La alimentación y su rol en la fertilidad de la mujer
En1989, el Nurses ‘Health Study II, un estudio de cohorte prospectivo de enfermeras dirigido por el doctor Walter Willett determinó los factores de riesgo de la dieta y el estilo de vida. Al inicio, 18.555 mujeres declararon que querían quedar embarazadas y no tenían problemas de fertilidad previos. A lo largo de ocho años de seguimiento, la mayoría de estas enfermeras fueron capaces de concebir, aunque el 13% tuvo dificultades. Mediante el examen de sus dietas y estilos de vida, parece que ciertos comportamientos dietéticos pueden mejorar las posibilidades de la mujer de concebir. También se encontró que, la causa más común de infertilidad femenina fueron algunos comportamientos dietéticos. El síndrome de poliquistosis ovárica (SOP) afecta a un 5-10% de las mujeres en edad fértil y es una de las principales causas de infertilidad ovulatoria. Un fuerte atributo del SOP es la intolerancia a la insulina. Para aumentar esta sensibilidad es conveniente consumir fuentes ricas en fibra de absorción lenta, al igual que comer hidratos de carbono más lentamente digeribles. La elección de los hidratos de carbono, tales como verduras, frutas selectas, legumbres y granos enteros pueden mejorar los ciclos hormonales que guían la ovulación y un aumento de peso saludable durante el embarazo.Además, es imprescindible incorporar proteínas a estos hidratos de carbono lentos. Según Donald Layman, PhD, comer entre 25 a 30 g de proteína por comida, especialmente en el desayuno, puede mejorar la sensación de saciedad, el control del apetito, el descenso de peso y posiblemente reducir la respuesta del pico de insulina después de una comida. Entre los alimentos ricos en proteínas encontramos variedad de carnes, huevos y lácteos. En la práctica habitual son fácilmente reemplazables por tortillas, huevo o yogur en lugar de pan, galletitas o productos de pastelería en el desayuno y con la inclusión de carnes, huevo y quesos en el almuerzo y cena. Los informes de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva indican que el 12% de los casos de infertilidad son resultado del sobrepeso o el bajo peso de las mujeres. Es por eso que mantener un peso saludable puede aumentar la probabilidad de lograr una concepción sin inconvenientes. Durante los últimos 40 años, hay mayor incidencia de sobrepeso y obesidad, la tasa de diabetes tipo 2 se ha disparado, y la enfermedad cardiovascular no ha mejorado mucho. El estilo de vida hace que las actividades diarias sean cada vez más sedentarias. Además aumentó la cantidad de restaurantes de comida rápida y los alimentos industrializados ofrecen variedad de opciones con alto contenido calórico, más económicos, sabrosos y con mayor acceso. El consumo excesivo de hidratos de carbono conduce al incremento de peso y al aumento de los niveles de triglicéridos promoviendo un perfil de lípidos séricos en consonancia con el aumento de riesgo de ECV. También se encuentra relacionado con el incremento de los niveles de insulina que, con el tiempo, provocan insensibilidad a la insulina, síndrome metabólico, obesidad, y, en consecuencia, a la diabetes tipo 2. Por otro lado los carbohidratos no son tan saciantes como las proteínas, por lo que nuestro deseo de comer de nuevo puede ser mayor después de una comida alta en carbohidratos que luego de una comida rica en proteínas. Un meta-análisis reciente indica que la relación entre la ingesta de grasas saturadas y las enfermedades del corazón no es tan mala como se pensaba, y el trabajo más reciente indica que las necesidades de proteínas pueden ser mayores que las recomendaciones actuales. Además, los alimentos ricos en proteínas contienen nutrientes antioxidantes (vitaminas A y E, selenio y zinc) que son fundamentales para la fertilidad y el desarrollo de la placenta temprana. Para lograr una fertilidad óptima es necesario que la mujer se encuentre en un peso adecuado e incorporar alimentos en su estado más natural posible.