“Hacernos la cabeza”
El sufrimiento en los enredos del lenguaje
Casi todos están de acuerdo con la idea de que el sufrimiento es inevitable y nos afecta a todos. El budismo plantea esta idea como “La primera noble verdad”. El psicoanálisis relaciona el sufrimiento al lenguaje humano. La Terapia de Aceptación y Compromiso también toma esta idea pero la conceptualiza desde la Teoría del Marco Relacional.
NATURALEZA DEL LENGUAJE HUMANO
¿Qué quiere decir esto de pensar de manera relacional? La mente puede relacionar cualquier cosa con cualquier otra por cualquier medio. Técnicamente, esto sugiere que las relaciones se dan de manera arbitraria. Este hecho se nos oculta a la vista porque la mente justifica las relaciones mediante características que abstrae de los propios hechos relacionados. Hayes (2005) en su libro “Sal de tu Mente, entra en tu vida” propone un simple ejercicio donde puede entenderse este pensamiento relacional. En el ejercicio invita al lector a pensar dos objetos cualesquiera, y a imaginar entre ellos de qué manera uno puede ser el padre del otro. Pese a lo raro de la pregunta, uno puede imaginar una respuesta, sin embargo, concluye Hayes, tal relación no puede ser completamente cierta. No puede ser que, de hecho, cualquier cosa que uno se imagine, pueda ser “el padre” de cualquier otra cosa. Aunque la mente logra la manera de concebirlo y encuentra una justificación para esa relación.
LENGUAJE Y SUFRIMIENTO
Esta característica de la mente humana de relacionar arbitrariamente objetos de cualquier forma es la que se relaciona con el sufrimiento.
A lo largo de la vida incorporamos más y más múltiples relaciones entre las cosas que nos pasan, las ideas que tenemos sobre nosotros mismos, y nuestros sentimientos, etc., estas relaciones se amplían y complejizan, formando historias o relatos que nos decimos y con los cuales nos identificamos.
Por ejemplo, con la relación “si… entonces…”, podemos suponer acontecimientos negativos que tal vez nunca sucederán, y sufrir por ello o sentir ansiedad. Puedo haber armado una historia sobre mí mismo, por ejemplo, que “no soy capaz y me cuesta mucho avanzar en la vida” y, aunque se me presente una gran oportunidad, dado el dialogo anterior conmigo mismo, puedo juzgar que no soy digno de esa gran oportunidad laboral o social, y evitarla y sufrir por ello.
Así, por la misma historia, puedo creerme menos que otro, al que sí creo capaz para ese trabajo, y a su vez lo creo capaz por alguna otra relación que se estableció en mi mente, entre lo que es “ser capaz” y lo que esa persona que creo capaz, hace. De esta manera, lo enredos del lenguaje, que son redes de relaciones, nos hacen sufrir. La idea de la terapia de aceptación y compromiso es reducir el impacto del lenguaje en la conducta y experiencia humana