apropiación, resignificación y reinterpretación de las diferentes culturas; sobre los cartoneros y su lucha organizada por el reconocimiento de sus derechos; sobre las dificultades que dejó la tan proclamada deconstrucción….; sobre los trastornos de la alimentación y los modelos de belleza; sobre el conflicto mapuche en los medios de comunicación, o, entre otras cuestiones imperiosas, la hostilidad contra las mujeres en la política. Los entrevistados pueden ser el dramaturgo y director teatral Mauricio Kartun, una militante cartonera, una artista circense o el acordeonista Chango Spasiuk con quienes Russo y Solá conversan de modo franco y distendido propiciando una fecunda profundidad.
BARES / SERIE WEB
Producida durante 2018, exhibida a fines de 2019 en una sala local y estrenada oficialmente en la plataforma Cine.Ar en 2020, ya en pandemia, la miniserie local Bares hizo un breve paso por YouTube y otro por DirecTV y terminó adquirida por la internacional Amazon para el mercado estadounidense e inglés, es decir, todo un logro para un proyecto de producción bastante artesanal. La serie web surgió de la iniciativa de un grupo de exalumnos de la Escuela Provincial de Cine y TV (EPCTV), que impulsados por sus ganas de grabar conformaron la Cooperativa de Producción Audiovisual Rosario (Copar). “Bares: las personas pasan, las historias quedan”, tal el título con epígrafe incluido, aborda pequeñas historias que ocurren en esos recintos donde pasan sucesos que modifican la existencia, para bien o para mal, pero que efectivamente parecen dispararse allí. Los guiones se sustancian en el humor, la comedia, el drama, con sus correlativos equívocos, engaños, encuentros y se desarrollan en ocho capítulos con una extensión de entre 7 y 12 minutos. El plus, claro, son los bares en los que se grabaron los episodios, aquellos ubicados en zona céntrica y otros de la periferia y fácilmente reconocibles por el espectador rosarino. El Ruedo, Silhouettes, El Riel, Complejo Cultural Atlas, Esquina Roca, Café del Mercado, La Buena Medida y Arenhas son los ocho bares en los que ocurren las historias, a los que se agrega El Aserradero, donde se grabó el piloto. En el episodio Café amargo una pareja discute mientras ella, malhumorada, le toma el café; él insiste en plantear una separación y ella afligida le enrostra a los gritos que perdió su tiempo, le entregó su vida y ahora quedará sin nada mientras él tiene otro amor. Con tal de terminar el escándalo, él dice que se quede con todo, que no importa. Se levanta de la mesa y se va; ella se queda, llama al mozo y unos minutos después entra otra mujer que se sienta a la misma mesa. Ella le agradece los servicios prestados nombrándola como lo hizo él cariñosamente por teléfono antes que ella entrara y comenzaran a discutir; en Gluteus Maximus dos amigas consuelan a otra que acaba de firmar un divorcio y está de mal talante porque su ex llevó a su nueva pareja al tribunal. Las amigas la incentivan con gruesos comentarios para que despierte otra vez al sexo y olvide el mal trago. En ese trance, le sugieren que vaya por el joven mozo, al que no se han cansado de alabarle el culo, y por el que se les hace agua la boca. La compungida se resiste hasta que decide que la propuesta no deja de ser una oportunidad. Cuando se acerca al mostrador donde el mozo se apoya, un señor se le adelanta y besa cariñosamente al joven y este responde efusivo en mutua atracción; Mala fama cuenta el encuentro entre un promisorio actor en ascenso y un ejecutivo de una productora española que lo entrevista para obtener su perfil para una próxima e importante película. Apenas comienza la charla el actor será interrumpido una y otra vez por gente que le echa en cara su soberbia y suficiencia por acciones que lo pintan como un engreído al que no soporta ni su mujer. El ejecutivo saldrá poco menos que huyendo, mientras afuera del bar una notera le pregunta al actor si finalmente filmará con Almodóvar. En ese tono argumental y con cierres del mismo tenor, en una puesta naturalista y con mayor o menor acierto narrativo transcurren los otros episodios de Bares. Los realizadores son Gustavo Giannelli, Gino Bellofatto, Claudio N. Abba y Agustín Maggi Fernández, y Cecilia Patalano, Raúl Calandra, Walter Operto, Maru Lorenzo, Camila Pfeffer, Micael Genre Bert, Cristian Bosco, Luciano Matricardi y Martín Fumiato son algunos de los que protagonizan los distintos episodios.