Caras

LA SUTILEZA DE LA GRANDEZA ARTISTICA EN EL CUERPO DE UN SOLO ACTOR

EL UNIPERSOL EXALTA LA DIGNIDIDAD Y EL ORGULLO DE SER, AUN EN EL DOLOR

-

La magia existe. Sobre todo en el teatro. Cuando el silencio de la sala se hace espeso y se agudizan los sentidos para escuchar a quien relata una historia, es el inicio de un viaje por el que se recorre laberintos de emociones tan profundas como verdaderas. Cuando el actor ofrece el alma en el escenario entregando su arte y se deja llevar por el decir de sus textos y los dolores de su personaje; eso también es magia. No siempre sucede. No siempre se logra. Pero cuando el milagro se instala, entonces el público se pone de pié, y de manera reverencia­l, aplaude. En el unipersona­l “Yo Soy mi Propia Mujer” - escrita por el autor americano Doug Wright, y estrenada en el off Broadway en el año 2007, y en Buenos Aires en el año 2007 – Julio Chavez se pone en la piel de dos personajes antagónico­s, pero al mismo tiempo, unidos por el deseo de ser escuchados y sacudir al mundo por sus propios testimonio­s: Charlotte Von Mahlsdorf, una extravagan­te travesti alemana que enfrentó la opresión y la crueldad homofóbica de los nazis y el comunismo, y al dramaturgo ( el propio autor) que logró convencerl­a para contar su vida en cassettes. Dificilmen­te se logre semejante acontecimi­ento artístico sin la presencia de Chavez, quien con sutilezas, feminidad, gestos puros y precisos, logra ensamblar cada una de las piezas para domar a este espíritu femenino atrapado en el cuerpo de un hombre. El paso de un personaje a otro es impactante. Tanto como cuando se inicia la obra, y se lo ve ingresar por una puerta, para quedar parado sobre sus tacones y sostener, como único elemento revelador, un simple collar de perlas. El gramófono suena con viejos discos de la segunda guerra mundial.

La dirección del maestro Agustín Alezzo permite vislumbrar los pliegues más sensibles de sus personajes y exaltar la dignidad – por sobre todo- y el orgullo de ser. Como si se tratara de un animal salvaje, soportando lo insoportab­le, y sostenido por el amor de una madre que siempre supo contener, Charlotte , o Chavez, atraviesan a puñaladas el corazón del espectador que agradece, con lágrimas en los ojos. HECTOR MAUGERI.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina