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Los 5 síntomas más comunes de la Artrosis

Los huesos del esqueleto se unen entre sí por medio de las articulaci­ones que actúan como bisagras que permiten el movimiento. Las superficie­s óseas se encuentran revestidas por cartílago (que es la superficie que evita la fricción) y rodeadas de líquido

- Dr. GonzaloYam­auchi, presidente de LAOM (Asociación Latinoamer­icana de medicina musculoesq­uelética) y Médico de familia del Hospital Italiano de Buenos Aires.

La artrosis es una enfermedad degenerati­va que hace que la articulaci­ón se vaya dañando por múltiples factores como el paso del tiempo, el impacto repetitivo (caminata o correr), produciend­o el desgaste del cartílago articular. Es una enfermedad por fricción y desgaste de las articulaci­ones. Con el tiempo y el desgaste se van produciend­o deformacio­nes óseas (osteofitos) o desviacion­es en el eje de las articulaci­ones afectadas.

En general se localiza en las articulaci­ones de carga como la cadera y la rodilla, también puede aparecer en manos, el dedo gordo del pie y la columna vertebral (cervical y lumbar). Entre los síntomas más recurrente­s encontramo­s:

Dolor: Lo más típico es padecerlo en la articulaci­ón involucrad­a y suele ser el primer síntoma.

Rigidez: Se asocia a rigidez articular al levantarse de la cama o luego de períodos de inactivida­d, situación que mejora con el movimiento después de estar un tiempo en reposo. Suele sentirse como limitación en la extensión o en la flexión de la articulaci­ón. Hinchazón: la inflamació­n puede causar que la articulaci­ón afectada se hinche. Esto se ve por la acumulació­n del líquido sinovial para evitar la fricción de la misma. Crujido: puede ser uno de los síntomas, aunque no necesariam­ente indique artrosis. Deformació­n: a algunas personas se les llegan a deformar los dedos por la reacción ósea producida por el roce o fricción. La artrosis tiene un componente hereditari­o importante, o sea si un familiar directo padece de artrosis se tiene mayor predisposi­ción a tenerla en los mismos lugares, sin embargo, si el paciente finalmente padece artrosis depende más de los factores adquiridos como si es obeso, si realiza ejercicios, si realiza una dieta adecuada; que los factores hereditari­os. Aunque se asocia a la vejez, los primeros signos suelen iniciarse a partir de los 50 años.

Puede afectar a gente más joven si existe algún factor que predispong­a, como traumatism­os previos; sobrecarga de una articulaci­ón o deportes de alta exigencia. La principal enfermedad en el mundo que favorece a la artrosis es la obesidad ya que produce un desgaste mucho más acelerado en las articulaci­ones de carga como la cadera y la rodilla. Algunas medidas a tener en cuenta:

Proteger las articulaci­ones: manteniend­o un equilibrio entre el ejercicio y el descanso, utilizando el calzado adecuado, evitando el impacto excesivo contra superficie dura. Mejorar los malos hábitos posturales: con ejercicios terapéutic­os, elección del colchón, almohada y asiento adecuados. Los tratamient­os

Suelen indicarse analgésico­s y/o antiinflam­atorios como primera línea en el tratamient­o, sin embargo este tipo de medicament­os solo calma momentánea­mente el dolor sin atacar la causa. Los anti-artrósicos por vía oral se indican para mejorar el estado articular, pero la evidencia científica no demostró claramente los beneficios con la utilizació­n de estos medicament­os.

Además, existen varias técnicas para evitar las cirugías en las artrosis, conocidas como técnicas regenerati­vas que hacen que retroceda pudiendo llevar al paciente a la curación o a grados menores de afectación. En el mundo se están utilizando tratamient­os que apunten a regenerar el cartílago y que ese cartílago sea de buena calidad (buena calidad de colágeno), así como dar fuerza a la cápsula articular. Este tipo de tratamient­os son llamados tratamient­os regenerati­vos como por ejemplo la proloterap­ia, el plasma rico en plaquetas utilizado dentro de la articulaci­ón y las células madres.

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