Cuando la música se utiliza como terapia
La musicoterapia está adquiriendo una mayor importancia como tratamiento complementario para muchos tipos de disturbios psicofísicos. En esta nota, te contamos cómo influye en las personas y por qué al escuchar una melodía evocamos recuerdos.
Una de las primeras cosas que hay que tener saber sobre esta disciplina, es que la Musicoterapia “no cura”, pero sí mejora la calidad de vida de las personas. Tampoco considera a la música como si tuviera “poderes curativos”, ni tampoco se refiera a clases de música, sino que es una disciplina cuyo cuerpo de conocimiento se viene construyendo hace décadas, donde el vínculo con el paciente, así como sus necesidades particulares, son de gran importancia para el tratamiento”, dice Matías Millar, quien tiene experiencia tratando a Niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), también a menores con necesidades especiales y con disminución de capacidad auditiva, hipoacusia.
Según la World Federation of Music Therapy, la Musicoterapia es la utilización profesional de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) para satisfacer las necesidades emocionales, mentales, sociales y cognitivas de las personas y así conseguir objetivos terapéuticos: La restauración, el mantenimiento y la mejora de la salud mental y física. Este proceso, el
cual debe ser dirigido por un Musicoterapeuta calificado, tiene por objetivo el desarrollar potenciales y/o restablecer las funciones del individuo, de manera que éste logre una mejor integración intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación o tratamiento. Mediante la interacción musical (a través de la voz, instrumentos o juegos musicales), las personas pueden establecer un vínculo mucho más abierto y libre, en donde la música se transforma en un canal o medio para favorecer la comunicación, expresión, socialización, entre otros.
TÉCNICAS DE MUSICOTERAPIA
“Las técnicas de musicoterapia se pueden agrupar en dos diferentes tipos: Primero está la Activa, en donde el usuario o paciente participa de la creación de la música (improvisación, composición de canciones, recreación de música conocida) y en segundo está la Receptiva. Ésta última, se enfoca en la escucha de música editada, hecha por el terapeuta o bien por otros pacientes. En la musicoterapia receptiva, se abarcan técnicas en donde el usuario es el receptor