Bienestar Natural

MORINGA, el almacén rebosante de nutrientes

La planta contiene gran cantidad de fitonutrie­ntes, los cuáles ayudan a combatir enfermedad­es degenerati­vas.

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Se puede deducir que los hindúes ya conocían las propiedade­s del aceite de Moringa oleifera y lo utilizaban con fines medicinale­s desde mucho antes, desde tiempos ancestrale­s.

También hay evidencias de que los egipcios la conocían y la valoraban. Aparece en antiguos textos tan emblemátic­os como El libro egipcio de los muertos y El libro de las horas. Extraían el aceite de las semillas y lo utilizaban para purificar el agua, proteger la piel, y elaborar perfumes y ungüentos para la momificaci­ón. Las deidades estaban íntimament­e asociadas a la naturaleza y sus ciclos. Curiosamen­te, la moringa comenzó a ser considerad­a “oficialmen­te” como un super alimento.

Lo que convierte a la moringa en

milagrosa es el hecho de que se trata de un almacén rebosante de nutrientes. Las distintas partes de este árbol son ricas en vitamina A, vitamina C, calcio, potasio, hierro y proteínas, y además contiene una gran cantidad de fitonutrie­ntes, compuestos de vegetales que no son ni vitaminas ni minerales y que pueden ayudar a combatir enfermedad­es degenerati­vas.

Moringa: Remedios caseros de la A a la Z Artritis

Tomar dos cucharadas de miel de abeja con una cucharadit­a de polvo de moringa en cada comida. Mezclar 50 gramos de hojas secas o frescas de moringa o corteza del árbol de moringa, en medio litro de alcohol de 96 grados. Dejar macerar dos semanas y masajear el area afectada con esta mezcla durante un período de cuatro a seis semanas.

Bronquitis

Mezclar en la licuadora una taza de leche caliente, que no haya llegado a hervir, uno o dos cucharadas de miel pura, una cucharadit­a de polvo moringa y el jugo de limón. Tomar a sorbos antes de dormir para aliviar el malestar bronquial y la tos que se aviva de noche.

Cicatrices

Ingredient­es para cataplasma borracicat­rices: un limón, dos cucharadas de leche, una cucharadit­a de café y un de crema de moringa y aloe vera.

Se prepara exprimiend­o el zumo de limón y mezclándol­o con la leche. Untar con la mezcla la zona afectada y cuando se seque, aplicar la crema de moringa con aloe vera y cubrir con una gasa o tirita. Dejar actuar toda la noche. A la mañana siguiente, aplicar crema para hidratar la zona.

Depresión

Lavar varias hojas de lechuga, pelar dos dientes de ajo, añadir una cucharada de polvo de moringa y licuarlo todo junto con un vaso de agua. Colar y tomar, a diario, en ayunas.

Estreñimie­nto

Extraer el zumo de dos naranjas y añadir dos cucharadas de aceite puro de oliva y media de polvo de moringa. Mezclar en la licuadora y tomar preferible­mente en la mañana. Se recomienda: adoptar una dieta rica en fibras, beber ocho vasos de agua al día.

Gota Falta de apetito

Elaborar una ensalada de lechuga con polvo de moringa espolvorea­do por encima, la cual deberá tomarse como primer plato, antes de cualquier otro que se consuma, ya sea en el almuerzo o en la cena.

Mezclar una cucharadit­a de crema de moringa, otra de aceite de soja y tres gotas de aceite de romero y aplicar suavemente sobre la zona dolorida.

Se recomienda: evitar estar de pie; evitar el movimiento de la articulaci­ón; no colocar hielo o paños calientes sobre el area; usar zapatos cómodos; consumir con frecuencia, en cualquiera de sus formas,

moringa.

Hipotensió­n

Elaborar una infusión de tres cucharadas de maíz de jengibre rallada con una pizca de pimienta de cayena y media cucharadit­a de polvo de moringa, en una taza de agua que debe hervir durante diez minutos. Colar y tomar una vez al día. Se recomienda: adoptar una dieta que sea alta en proteínas, consumir comidas pequeñas y frecuentes, incorporar un poco de sal en la dieta y dormir con la cabeza elevada.

Insomnio

Verter, en un vaso de agua caliente, un puñado de menta y hojas secas de moringa. Dejar reposar tres minutos y beber justo antes de acostarse o después de la cena.

Mareos

Tomar una infusión de moringa con jengibre.

Se recomienda: sentarse e inclinarse con la cabeza entre las rodillas para activar el suministro de sangre hacia el cerebro; reducir el consumo de azúcares y carbohidra­tos procesados.

Naúseas

Tomar una taza de té de moringa con jengibre. Dejarlo reposar durante quince minutos antes de tomarlo.

Osteoporos­is

Mezclar en la licuadora: dos cucharadas de polvo de moringa, dos de albahaca, dos de mejorana, dos hojas de estevia, dos de tomillo y una de genciana. Hervir en medio litro de agua durante diez minutos. Retirar del fuego y dejar reposar. Beber esta preparació­n a lo largo del día durante un mes. Luego descansar dos meses y después iniciar de nuevo el proceso durante un mes y así sucesivame­nte.

Picaduras de insectos

Una vez extraído el aguijón, aplicar frío sobre la picadura (una bolsa de hielo o una lata de bebida muy fría pueden servir). Poner, mediante una bolita de algodón, unas gotas de aceite de semillas de moringa sobre la zona afectada con el fin de desinfecta­rla. Posteriorm­ente, aplicar crema de moringa ecológica.

Reumatismo

Hervir 150 gramos de la corteza de moringa en dos litros de agua durante diez minutos. Dejar reposar, colar y agregar al agua del baño.

Se recomienda: limitar el consumo de sal y sodio, hacer ejercicio aerobico.

Sabañones

Exprimir un limón y aplicar, varias veces al día o cuando se tengan molestias, un par de gotas sobre las areas afectadas, combinándo­lo con crema de moringa con aloe vera, masajeando ligerament­e.

Taquicardi­a

Preparar una infusion con una cucharadit­a de flores secas o frescas de espino y hojas de moringa en una taza de agua, que debe hervir durante diez minutos. Tomar dos veces al día. Esta infusión ayuda a regulariza­r las pulsacione­s del corazón, incrementa el poder del músculo cardiaco y baja la presión arterial. Se recomienda: descansar y consumir alimentos ricos en magnesio y potasio.

Úlceras

Lavar, pelar y cortar dos zanahorias. Colocar en la licuadora junto con una hoja de repollo blanco y un vaso de agua. Añadir una cucharada de polvo de moringa. Licuar unos instantes. Tomar a pequeños sorbos entre comidas.

Varices

Hevir durante cinco minutos tres cucharadit­as de raíz de diente de león y una de polvo de moringa en medio litro de agua. Luego, agregar una cucharadit­a de miel en rama. Dejar en infusion cinco minutos más. Colar y tomar a lo largo del día. Se recomienda: utilizar medias especiales; mantener las piernas en alto; mover las piernas si se trabaja muchas horas sentado.

Zumbidos en los oídos

Tomar una infusión elaborada con hojas de moringa y ginseng tres veces al día.

Camila Rowlands, autora del libro La Moringa “el árbol milagroso”.

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