“LOS CHICOS CURAN MI DOLOR”
PANAM CELEBRA SUS 13 AÑOS INFANTILES
Hoy por hoy, es uno de los referentes indiscutidos de los más chicos, y uno no puede imaginarla lejos de la conducción infantil. Sin embargo, hace 13 años para Laura “Panam” Franco era un sueño lejano. Hasta que hubo un click en su vida que la hizo darse cuenta que era el momento de seguir los dictados de su corazón. “Haber perdido a mi papá fue un hecho que me marcó y me hizo dedicar a los chicos. Él siempre me motivaba a que me dedique a los niños, a mostrarme realmente cómo soy, y cuando lo perdí sentí que ese motor se había puesto en marcha y que tenía la fuerza de él para tirarme a la pileta”, recuerda la artista, quien encontró en el infantil “un refugio, un lugar en el ambiente donde me puedo mostrar tal cual soy”. “Yo había estudiado magisterio, no terminé por unas materias que me faltaron, pero era mi vocación. Entonces, al dedicarme a los chicos sentí que había podido completar esa asignatura que tenía pendiente”, agrega.
Como en un cuento de hadas, la conductora de “Panam y Circo” —que regresa el próximo 12 de mayo a la pantalla de El Trece y un mes después al Teatro El Nacional —, fue creciendo año a año hasta posicionarse como uno de los referentes indiscutidos del público infantil. “Yo tenía un sueño, ganas de compartir mi manera de jugar, de expresarme y mostrar mi corazón a los chicos, pero estar 13 años consecutivos superó todas mis expectativas”, se sincera, para, luego de reconocer que “más allá de lo artístico me pude realizar en lo humano” meterse de lleno en lo que recibe desde el escenario y en el contacto diario con sus fans. “Siento que tengo un apoyo incondicional de toda la familia, porque si bien los chicos me siguen hay un montón de mamás muy fanáticas. Me siento muy
querida, realmente una privilegiada”, confiesa, al tiempo que aprovecha para destacar que son esos pequeños e inocentes seguidores los que le han dado la fuerza suficiente para superar los peores momentos de su vida. “Los chicos me ayudan a sanar. A veces estoy triste o mal, tengo ganas de quedarme en mi casa, pero sé que voy a recibir todo su amor y cariño, entonces me da fuerzas y me levanto. Yo en mi vocación encuentro la alegría, la fuerza para seguir, ellos me han ayudado a superar muchos momentos, incluso los peores”, resalta.
Madre de Luca (4), la también autora y productora de sus espectáculos asegura que el pequeño es su “máxima inspiración”, y que es en su casa donde encuentra los temas para sus composiciones, en las que cuenta siempre con el invalorable aporte de Carlos Tarrío. “Este año pensé sobre todo en las madres e hice la canción “mami hace ommm” para cuando se nos va la paciencia. A veces hasta a Ricky, mi marido, le canto el ommm, un poquito para Luca y otro poquito para él, se divide, son los dos niños de la casa”, sostiene entre risas, para luego adentrarse en las claves que, a su entender, encuentra para este éxito ininterrumpido. “Nada me vino de arriba, todo me lo gané en base a perseverancia, auda- cia, trabajo y talento. Yo siempre digo que uno tiene que luchar por sus sueños, y la verdad que mi mayor motor es que no pierdo nunca las ganas de jugar. No importa la edad que uno tenga, lo importante es tener intacta la capacidad de asombro y el corazón de niño”, asegura esta mujer que de niña admiraba a Julieta Magaña y Carlitos Balá y años más tarde se pudo dar el gusto de trabajar con ambos. La misma que, paralelamente a su carrera profesional, ha sabido transitar también el camino de la solidaridad a través de su ayuda a instituciones como la Fundación Olimpíadas Especiales, que la ha distinguido nombrándola madrina. Y que hoy, que cumple 13 años desarrollando el sueño que acuñaba desde que atendía al público en la marmolería de su papá, se encuentra viviendo más que nunca el hoy y nutriéndose del amor de su familia, la energía que irradian esos “bajitos” que la siguen incondicionalmente y el recuerdo permanente de esa niña que está presente dentro suyo. “Chiara vive dentro de mi corazón y el de mi toda mi familia”, cierra, sin poder escaparle a la emoción.