AZNAVOUR VOLVIO Y CANTO CON SU HIJA
A LOS 92 AÑOS, UNA LEYENDA VIVA EN BUENOS AIRES
Traje negro, tiradores rojos a tono con sus medias y el encanto eterno, ese que enamoró y aún enamora a miles de fans de todo el mundo. De pie sobre el escenario y a un paso del siglo de vida, el eterno Charles Aznavour se burla del paso del tiempo: “Tengo 92 años, no escucho bien, no veo bien, pero acá estoy para cantarles”. En su visita a la Argentina (sospechada de ser la última, así como lo fueron las anteriores), el creador de la frase “El show debe continuar” demostró sobre el escenario del Gran Rex que su arte sigue tan vital como siempre. Porque Aznavour no es sólo una voz, sino un todo que enamora: desde un paso de baile, un swing o un comentario cómplice, que tiene el don de conquistar: “Ustedes son un público amigo ya. Nos conocimos hace mucho. Me permito todo con ustedes”, confiesa la leyenda, que inició su repertorio con “Les émigrants” y dejó para el final sus clásicos “She”, “Hier encore”, “Quién”, “Comme ils disent”, “Les deux guitarres”, “Venecia sin ti”, “La bohème” y “Emmenez-moi”. Cantó un total de 23 canciones, entre las que se destacó una muy especial para él: “Je voyage”, que cantó con su hija y corista, Katia Aznavour (48). Fueron casi dos horas que dejaron en claro de qué se trata la chanson française, el estilo musical donde la poesía es tan protagonista como la melodía.
Francés de ascendencia armenia, Aznavour fue descubierto por la recordada Édith Piaf y como embajador de la canción francesa vendió más de 100 millones de discos, además de haber sido el compositor de temas reversionados por Elton John, Sting, Bob Dylan, Julio Iglesias, Liza Minnelli, Ray Charles y Elvis Costello.