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“A LOS 40 SOY MAS LIBRE”

LAS CONFESIONE­S DE ELEONORA WEXLER

- Por Kary López

Trabaja desde los 8 años y siempre fue muy exigente consigo misma, en todos los aspecto de su vida, algo que, asegura, logró cambiar con la madurez. Eleonora Wexler (42) también reconoce que esa seguridad alcanzada, también la ayudó a entregarse y confiar en la historia que plantea “Amar después de Amar”, la nueva tira de Telefé con excelentes mediciones de rating. Con tintes de policial y escenas de alta carga erótica, la ficción protagoniz­ada por Wexler, Mariano Martínez, Isabel Macedo y Federico Amador presenta una historia de infidelida­des y cruce de parejas que será contada entre flashbacks y flashfowar­ds (saltos al pasado y al futuro), una narrativa no lineal novedosa para las ficciones locales.

“Cuando leí la historia, en enero de 2016, me pareció muy interesant­e, al igual que la forma en que se iba a contar. Además de que se tratara de una trama policial, me gustó que sea una historia de parejas que se conocen a destiempo. Tenía varios condimento­s; la pasión, el amor, aquello que sucede cuando tu vida parece funcionar bien y de repente aparece algo que te descoloca y se hace imposible manejar. Todo eso me atrajo, además del formato de 70 capítulos, algo que me resultó muy atractivo. Tengo la sensaciónd­e que la tiras tan largas no funcionan. Tiene que haber un cambio y de hecho fijate lo que pasa con las series, son temporadas cortas con mucha más potencia. Era un riesgo. Fue una gran jugada”, afirma la actriz, quien desde mayo a octubre de 2016 filmó todos los capítulos que saldrán al aire y hoy se aboca a los ensayos de “Umbrío”, la obra del catalán José María Miró que espera estrenar el 1 de abril junto al actor Alejandro Paker, en la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín. También será parte del elenco de “Un Gallo para Esculapio”, la nueva tira de Undergroun­d que será emitida por la señal estadounid­ense TNT.

—En “Amar después de Amar” se la verá en escenas jugadas y eróticas ¿eso le generó alguna presión o estrés?

—No. La vida va pasando y uno va sintiéndos­e más seguro. Crecés, madurás y tenés más certezas. También es un trabajo en equipo y uno confía, en eso me siento más relajada. Me sentí muy cuidada en la tira. Tengo escenas con una carga erótica fuerte, pero creo que están muy bien porque cuentan la historia. No es un golpe efectista, tiene que ver con la pasión, ese amor irrefrenab­le que no pueden parar tanto mi personaje, Carolina, como el de Federico Amador. Es una historia bien escrita y bien contada.

—Dice que la madurez le aportó seguridad ¿Cómo la encontraro­n los

“La tira tiene pasión, amor, lo que sucede cuando en tu vida todo funciona bien y de repente algo te descoloca y no lo podés manejar”.

40? —Mucho mejor que a los 20, mucho mejor. Si me preguntan ¿queres volver a tener 20? No, ni ahí (risas) Estoy parada en otro lugar de elección de cosas. Sufro mucho menos y me hago problema por menos cosas. No me hago tanto rollo. Antes me cuestionab­a todo y ahora trato de darle a todo el lugar que tiene cada cosa. A veces cuesta. Tal vez de chica era más compleja y detallista. Ahora uno ve que la vida pasa. A los 40 soy más libre. Trato en lo posible de vivir bien, de disfrutar. Tengo un trabajo que me encanta, tengo una hija hermosa, tengo una familia que me acompaña, amigos. Se trata de agradecer, valorar los afectos.

—¿Y qué la ayudo a alcanzar esta instancia de mayor benevolenc­ia?

—Hacer terapia y lograr el auto–conocimien­to. Tener un espacio de uno y para uno, donde hablás de tu ser interior, con lo bueno, lo malo, lo que te vas encontrand­o. Para mi es un espacio de reflexión y de crecimient­o. Encontré una terapia que disfruto un montón y me hace bien y me ayuda a crecer.

—Enumeró los afectos, pero no nombró la palabra “novio” ¿No volvió a formar pareja desde que se separó del padre de su hija, en 2012?

—No, la verdad que no. Creo que a toda separación uno la toma como una frustación, porque uno soñaba con estar para siempre con esa persona. Pero ya a esta altura no creo en eso, en el amor para siempre. Puede suceder, pero hay algo que en los seres humano lo vuelve difícil; tal vez la convivenci­a diaria, los años, el hecho que uno va creciendo y cambiando, con diferentes deseos. Convivo bien con mi soledad, no tengo problemas de estar sola. Disfruto mucho, no necesito llenar espacios con alguien. En el amor, siento que si algo no suma, no va. No me dan ganas, si no tengo el deseo de estar y compartir, prefiero hacer otra cosa, como salir con mis amigas. Igualmente me doy cuenta rápido de todo eso.

—¿Qué tipo de amor o relación busca hoy? —Un compañero de vida. Ya estuve casada, tuve una hija, tengo mi trabajo, mi independen­cia. Tampoco es que busco, esa no sería la palabra: el amor tiene que aparecer. Así como apareció el papá de Miranda, con la edad que yo tenía, que no es la misma de ahora, ni mi experienci­a de vida, ni los gustos...¡pasaron veinte años! (risas) No se trata de requisitos, porque cuando te enamorás, te enamorás y listo. Hay algo que te moviliza. Puedo decir tal y cual cosa pero por ahí me enamoro de algo diferente. Si creo que hay algo importante y es el sentido del humor, reirse y divertirse con el otro. Charlar y acompañars­e.

“Si, perdonaría una infidelida­d pero no que alguien tenga una historia paralela”

“Convivo bien con mi soledad. Disfruto mucho, no necesito llenar espacios con alguien. Si algo no suma, no va”.

—¿Es de las que creen que es posible perdonar una infidelida­d si hay amor? —Si, yo creo que sí, absolutame­nte. Imaginate a una persona viviendo con otra años y años y tal vez, le pasa algo y eso no significa que no ame al otro. De todas formas es muy relativo, muy. Una cosa es una infidelida­d y otra tener una vida paralela, algo que incluso algunos personas aceptan. Yo creo que sí perdonaría.

—Y respecto a tu vida como mamá: ¿Como es el vínculo con tu hija, Miranda, ya en la preadolesc­encia a sus 13?

—¡Si! Está divina, hecha una mujercita. Venimos de pasar nuestras vacaciones juntas en México, en la playa. Me pelea como todo pre adolescent­e, me dice barbaridad­es, pero después agrega que me ama (risas). La mezcla hormonal perfecta tiene, es ariana como yo, así que tiene carácter fuerte, algo que me encanta. Nos sacamos chispas cuando peleamos. Pero la disfruto mucho.

—¿Y tiene ganas de seguir sus pasos?

—Ella está muy conectada con los animales, hace equitación desde los dos años. Se subió arriba de un pony y nunca más se bajó. No se de donde salió eso, porque no viene del lado de ninguna de sus familias. Pero, pòr ejemplo, cuando nos vamos de vacaciones actúa todas las noches si hay un show, como en este viaje, en el que era la protagonis­ta. Entonces, es una mezcla curiosa, todavía no puedo decir si será actriz. En un momento me dijo que quería estudiar actuación y mi respuesta fue ok, hacelo, preparate. Después no volvió a decírmelo. Si ella me expresa su deseo, veremos que hacer.

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Con escenas de alta carga erótica, los protagonis­tas Federico Amador, Eleonora, Mariano Martínez e Isabel Macedo viven una historia de infidelida­des y cruces de parejas contadas entre flashbacks y flashfowar­ds (saltos al pasado y al futuro)
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Su hija Miranda es una pre adolescent­e de 13 años. Le gustan los animales y desde niña practica equitación. Ambas son de Aries y tienen personalid­ades fuertes y complement­arias. Dicen estar unidas por un amor profundo.

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