LA BODA DE KIM Y KANYE
EN UN CASTILLO DEL SIGLO XVII
Su vida millonaria les permite concretar cada capricho, aún cuando parezca imposible. Kim Kardashian (33) y Kanye West (36) soñaban con dar el sí nada menos que el Palacio de Versalles. Y cómo no obtuvieron el permiso pertinente, de todas for- mas se las ingeniaron para realizar allí una fastuosa pre-boda. El festejo tuvo lugar el viernes 23 en las afueras de París, un día antes de su enlace oficial en la fortaleza de “Forte de Belvedere”; un imponente castillo del siglo XVII construido por los Médicis en Floren- cia, al que los novios y todos los invitados, incluido el modisto Valentino, llegaron en vuelo privado.
Así fue como la mediática Kim y el famoso rapero se despidieron de su soltería. Ataviada en un sensual y escotadísimo vestido blanco del diseñador belga Martín Margiela, quien también vistió en tonos crema al novio, Kim arribó al palacio en un Porshe. Ya en el interior de Versalles, no faltaron flores, piezas de arte, actores disfrazados de mosqueteros oficiando de mozos, el show de
Lana del Rey, la cantante favorita de Kardashian y un show de fuegos artificiales de siete minutos de duración. Fascinada, la novia compartió una foto de sus famosos jardines en Instagram. “Pequeños ángeles en el cielo nos dan su bendición”, escribió en refe- rencia a una bandada de pájaros blancos. La gran ausente en la fiesta fue la pequeña North, la hija de 11 meses de Kim y Kanye, quien por su corta edad quedó al cuidado de sus niñeras. Alojados en el hotel George V de París junto a amigos y familiares, la pareja culminó en Versalles una semana de festejo previos. Más allá de lo fastuoso de su agasajo en Francia, lo extravagante llegaría horas después en Florencia, donde la pareja dio el sí e intercambió votos en presencia del diácono Rich Wilkerson, quien dirigió la ceremonia nupcial. Su boda italiana fue un despliegue de lujo y ostentación: 300.000 mil euros para alquilar el castillo de cuento de hadas donde finalmente pronunciaron el “Sí, quiero”, miles de dólares en arreglos florales (rosas blancas forra-
ron la pared de fondo del altar), invitados de prestigio y actuaciones de amigos cantantes como la del tenor italiano Andrea Bocelli, que entonó el “Con te partirò”, mientras el ex atleta olímpico estadounidense Bruce Jenner, padrino de la novia y pareja de su madre, la acompañaba en su camino al altar.
“Fue divertido verlo tan tenso a Kanye”, confesó un amigo del cantante, quien quedó maravillado al ver a su flamante esposa ataviada con un vestido firmado por Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy, firma que también vistió a Kanye y a la hija de la pareja. Un diseño estilo sirena con encaje blanco, manga larga y espalda descubierta, con un romántico velo de tul, bastante más conservador que el estilo sexy que la socialité americana suele mos- trar en sus apariciones públicas. Debido a las fuertes medidas de seguridad que “blindaron” el acontecimiento, pocos detalles han trascendido. A ninguno de los familiares e invitados, a los que se le unieron algunos personajes de renombre como la tenista
Serena Williams, Jaden Smith (hijo de Will Smith) o Steve McQueen, director de la oscarizada película Doce años de esclavitud, se les prohibió ingresar con cámaras y teléfonos celulares. Sorprendió la ausencia del rapero JayZ, muy amigo de su colega, y su mujer, Beyoncé, aunque la razón sería la poca simpatía que se tendrían sus respectivas mujeres.
Según algunos medios, la maratón de celebraciones de la pareja alcanzaría los 120 millones de dólares. Todo un record para el tercer matrimonio de Kardashian, trás haber pasado por el altar con el productor musical Damon Thomas en el 2000 y con el jugador de baloncesto Kris Humphries, en 2011, cuyo matrimonio duró apenas 72 horas. Otra extravagancia más para la mediática Kim, mujer acostumbrada a cumplir cada uno de sus deseos y que, al parecer, ha encontrado su alma gemela en Kanye. Seductor y a la altura de su prometida, fue en octubre de 2013 cuando el músico cerró un estadio de béisbol para sorprenderla con un enorme anillo de diamantes y proponerle matrimonio.