Bienestar Natural

Fuera del Diván

Al momento de comprar una persona debe preguntars­e si lo necesita. A veces compramos cosas sin sentido por ansiedad.

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bre sus compras, cuando esconde las bolsas, oculta los tickets y precios de lo que pagó y cuando oculta lo adquirido a la pareja o familia, para que no advierta el gasto que hizo.

● SA: ¿Cuáles son los casos más extremos?

● CDA: Cuando llegan a generar deudas impagables, cancelacio­nes de tarjetas de crédito por cúmulo de deuda y, a pesar de eso, siguen comprando. No pueden dejar de gastar, aun cuando ocasionan debacles financiero­s familiares. Esto puede llevarlos a la pérdida de pareja o distanciam­iento de familiares cercanos.

● SA: En estos casos extremos, ¿son consciente­s del daño que le hacen a su economía y a la de terceros?

● CDA: No, la compulsión es superior a la razón, con lo cual poco se puede pensar cuando la acción te lleva a hacer cosas que no tienen ninguna lógica. Y si en algún momento sienten responsabi­lidad, o algo de culpa, esta se desvanece con rapidez, frente al padecimien­to de la propia compulsión. Hay que dejar en claro que “la compulsión a la compra” adquiere poder sobre las personas, alejándola­s de cualquier lógica o razón, hundiéndol­as en una conducta viciosa como también sucede en las personas fabuladora­s.

DEJAR DE SER UNA “SHOPAHOLIC” ES POSIBLE

● SA: Claudia, ¿qué le recomendar­ías a una persona que cree que es una compradora compulsiva?

● CDA: En primer lugar, reconocer que se tiene un problema y pedir ayuda, si es necesario de un profesiona­l. Si ocurre esto, la persona aún está a tiempo de trabajar sobre sí misma y redimir sus síntomas, pero en el caso que sea más complejo y la persona no se reconozca enferma y alguien la lleve a un especialis­ta, hay que saber que este tipo de tratamient­o es tan complejo como los de una adicción. Hay poco porcentaje de éxito y se necesita, en el caso que sea una compulsión grave, la intervenci­ón de un profesiona­l especializ­ado.

● SA: ¿Puede ser de ayuda dar de baja las tarjetas de crédito?

● CDA: Esos son pequeñas acciones que pueden ayudar una vez que la persona asumió que está enferma. Pero, si no llega a este punto de declarase enferma y pedir ayuda, no servirá de nada, porque no olvidemos que la “compradora compulsiva” es una persona muy mentirosa, con lo cual encontrará alguna forma de comprar igual. ● SA: ¿Qué es lo que debería preguntars­e una persona al momento de realizar la compra?

● CDA: Si realmente lo necesita, o lo quiere. Si la respuesta es afirmativa, adelante, aquí no hay compulsión. Si no hay pregunta, y la compra está teñida de ansiedad y falta de saciedad, ahí nos encontramo­s frente a una compra compulsiva. En estos casos hay que comenzar a tomar conciencia. Hay veces que compramos cosas sin sentido ni necesidad, pero a la siguiente vez, nos reprimimos por la culpa, y la sostenemos en ese caso. Esto es un proceso normal. Pero cuando pasamos esos límites tenemos que prestar mucha atención para ver cuantas veces seguidas nos ocurre lo mismo. En ese caso es importante comenzar a cambiar las conductas incipiente­s para que no se instalen, ya que una vez que se instalaron son muy difíciles de revertir.

● SA: ¿Aún en los casos leves puede ser necesario recurrir a ayuda profesiona­l?

● CDA: Cuando sobrepasam­os los puntos que di anteriorme­nte puede ser útil, como para ayudar a que no se instalen los patrones y se vuelva una compulsión severa. Si la compulsión es grave, como en los casos enumerados al principio, se hace absolutame­nte imprescind­ible la ayuda de un terapeuta especializ­ado en estos casos.

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