CORAZAS MUSCULAR ES y cómo afectan nuestra salud
Mente, cuerpo y energía vital desde la Bioenergética
Somos más que nuestro cuerpo y cada vez más hay estudios que indican la correlación entre mente, espíritu y cuerpo. Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de la conciencia emocional, de ahí la importancia de tomar consciencia de cómo estamos trabajando nuestras emociones, ya que al no ser procesadas, derivan en enfermedades físicas.
Por ejemplo el miedo, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el miedo se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico. Desde oriente esta consciencia se instauró hace muchísimos años, pero en occidente – poco a poco – va ganando espacio y una de las ramas occidentales que lo abarca es la bioenergética.
BIOENERGÉTICA
La bioenergética es una psicoterapia clínica, como podría ser el psicoanálisis o un enfoque transpersonal, y el fundador es el estadounidense Alexander Lowen. A partir de los trabajos realizados por su maestro, el neuropsiquiatra alemán Wilhelm Reich, quien consideraba que todo ser vivo es un sistema energético con una “pulsación” propia, por lo que toda enfermedad, en mayor o menor grado, sería una alteración del ritmo y funciones básicas del organismo, logró desarrollar la bioenergética. Desde la bioenergética se plantea que somos mente, cuerpo y energía vital. Por lo tanto, un ser humano saludable es aquel que posee fuerza vital. Los seres humanos no son sólo un cuerpo material, sino un sistema de energías sutiles que se manifiesta a través de su aspecto mental, emocional, físico y espiritual, que al alterarse dan pie a malestares diversos.
Estos malestares se generan por bloqueos en el flujo de energía, los cuales poseen causas físicas, como alimentación inadecuada, consumo de drogas, alcohol o tabaco y traumatismos por accidente, pero también pueden deberse a toxinas emocionales, tales como tristeza, estrés, angustia, miedo y pensamientos negativos.
EL CUERPO TIENE MEMORIA CELULAR
Somos nuestro cuerpo, lo que nos pasa emocionalmente y nos pasa también físicamente. Todo está integrado, tal como lo ha planteado hace años la medicina oriental. El cuerpo tiene memoria celular, entonces las experiencias de historias de vida quedan registradas a
este nivel, que va más allá de un registro cognitivo. A lo largo de nuestra historia vamos desarrollando una especie de “corazas” musculares que tienen que ver con ciertas rigideces. Por ejemplo, una persona que ha estado viviendo con mucho miedo, su respiración tiende a bajar, a hacerse más estrecha. Si esto es constante, genera una rigidez en los hombros, espalda, cuello, y esto se instala como un patrón de respiración, donde cada vez se va respirando con estrechez. Desde la bioenergética se trabaja justamente esto, el desbloquear esas corazas musculares que se han ido generando por factores emocionales, con el fin de mover la energía vital. Estas corazas musculares que se van generando en una persona tienen que ver con su historia, con sus heridas, con su presente, por lo tanto no sólo se trabaja el movimiento del cuerpo para movilizar esta rigidez, sino que también se acompaña a la persona desde el plano emocional; al fin de cuentas, se trabaja el todo integrado.
Por lo tanto, hay una estructura física que está determinada por una historia. Recordemos que la energía (chí o kí) se encuentra en una cantidad limitada en nuestro cuerpo, y su condición sana es la de circular libremente, suele ocurrir que la estructura del carácter, donde la experiencia lo va formando, puede llegar a limitar dicha circulación y la respiración de forma plena. Este bloqueo se origina por la represión y luego inconscientemente la evasión de la emoción a la que no
queremos enfrentarnos, y se deja de sentir porque la energía se retiene, no existe movimiento, se ha “dormido” el cuerpo.
Dentro de los principios básicos de la bioenergética podemos encontrar:
1- Todo organismo vivo, especialmente el ser humano, recibe y emite energía
2- Dicha energía puede emplearse para desarrollar el organismo o para destruirlo
3- Esa energía puede canalizarse de forma adecuada para influir positivamente en los trastornos energéticos del cuerpo que afecten tanto a la salud mental como física. Entonces, estamos frente a la clave para mantenernos saludables y es: el desplazamiento adecuado de la energía vital de nuestro cuerpo.
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
Seguramente te estarás preguntando ¿Cómo podemos generar cambios en el cotidiano para mantenernos saludables?
1- Parte por tomar consciencia de cómo estar respirando. Esto es fundamental a la hora de trabajar la energía vital de tu cuerpo.
2- Renuncia a todo aquello que te contamina. Dile adiós a los pensamientos negativos, limitantes, a creencias y patrones que entorpecen tu vida.
3- Aléjate del drama. Siempre es bueno mirar las cosas desde otra perspectiva, evaluar opciones, así podemos alejarnos de las quejas y del drama.
4- Mueve tu energía. Practica deporte, sal a caminar, camina por la playa, baila, procura mover tu cuerpo para movilizar la energía de tu organismo.
5- Aliméntate sanamente. La comida es el motor de nuestro cuerpo, así que es súper importante tomar consciencia de lo que estamos ingiriendo y qué tan saludable es para nuestra energía vital.
6- Conecta con tu corazón. Como somos mente, cuerpo y espíritu, es importante conectar con nuestro corazón y repasar aquellos recuerdos agradables de nuestra vida. Traerlos al presente, volver a sentir lo que nos llenó de energía en algún momento de nuestras vidas, es fundamental para enviar los mensajes correctos a nuestra mente y revitalizarnos.