El humor en la aceptación
Nada es más sanador que reírnos de nosotros mismos
Una buena práctica para entrenarnos en la aceptación es reírnos de las pequeñas “tragedias” cotidianas, como pisar un charco, decir algo inapropiado en la cita de nuestros sueños o romper un taco en camino a la entrevista del trabajo que deseamos. Puede que si compartimos la anécdota con nuestro potencial empleador, hasta desee contratar a una persona con buen humor, capaz de sobreponerse a los contratiempos diarios. En la actitud con que se enfrentan las pequeñeces se va configurando un estado de ánimo general que atrae buenas o malas cosas.
Ponte a pensar en un día que hayas empezado con el pie izquierdo. Seguro te levantaste de mal humor y no veías el modo de remontar la escalada de contratiempo que comenzaron a sucederse. Se quemó el café, se rompió el portón de la cochera y no pudiste sacar el auto, llegaste tarde a la oficina… ¿Quién no ha tenido uno de esos días en que todo sale horriblemente mal? El secreto para que sean solo minutos de mala onda y no una jornada completa de complicaciones es desactivar la cadena desde el arranque.
Prueba a reírte de lo primero que te salga torcido; frena unos minutos y respira, sonríe a tu “mala suerte” y verás cómo se desactiva la cadena de infortunios. Es ley de atracción pura.
No te ahogues en un vaso de agua; tenemos la capacidad de alimentar los problemas en nuestra mente hasta convertirlos en monstruos incontrolables. Entrenarnos en hacer humor con lo que nos ocurre es una herramienta de gran utilidad para aprender a relativizar lo que no es importante.
Aceptar la adversidad Cuando aceptamos, sanamos. Cuando batallamos contra lo que es, agotamos nuestras fuerzas en estéril combate. Cuando aceptamos, ostentamos la valentía de abrazar lo que tenemos, lo que no queremos.
Cuando nos resignamos, no profundizamos en lo que ocurre y nos volvemos un compendio de negatividades y carencia de alternativas. Nos enjaulamos en nuestro drama y nos convertimos en víctimas protagónicas en el guión de nuestra propia obra. Eckhart Tolle aconseja observar la mecánica de la mente para dejar ser al momento presente. “Esto le permitirá probar el estado de libertad interior de las condiciones externas, el estado de la verdadera paz interior. Entonces vea qué ocurre y actúe si es necesario o posible –argumenta-.
Acepte, después actúe. Cualquier cosa que contenga el momento presente, acéptelo como si usted lo hubiera escogido. Trabaje siempre con él, no contra él. Conviértalo en su amigo, en su aliado, no en su enemigo. Esto transformará su vida milagrosamente”.
Valeria Schapira. Escritora. Autora de “Caminos del alma”. Ediciones Urano.