“SOY UN CARTONERO DELUXE”
PABLO RAMIREZ: COLECCIONISTA VINTAGE
Por una estrecha pero luminosa ventana de un taller mecánico de barrio se puede apreciar un grupo de niños jugando al aire libre. Ríen, se divierten y celebran el día soleado. Desde el mismo ángulo, pero del lado de adentro, alguien los observa. Aunque su atención está dispersa. Con lápiz y borrador en mano, dirige la mirada a una hoja de papel, donde esboza desde los más excéntricos y elegantes diseños hasta imponentes figuras escenográficas de sus películas predilectas. Siempre lo supo. Afamado en el mercado internacional, el diseñador y emperador de la moda en negro, Pablo Ramírez (44), revive con CARAS los primeros pasos que lo condujeron por el camino del éxito. “Lo único que me gustaba era leer, dibujar y mirar cine. De chico me pasaba horas dibujando en el negocio de mi papá, ‘Coco’, mientras él trabajaba. Me abstraía de absolutamente todo y lo disfrutaba, aunque mis padres preferían que estuviese jugando al aire libre. Cuando fui creciendo ya le elegía la ropa a mi mamá en las boutiques, la asesoraba a mi hermana y diseñaba los vestuarios para los actos escolares”, rememora el oriundo de Navarro con tintes de nostalgia. Y apelando a la memoria selectiva recuerda una anécdota que atesora: “Estaba en sala de 3 y era mi primer día de jardín. En ese entonces ya dibujaba. Un día mi maestra se detuvo a mirar lo que hacía y me dijo: “Pablito, las macetas no van en la cabeza”, y le respondí que era un sombrero. Ese fue mi primer dibujo”.
Sinónimo de elegancia, austeridad y sobriedad en sus creaciones, desde hace más de dos décadas su sello “total black” cautiva en las grandes capitales de la moda, haciendo gala de la simpleza y el rigor de las líneas en su estado más