BAJO LA LUPA HOY: BEBIDAS GASEOSAS
Ricas, dulces, codiciadas. Las bebidas gaseosas son muy requeridas a la hora de beber algo sabroso que acompañe las comidas. Nuestro cuerpo necesita incorporar líquidos para ayudar a eliminar los desechos que acumula el organismo, también facilita la digestión, previene el estreñimiento y ayuda a transportar los nutrientes. Las consecuencias de la deshidratación son: cansancio físico, calambres, desmayos y la temperatura corporal se desequilibra. Si bien tomar líquidos es fundamental para la salud, las bebidas gaseosas deberían consumirse con poca frecuencia ya que las consecuencias de su ingesta no son del todo saludables:
Contienen gas y esta característica las vuelve indigestas, inflaman el estómago y producen sensación de saciedad.
El ácido fósforico que contienen las burbujas atenta contra la absorción del calcio.
El sodio que incluyen es perjudicial para personas con hipertensión, provoca retención de líquidos y sobrecarga la función renal.
El azúcar las vuelve peligrosas para personas con sobrepeso y están prohibidas para quienes tengan diabetes. También provoca caries.
Tienen cafeína que produce adicción, interfiere en la correcta absorción de nutrientes y estimula el sistema nervioso, por lo que produce insomnio e irritabilidad.
Colorantes, aditivos, conservantes, son componentes de este tipo de bebidas y son poco aconsejables para el consumo habitual. Lo ideal sería consumir bebidas lo más naturales posibles. Podemos reemplazar las bebidas gaseosas con otros líquidos más recomendables como el agua, los jugos de frutas de estación, batidos combinados de frutas y verduras, tés de hierbas. También podemos crear nuestras propias bebidas saborizadas agregando jugo de frutas, jengibre, canela, menta, o cualquier otro ingrediente que aporte sabor al agua. De esta manera obtendremos refrescos ricos y saludables.