“VALERIA SINFONICA”: LA CONSAGRACION DE UNA ARTISTA POPULAR EN EL TEATRO COLON
Esta vez le tocó a ella. Consagrada como una de las voces populares de mayor reconocimiento en la Argentina y en Latinoamérica, Valeria Lynch pisó el escenario del teatro Colón, y la vibración de sus tonos se encendieron frente a la ovación de un público que la reconoce, la respeta y siempre pide más. Consecuente con sus seguidores, la cantante llenó las dos funciones del concierto sinfónico, dándole la oportunidad a muchos de ellos, de ingresar por primera vez al histórico y emblemático recinto de óperas y ballet. Tras 15 millones de discos vendidos, la ganadora del Grammy a la Excelencia Musical 2014, conmovió con sus canciones conocidas, pero esta vez, exquisitamente maquilladas con la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires, dirigida por Gerardo Gardelín, y un coro polifónico bajo la batuta de Hernán Sanchez Arteaga. Así desfilaron “Rompecabezas”, “Me das cada día más”, “Señor Amante”, “Piensa en mí” (todo un clásico), “No llores por mi, Argentina” de la comedia musical “Evita”, que protagonizó en México en los `80 , “Río revuelto”, “Muchacha Ojos de Papel”, en tributo a Luis Alberto Spinetta- “La vida Pasa” (uno de los temas más aclamados y mejores interpretados) y “Amada Mía”, junto al genial y talentoso cantante chileno Luis “Lucho” Jara. Vestida por Claudio Cosano, luciendo un acertado vestido negro bordado con piedras, encaje con cuello smoking y varios tajos, Valeria recorrió el gran escenario, se detuvo para disfrutar del aplauso ininterrumpido y lloró cuando logró cumplir su sueño: cantar a capela “Quiéreme”, una vez finalizada la segunda función; sin músicos, sólo ella, su voz y ese enorme teatro que interactuó como una lujosa caja de resonancia.La ovación no se hizo esperar. Tampoco las lágrimas de esta mujer que defendió su género demostrando que la música popular es nuestro sello como argentinos y que el Colón, como un histórico templo de culto, le abrió sus puertas para saldar una deuda con su música y su gente. Fue una noche de gloria. Memorable. Aquellos conciertos que uno recordará siempre como un gran salto a la emoción y a los sentidos.
Héctor Maugeri.