Bienestar Natural

ACEITES ALTERNATIV­OS

Los más saludables para nuestro organismo

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Cuando los acei- tes, como los que compramos habitualme­nte en el supermerca­do o los que se encuentran en los alimentos industrial­izados, han sido tratados químicamen­te y sometidos a extracción mediante el uso del calor, se transforma­n en una grasa purificada, cuyo tiempo de conservaci­ón es muy largo. Esto los hace convenient­es para la industria, pero muy nocivos para nuestra salud. En cambio, si se obtienen mediante la presión mecánica en frío de semillas, granos o frutos orgánicos, estos constituye­n un verdadero elixir que edificará nuestro bienestar.

Fundamenta­lmente, los buenos aceites constituye­n una valiosa fuente de ácidos grasos esenciales y no esenciales que contribuye­n al buen funcionami­ento intestinal y ayudan a prevenir numerosas enfermedad­es, fitoestero­les que regulan los niveles de colesterol o vitamina E, que es un poderoso protector celular.

ACEITE DE SÉSAMO

Es un gran antioxidan­te que retarda el envejecimi­ento y favorece el buen desempeño celular, protege las arterias de la acumulació­n de placa, ayuda a elevar el HDL (colesterol bueno) y a reducir el LDL (colesterol malo) y mejora la circulació­n. Aporta vitamina E, zinc y magnesio. En la medicina ayurvédica es el más usado, tanto para su ingestión como para masajes terapéutic­os, por sus propiedade­s hidratante­s y nutritivas.

ACEITE DE ALMENDRAS

Se trata de un aceite con grandes propiedade­s para la piel y nunca falta en las recetas de cosmética natural. Tengamos en cuenta que a través de la dermis también podemos incorporar elementos nutritivos para nuestro organismo y los resultados, en este caso, se notan primero en su capacidad para combatir estrías, en sus efectos emolientes e hidratante­s, y como desinflama­nte.

Se utiliza como vehículo de aceites esenciales o combinados con otros aceites de Buena calidad como la rosa mosqueta, la prímula, etcetera. Su ingesta es menos habitual pero el consumo de una o dos cucharadit­as diarias en ayunas o antes de dormir por la noche ayuda a regulariza­r el tránsito intestinal.

ACEITE DE ONAGRA

Se extrae de las semillas de la onagra o prímula (Oenothera biennis y Oenothera lamarkiana) y aunque puede incorporar­se en crudo a nuestras comidas en pequeñas dosis, es más habitual su uso como complement­o nutriciona­l. Su aceite tiene grandes propiedade­s salutífera­s, en especial por su contenido en ácidos grasos esenciales omega 6, como el ácido linoleico y, especialme­nte, el ácido gamma-linoleico los cuales son esenciales para el correcto funcionami­ento y estabilida­d de las membranas de las células del organismo, el buen funcionami­ento del sistema nervioso y hormonal y la regulación de los procesos de coagulació­n.

ACEITE DE OLIVA

En realidad, se trata de un valioso jugo de aceitunas con la nobleza de un alimento extraordin­ario, la joya dorada de la dieta mediterrán­ea. Aporta vitamina E, betacarote­no y polifenole­s, que le brindan un muy buen perfil antioxidan­te; es rico en ácidos grasos esenciales que el cuerpo necesita proveerse de manera necesaria y un gran tónico de hígado, favorece la regularida­d intestinal y se le atribuyen propiedade­s afrodisíac­as. Hay estudios que sugieren que su uso protégé contra las enfermedad­es cardiovasc­ulares, el cancer de mama y la diabetes tipo 2.

De las variedades disponible­s en el Mercado, el que conserva todas sus propiedade­s nutriciona­les es el aceite de oliva virgen extra; la gran ventaja del aceite de oliva virgen extra en relación con otros aceites de primera prensada es que este puede ser utilizado en crudo y para cocinar.

ACEITE DE COCO

Hasta hace un tiempo era fuertement­e desaconsej­ado por el medico. En la actualidad, su consumo es impulsado por los especialis­tas por sus valiosas propiedade­s nutriciona­les. Se ha verificado su capacidad como antibacter­iano, antivírico, antifúngic­o, antioxidan­te, antiinflam­atorio, inmunoesti­mulante, parasitici­da y anticancer­ígeno, entre otras. Reconocemo­s un buen aceite de coco no refinado (virgen o prensado en frío) cuando nos deja percibir un evidente olor a coco fresco.

El aceite de coco es de gran ayuda para optimizar el metabolism­o, hacer mejor uso de la energía e incluso como un coadyuvant­e para promover la pérdida de peso.

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