ALFREDO ARIAS Y SU DESMESURA ESTETICA
La exquisitez de las imágenes se plasman, como en un lienzo de plata, al rendirle tributo a las más emblemáticas películas argentinas. Desde la mirada y concepción del maestro y excéntrico director Alfredo Arias -fundador del grupo TSE y renovador de la cultura porteña desde su participación del Instituto Di Tella“Cinelandia” es el claro ejemplo de su profundo amor por sus raices: un recorrido por su universo personal, donde la impronta de determinadas imágenes, sellaron su argentinidad y su desmesura estética. Ser parte – y testigo- de una obra de semejante artista es reencontrarse con un lenguaje visual tan vertiginoso, como delicado y atemporal. En cada una de sus historias, relatos o canciones, hay una conjunción coreográfica que se diferencia a todo lo visto anteriormente. Por eso es Arias. Por las sutilezas al enfrentarse con la escritura de Bioy Casares en el filme “El Crimen de Uribe”, dirigido por Leopoldo Torres Rios, y su hijo,Leopoldo Torre Nilson, por su curiosidad al ingresar al melodrama francés de “La Dama de las Camelias”, dirigida por Ernesto Arancibia en 1953, o recrear desde el humor y lo kitch la llegada del color con “Carne”, de Armando Bo, junto a su musa y diva nacional, Isabel Sarli, para finalizar con la candidez y la inocencia de una Libertad Lamarque capaz de embrujar con candidez al cantar sus tangos en “Besos Brujos”. El negro, y los grises son los colores fetiche y los actores se desplazan sobre un escenario oscuro – la típica caja negradonde el espacio escénico y las luces de Gonzalo Córdoba, proyectan profundidades mágicas y difusas. El vestuario de Pablo Ramirez enriquece la puesta y define estilos y épocas con su inigualable mirada vanguardista. Alejandra Radano impone un protagonismo merecido. Nadie interpreta mejor las exigencias del director y capta con precisión cada detalle de sus heroínas. De la misma manera, Carlos Casella, sabe decir con su voz, lo que nadie podría decir en un texto. Su magnitud vocal es cristalina y golpea el corazón de quien lo escucha. Fanny Bianco deslumbra y se destaca interpretando a “La Coca”, no sólo basta con la presencia, la actriz y cantante investigó gestos, poses y es Leandro Bassano Velázquez, uno de los momentos mas festejados de este festival cinema-teatral. El narrador, Carlos Montes, juega y se divierte construyendo al propio Alfredo Arias. Hay cierta nostalgia en sus recuerdos y candidez. Acompañan Adriana Pegueroles y Nahuel Bazán, destacados artistas que elevan la apuesta y apuestan a someterse con rigor profesional al mundo del celuloide Made in Argentina. La propuesta de Arias se materializó: logró hacer un retrato de la idiosincrasia argentina y los elementos que componen nuestro imaginario. Porque el cine- según su directores un reflejo de la sociedad y con Cinelandia, el arte es puro, palpable,viscoso y emocional. HECTOR MAUGERI