PARTO HUMANIZADO
Para comenzar, vale conocer que se considera parto humanizado a todo aquel que respete los derechos de lapaciente en el momento de la llegada de su hijo al mundo. Esto es, a grandes rasgos, que ella decida desde quién la acompañará durante el proceso, pasando por en qué posición parir, hasta si quiere o no recibir anestesia.
La Ley N° 25.929 de Parto Humanizado fue promulgada en Argentina en Septiembre de 2015. En su texto establece que “cada persona tiene derecho a elegir de manera informada y con libertad el lugar y la forma en la que va a transitar su trabajo de parto (deambulación, posición, analgesia, acompañamiento) y la vía de nacimiento” y “el equipo de salud y la institución asistente deberán respetar tal decisión, en tanto no comprometa la salud del binomio madre-hijo. Dicha decisión deberá constar en la institución en forma fehaciente. En caso de duda se resolverá en favor de la persona asistida”. Asimismo, toda mujer “tiene derecho a estar acompañada por una persona de su confianza y elección”.
SE PUEDE HABLAR DE CUATRO CARACTERÍSTICAS DE PARTO RESPETADO:
1.- La fisiología del parto: no hacer nada que vaya en contra de la misma, por ejemplo: obligar a la embarazada a permanecer tumbada yendo en contra de la gravedad y dificultando por tanto el descendimiento del bebé por el canal del parto.
2.- Los deseos y necesidades de la mujer: no impedirle que coma o beba, que esté acompañada por quien ella considere oportuno en cada momento, etc.
3.- Los derechos de la mujer como usuaria del sistema sanitario: fundamentalmente su derecho a la información (existencia de complicaciones, ventajas e inconvenientes de los posibles tratamientos) y a decidir libremente.
4.- Los derechos del bebé, principalmente a estar en contacto con su madre desde el primer momento y poder disfrutar de la lactancia materna sin interferencias. El parto seguro y respetado no es un parto en casa ni un parto hospitalario.
Es un parto donde la mujer ha podido elegir, se siente segura, confía en su cuerpo y el profesional que le atiende, además de conocer y respetar la fisiología femenina, conoce también los riesgos de las intervenciones y no las practica de forma injustificada.
Pero es también un profesional que sabe escuchar y detectar si hay algún problema, y si verdaderamente lo hay, sabe informar e intervenir de la mejor manera. En definitiva, conseguir un parto respetado depende más de la filosofía y mentalidad del profesional que atiende que del lugar donde el parto se desarrolle.
Por otro lado independientemente del resultado del parto, si finalmente ha habido o no complicaciones y ha sido necesario intervenir, si este ha sido respetado y la mujer siente que ha sido la protagonista del mismo, que ha participado en la toma de decisiones, que en definitiva el parto ha sido suyo y de su bebé, se sentirá más satisfecha y con más fuerza para superar cualquier tipo de dificultad posterior con la lactancia o la crianza en general.