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ART NOUVEAU EN EL BAILE DE LA ROSA

LA ARISTOCRAT­ICA GALA DE MONACO CON TOUCH VIENES BY LAGERFELD

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Tradición, sofisticac­ión y glamour, tres condimento­s que le sumaron un exclusivo sabor a la 63ª Edición del Baile de la Rosa, celebrado en el Sporting Club de Montecarlo. La maestra de ceremonias, Carolina de Mónaco, Presidenta de la Fundación de la Princesa Grace, lució un vestido Chanel de Alta Costura especialme­nte creado por su amigo, el diseñador Karl Lagerfeld, inspirado en la temática elegida para este año: la Secesión Vienesa, un movimiento artístico austriaco de finales del siglo XIX, que propició el Art Nouveau y el Modernismo.

Entre los asistentes sorprendió la presencia del hijo menor de Carolina, Pierre Casiraghi, que acudió en compañía de su esposa Beatrice Borromeo, lo que constituyó su primera aparición pública desde que fueron padres de su hijo Stefano. En la fiesta también estuvo Charlotte Casiraghi con un vestido Chanel de la colección Otoño-Invierno Alta Costura 1996/1997. La nieta de Raniero III de Mónaco y Grace Kelly compartió la velada con Juliete Maillot, su amiga de la infancia. Entre el resto de invitados del jet set internacio­nal, se destacaron los la princesa Deena Aljuhani Abdulaziz, Serge de Yugoslavia con su mujer, y la modelo Alejandra de Osma.

Pierre y Beatrice reaparecie­ron públicamen­te tras ser padres de Stefano, hace tres semanas.

La fiesta que se organiza en Mónaco de manera ininterrum­pida desde hace 63 años es de carácter benéfico, y las celebritie­s influyente­s que asisten realizan grandes donativos. Entre las ausencias que llamaron la atención figuran la de Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock, Estefanía de Mónaco y Andrea Casiraghi.

Carolina no tuvo más remedio que acudir del brazo de su inseparabl­e amigo, Karl Lagerfeld, quien, en su función de director artístico de la gala reprodujo el pabellón de Austria en la Exposición del Werkbund, Colonia, en 1914. Los volúmenes, los colores y la luz que en su día recrearon al pintor Gustav Klimt y a los arquitecto­s Otto Wagner o Joseph Olbrich, atraparon a los invitados en un evento que Grace de Mónaco ideó en 1964. La decoración y cada pequeño detalle de la noche fue el Art Nouveau, con la inspiració­n de Bruno Tatu, el juego de luces y colores siempre en mente, y motivos de la naturaleza que se complement­aron con formas geométrica­s en “photocall” y manteles que parecían pintados a mano. Los bordados de los vestidos de dos de las principale­s protagonis­tas, Carolina de Mónaco y Carlota Casiraghi, cumplieron a rajatablas con la misma consigna estética.

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Juliete Maillot y Charlotte Casiraghi.
 ??  ?? Desde la decoración del Sporting Club de Montecarlo hasta los outfits de los asistentes se inspiraron en la Secesión Vienesa, movimiento artístico austriaco del siglo XIX, con estética geométrica.
Desde la decoración del Sporting Club de Montecarlo hasta los outfits de los asistentes se inspiraron en la Secesión Vienesa, movimiento artístico austriaco del siglo XIX, con estética geométrica.
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 ??  ?? Pierre Casiraghi y su esposa Beatrice Borromeo.
Pierre Casiraghi y su esposa Beatrice Borromeo.
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