Enciclopedia de la Alimentación Sana y Natural
Acción diurética
Es un alimento que facilita el proceso digestivo y es muy útil para eliminar el excedente de líquido del organismo. Además, colabora en la producción de jugos biliares y de esta manera previene la formación de cálculos.
Disminuye el colesterol
Por su contenido de fitoesteroles, interviene en la reducción del colesterol, por lo que es apto para personas que necesiten mantenerlo bajo control. El peligro que encierra un nivel alto de colesterol está asociado a los problemas cardiovasculares.
Bajo en calorías
El alcaucil es muy recomendable en dietas en las que sea necesario reducir el peso corporal. Contiene 45 calorías cada cien gramos, por lo que conviene tenerlo en cuenta a la hora de armar un plato sano y nutritivo.
Acelera el tránsito intestinal
Gracias a la presencia de fibra, es muy útil en casos de estreñimiento. Activa el funcionamiento de los intestinos, ayuda a regularizarlos y permite eliminar con mayor rapidez los desechos que nuestro organismo ya no necesita.
Aporte nutritivo
Es una fuente de minerales y vitaminas. Contiene hierro, mineral fundamental para la formación de los glóbulos rojos, transporta energía a las células y también interviene en el funcionamiento del sistema nervioso.
Favorece la visión
La vitamina A presente en el alcaucil, también llamada retinol, aporta beneficios a la vista. Además, incide en la formación de los dientes, los huesos y el mantenimiento de la piel. La deficiencia de esta vitamina produce problemas de visión.
Regulariza la función hepática
Ayuda a digerir las grasas consumidas, depura los riñones y es muy efectiva para el correcto funcionamiento del hígado. Debido a la presencia de taninos, sustancia que aporta sabor amargo, también posee acción desinflamante.
Efecto antioxidante
Contrarresta la acción de los radicales libres, responsables de atacar las células y producir el envejecimiento del organismo. Por eso es muy adecuado para prevenir la aparición de algunas enfermedades degenerativas como el cáncer.
Directo al corazón
Los alcauciles requieren de un trabajito extra para dejarlos listos para el consumo. Predomina el color verde oscuro y también pueden tener toques violáceos. Se los lava cuidadosamente, las primeras hojas hay que desecharlas porque son duras y no comestibles, luego aparecerán las más tiernas. Se les corta la parte de arriba para que quede sólo lo mejor del alcaucil y se cocinan en agua hirviendo con un poquito de sal y un chorrito de limón para evitar que se oxiden. Se pueden cocinar tartas, soufflés, agregarlos a las pastas y también se los puede rellenar.