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OREIRO EN RUSIA: "A MI HIJO LE SIGO DANDO LA TETA"

La actriz celebró sus 20 años de carrera con un viaje al viejo continente, donde cantó para 60 mil personas. Habla de sus 13 años con Ricardo Mollo y que aún le da la teta a Merlín. Reniega de las cirugías porque atentan contra su carrera actoral.

- Por Carlos Piro

Celebrando sus 20 años de carrera, dio un megaconcie­rto en Moscú. Habla de la edad, las arrugas, dice que no quiere hacerse cirugías y explica por qué amamanta a Merlín, de más de dos años.

“Entendí que los rusos me quieren porque crecimos juntos y hoy me siguen con sus hijos”.

Tienen una relación de muchos años. Quizá por eso la cuidan tanto, y no dejan que la distancia ni el paso del tiempo hagan mella en el amor que se tienen. Así, Natalia Oreiro (36) y Rusia, por más diferentes que puedan ser, se aman como el primer día que se vieron cara a cara, allá por el año 2000, tres años después de que los rusos vieran por televisión una de sus novelas más importante­s, 'Ricos y famosos'. Desde entonces, la actriz y cantante ha visitado el país casi todos los años, y hasta se instaló en Moscú durante dos meses en 2005 para trabajar en una miniserie, 'Al ritmo de tango'. “Siempre fue alucinante para mí, y recién en el viaje que hice en diciembre de 2013 entendí que me quieren tanto porque crecimos juntos”, define sentada el piso del estudio de grabación que tiene en su casona del barrio porteño de Palermo y que habita desde 1999. “Es de 1887, fue la primera casa de la zona”, señala con orgullo y agrega que la compró aún antes de enamorarse de Ricardo Mo

llo (56) y de soñar con que se convierta en la residencia de la familia que confor man con

Merlín Atahualpa (2). “A veces tengo la fantasía de que en otra vida fui rusa, porque físicament­e me parezco mucho a ellos, más que nada, por la cara redonda de 'mamushka'. Hasta con el idioma me llevo bien... Mejor con el ruso que con el inglés, que lo estudié. El ruso me sale más espontáneo, me resulta cercano”, cuenta la actriz, para explicar tanta afinidad. “La mayoría de los que me vienen a ver, hoy vienen con sus hijos. Tenían 20 años cuando viajé por primera vez y hoy me siguen con sus hijos. Los acompañé en su infancia y las cosas que te pasan en la infancia te acompañan para siempre” explica con un brillo especial en los ojos. Y sabe también que ese amor es la puerta para otras oportunida­des. Es que mientras la televisión rusa repite por décima vez 'Muñeca

brava' y emite 'Sos mi vida' juntas y en horario central, se preparan para estrenar 'Wakolda' (la película de Lucía Puenzo) en junio. “Eso también está bueno, porque en Rusia se ven otras cosas que hice además de Muñeca brava, como ‘Lynch’ (una serie producida en Colombia), como ‘Wakolda’, vieron todas las películas… están al tanto de todo. Es un intercambi­o muy interesant­e, que nos beneficia a todos”, explica Oreiro que se presentó en Moscú, en el Festival de Música Súper Discoteka ante más de 60 mil personas que la ovacionaro­n. “Es un festival para grupos rusos, pero a mí me consideran como una rusa más, porque hablo y canto en su idioma, estuve viviendo allá. La relación me resulta algo de mucho amor, no lo siento distante, tiene que ver con l as emociones, puedo ver profesiona­lmente el hecho, si había mucha gente, si sonó mejor o peor, pero hay algo de emoción que supera todo lo artístico, como un vínculo… No sé… por ahí me pongo medio sentimenta­l… Pero el vínculo con ellos es eso, muy sentimenta­l, muy cercano” completa.

La actriz ya hace mucho tiempo que se convirtió en una celebridad, pero no deja de ser una mujer sencilla, que tiene presente todo el tiempo a aquella niña de 8 años que le insistió a sus padres para que la dejaran comenzar su carrera. “Voy, siguiendo siempre a esa nena de ocho años que quería actuar, entender por qué l o hacía y qué es l o que me divertía hacer. Tratando de ser sincera con eso y tratando de superar mis limitacion­es. A mí me gusta hacer esto y le pongo todo. Cuando uno es más chico, tiene menos experienci­a y menos herramient­as, pero a partir de que uno desarrolla una carrera, comienza a funcionar una rueda que podés hacerla crecer o hacerla desaparece­r. Siempre traté de que en cada proyecto pueda actuar mejor, elegir mejor, la experienci­a hace que uno haga las cosas mejor, siempre traté de evoluciona­r y no involucion­ar, para eso, siempre traté de no mentirme y de correrme de los lugares comunes, de las cosas que ya hice, no creerme tanto el momento sino la construcci­ón de los distintos momentos”, explica y agrega: “Hoy los rusos pueden ver tres, cuatro o cinco cosas muy distintas mías, que tienen que ver con la edad que tengo, con las cosas

que fui atravesand­o y construyen­do, me da infinita alegría y muchísima ternura que vuelvan a ver 'Muñeca brava', pero que también vean 'Lynch', que vean 'Wakolda', que canten mis nuevas canciones, es una mezcla de gratitud y sorpresa pero también me lo tomo con naturalida­d”, asegura.

Este año se cumplen 20 años del comienzo de su carrera en la Argentina y la actriz lo recordó por casualidad, pero se entusiasma en la enumeració­n de sus trabajos. “Fue ayer, me acuerdo todo”, dice y recuerda que empezó en Canal 9, haciendo ' Alta Comedia' y que cuando el canal de Alejandro Romay se mudó al predio de Dorrego, se grababa mientras se construían los estudios. “Cada telenovela que hacía, inauguraba un estudio de Dorrego, fueron seis en total. Era magnífica la época de Alejandro. Me trataba como a una nieta, me metía en su oficina sin golpear y hablaba de plata a los 18 años con él. Al principio, me pasaban cosas como que me dijeran que no me maquillara porque por ahí ni salía y yo pensaba 'Alguien me va a ver'. Hacía como que actuaba cada vez que la cámara se me acercaba porque estaban los protagonis­tas. Y de hecho, alguien me vio. No me olvido de nada. No lo tomaba como algo peyorativo que me dijeran eso, me decían algo que era cierto, pero yo no entendía cómo era que si tenían la posibilida­d de estar ahí, no hacían algo. No sos un mueble que te ponen de relleno, había que aprovechar cada segundito”, se ríe, orgullosa de saber que peleó con sus armas y con su talento el espacio que se ganó en el negocio del espectácul­o.

Feliz con su vida en la Argentina, siempre menciona con nostalgia su Montevideo natal, aunque viaje todo el tiempo. “Extraño los atardecere­s”, dice con una sonrisa. “El sol se pone en el río y podía ir todos los días a la playa, porque Montevideo es una ciudad que mira el río, en cambio, Buenos Aires le dio siempre la espalda, aunque ahora están arreglando la Costanera y es un lugar muy lindo para ir a pasear”, agrega.

“Con Ricardo tenemos una vida muy natural y Merlín también. Toma teta, come semillas y no conoce los caramelos”.

Con una vida dedicada a su carrera, reconoce que por su personalid­ad, primero le hace caso a sus impulsos y luego razona sus movimiento­s tanto en lo personal como en lo artístico. Y así elige los pasos a dar en su carrera, con una frase que le gusta repetir y que justifica decisiones personales que son las que hubiera tomado la mayoría. “El precio de mi libertad”, dice Oreiro con firmeza, y a veces, con resignació­n. “Quiero hacer otras cosas, por suerte siempre fui muy consciente de eso. Rescindí mi contrato musical en mi mejor momento, después de tres años de gira. Me ofrecían grabar en otros idiomas, con otros artistas, pero yo sentía que ya no estaba allí, no estaba sucediendo lo que yo quería. Y lo que yo quería era comenzar una construcci­ón, hacia dónde quería ir en mis próximos diez años, y quería elegirlo yo, porque si eligen por vos, sonaste. Quiero ser dueña de mi mundo”, define.

En estos días, la actriz está sorprendid­a por otro reconocimi­ento que agrega a su carrera. Es parte de la Academia de Cine de la Argentina, que preside

Juan José Campanella (54) con el cargo de Vicepresid­enta suplente. Y allí, tras una reunión, mientras miraba una exposición de objetos históricos del cine argentino, mientras pensaba si algún día su trabajo entraría en la historia, una responsabl­e de la muestra le preguntó si tendría algo para exponer. “No lo podía creer. Guardo casi todo, porque aporto muchas cosas a las películas…. No siento que estoy haciendo historia”, dice con inocencia, casi disculpánd­ose.

Oreiro sueña con cuarenta años “muy prósperos” más de carrera, eligiendo sus trabajos y cuidando su cuerpo. “Mi imagen es parte de mi trabajo, pero no lo es todo. Lo que me pasa con el cine y me encantaría que pase en la tele también, es que valen las arrugas. No por eso quiere decir que me quiero ver arrugada. Pero la verdad que transmite una arruga en la pantalla es gratifican­te para el

“Si me opero toda, jamás voy a ser una gran actriz. Creo en el poder de lo gestual y en las marcas que deja el tiempo”.

espectador, porque a la mujer le pasa algo en relación con la edad que tiene. Para mí es muy importante ser natural. Por supuesto que me quiero ver bonita. Y joven, mientras pueda. Pero tampoco voy a sostener algo irreal, porque a lo que yo quiero apuntar como actriz, es a una verdad que va acompañada a cómo me vea. Si yo quiero ser mejor actriz y me opero toda, nunca voy a llegar a ser una gran actriz, porque es falso lo que estoy haciendo. Que no suene peyorativo, que no se ofenda nadie. Es mi decisión. Hacerme una cirugía estética me condiciona­ría a hacer papeles de gente que puede operarse. No podría hacer a los 60 años de una mujer humilde de 60 años si tengo la cara hecha…” explica.

Hoy reconoce que debería retomar su rutina de ejercicios, y que está mal que lo diga, pero no está haciendo nada. “Siempre me gustó hacer cosas divertidas, como trapecio, entrenarme como cuando tuve que interpreta­r a una boxeadora, hice gimnasia olímpica de chica, pero me aburre hacer cinta. Lo hice después de determinad­a edad y de tener a Merlín, me puse las pilas y empecé a hacer algo para poder comerme todos los dulces que quisiera. Así y todo, tengo mis épocas. Ahora no estoy haciendo nada. Pero sé que si quiero tener buena energía, tengo que estar entrenada para subir a un escenario para hacer un show, cantar una hora y media. Además, mis últimos dos años, como mi hijo sigue tomando la teta, no duermo t odo l o que debería”, cuenta y admite que este será el último año que Merlín se alimente de leche materna. “Estamos trabajando para que deje. Antes era libre demanda, pero ahora hay horarios. Se alimenta muy bien, y aunque ni Ricardo ni yo comamos carne, sí le damos pescado dos veces por semana porque le gusta” agrega y describe su alimentaci­ón sana: “se alimenta con muchas semillas, Merlín no sabe lo que es un caramelo, para él, los caramelos son las semillas de todo tipo y te las nombra. También muchas lentejas, hortalizas,

verduras, le gustan las algas, la raw food, galletas deshidrata­das, almendras, castañas de cajú, pistachos, chía, lino, pasas de uva, le encantan las hamburgues­as de quinoa. Uno se acostumbra a ciertos sabores, y cuando los saturás el gusto por ciertas comidas preelabora­das, hay sabores que no los sentís. Si estás acostumbra­do a comer comida chatarra como hamburgues­as y papas fritas, no te va a gustar nada de lo que digo. Pero a Merlín le encanta lo que le damos. Come cuatro frutas por día como mínimo. Ya va a conocer otras cosas cuando interactúe con otros pibes, es el mundo en que vivimos todos, lo mismo cuando va a visitar a las abuelas o viaja en avión. Pero en el día a día, come lo que le hace

bien, y le genera una base para el futuro, como nosotros. Porque no es que nosotros comemos una pata de pollo y él come una hamburgues­a de quinoa”, señala.

En la crianza tan especial de Merlín, el papá tiene tanta importanci­a como ella. Y no tiene más que elogios para definir la relación que tiene desde hace 13 años con el líder de Divididos. “Cuando uno elige estar con alguien, lo primero es el respeto, y dentro de ese respeto, están dadas las pautas para la fidelidad- mientras uno quiera ser verdadero en la relación… es eso. Antes la gente se casaba y listo, se escondían atrás de un matrimonio cualquier cosa, pero no se podían separar. Cuando uno elige estar con otra persona, listo, es la elección. Si no, te ata otra cosa que la sinceridad y la verdad. No tomo al otro como una posesión. La otra persona va a querer estar conmigo mientras le sucedan cosas. Es un ida y vuelta siempre. Mientras querramos…” dice, y acepta que el secreto para estar feliz durante tanto tiempo es acompañar al otro. “Siempre tuve tendencia a tener parejas largas. El secreto es hacer sentir al otro mimado, acompañado. Dulcemente. Siempre me funcionó la dulzura, soy de tener un día a día dulce, sin grandes estridenci­as, no por eso aniñado, de suavidad. Soy tranquila, no me gusta gritar. No esquivo la discusión, porque no siempre pensamos igual en todo, pero siempre me gusta hablar”, asegura.

Dentro de esa dulzura y de esa estabilida­d que tanta tranquilid­ad, los celos no tienen lugar. “No soy una mujer celosa por naturaleza. Obviamente, tiene que ver con la seguridad que te da tu pareja, en ese sentido, a veces me he puesto firme con alguna mujer que se haya desubicado, pero no soy de poner en mi pareja lo que genera un tercero. No le doy lugar. Tengo mucha necesidad de estar tranquila, a algunos les genera cierta adrenalina el tema de provocar celos o tenerlos, pero a mí no me pasa. No me gusta ese ‘mambo’, no me gusta esa insegurida­d. No me hace feliz”, sentencia.

“No soy celosa. Me siento segura con mi pareja y la familia que he construido. Me gusta hacer sentir al otro mimado y acompañado”.

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 ??  ?? El ingreso al escenario fue sorprenden­te. Sus fans la adoran. Los saludó en ruso y le respondier­on en castellano. A pesar de lucir espléndida, Natalia asegura que no se ocupa de su físico ni la obsesiona el gym.
El ingreso al escenario fue sorprenden­te. Sus fans la adoran. Los saludó en ruso y le respondier­on en castellano. A pesar de lucir espléndida, Natalia asegura que no se ocupa de su físico ni la obsesiona el gym.
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 ??  ?? Se presentó en el Festival de Música Súper Discoteka. La intérprete cantó 'Me muero de amor', 'Tu veneno' y 'Cambio dolor'. Ella diseñó su propio vestuario y una vez más, logró marcar tendencia en Rusia.
Se presentó en el Festival de Música Súper Discoteka. La intérprete cantó 'Me muero de amor', 'Tu veneno' y 'Cambio dolor'. Ella diseñó su propio vestuario y una vez más, logró marcar tendencia en Rusia.
 ??  ?? La actriz se presentó en el shopping Evropeyski­y, desbordado de fans. El encuentro estuvo por suspenders­e, pero ella les habló y logró serenarlos. Firmó autógrafos y se fotografió junto a los asistentes, que portaban carteles con su nombre.
La actriz se presentó en el shopping Evropeyski­y, desbordado de fans. El encuentro estuvo por suspenders­e, pero ella les habló y logró serenarlos. Firmó autógrafos y se fotografió junto a los asistentes, que portaban carteles con su nombre.
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En Moscú están emitiendo 'Sos mi Vida', y 'Muñeca Brava' por décima vez. También van a estrenar 'Wakolda'. Todos sus trabajos son proyectado­s en el país con gran éxito de la crítica y del público.
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Junto al río Moscova, que atraviesa la capital rusa, Natalia evoca al Río de la Plata. Tras el éxito de “Solamente Vos”, estudia nuevos guiones para cine, su gran pasión. Se reconoce como una actriz a la que le seduce experiment­ar y recorrer siempre...

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