Cómo prevenirnos de los “estresores ambientales”
EL ANÁLISIS DEL LIC. SANTIAGO GÓMEZ (MATRÍCULA: 15.159)
En la actualidad nos encontramos con personas que les cuesta adaptarse a los diferentes cambios que la sociedad les plantea - como nuevos desafíos - y como no pueden lograr una adaptación saludable, comienza a aparecer la sensación de saturación o de estar colapsando a través de diferentes problemáticas, como el estrés o las enfermedades psicosomáticas.
¿Cómo afectan los cambios? Los cambios sociales actuales, como las familias ensambladas; el temor a la pérdida laboral; la inseguridad; la violencia de género; la agresividad en sus diferentes formas y la incertidumbre con el futuro cuando no se perciben reglas claras de juego, influyen de manera negativa en la psiquis de los individuos ya que generan diferentes perturbaciones psicológicas que son motivo de consulta.
Los estresores ambientales hacen que los sujetos estén en un estado de alerta permanente, que van sensibilizando el Sistema Autónomo Simpático, -Sistema de Alarmas- provocando diferentes problemáticas que afectan la salud, algunos de ellos son: Síntomas de ansiedad (taquicardias, palpitaciones, sudoración, inquietud); Síndrome de burnout o “del quemado”; Estrés; Ira; Crisis de pánico y fobias; Trastornos del ánimo; Problemáticas psicosomáticas.
Hay muchas personas que consultan porque sufren de ataques de ira por causa del estrés ocasionado por los estresores ambientales. Estos sujetos reconocen que tienen muy poca tolerancia a los problemas cotidianos, no resisten nuevas presiones y explotan con gritos e insultos frente a la menor dificultad que se les presenta. La típica frase es “ni yo me aguanto”.
Prevención:
Para no enfermarse frente a los cambios y exigencias sociales, se necesita ser resiliente, que es la capacidad de adaptación a las situaciones de crisis sin enfermarse. Cuanto más resilente es una persona, mayor capacidad de salud tiene.
Cuando la persona no puede solo, debería buscar ayuda para aprender diferentes recursos psicológicos que le permita tener una adaptación activa al exterior.
Factores que ayudan a ser resiliente:
● Aprender a negociar con el exterior.
● No pensar en términos de blanco o negro. Incluir la gama de los grises.
● Tener en cuenta que los problemas no desaparecen, van cambiando.
● Establecer una jerarquia de problemas.
● No renegar frente a los obstáculos, pensar en soluciones, cómo lo resuelvo.
● A mayor flexibilidad, mejor adaptación.
● Pensar que siempre se puede vivir mejor.
“El lugar donde descansamos puede estar afectado por radiaciones naturales originadas por la geofísica del lugar, variaciones del campo eléctrico o magnético terrestre, el gas radón, los efectos producidos por las aguas subterráneas o las conocidas redes naturales Hartmann o Curry, son agentes naturales que pueden tener un efecto negativo en nuestra salud. Todos estos factores son imperceptibles a nuestros sentidos pero nuestro organismo, a largo plazo, acusa sus efectos siendo estos desde pequeñas molestias hasta enfermedades degenerativas graves”.