AÑO NUEVO
Piscis al frente
En la profundidad de Piscis hay un océano de sensibilidad, la aguas primordiales en las que está disuelta la potencialidad de todo lo que existe y palpita el inicio de lo porvenir. Pero esas aguas también son las que se nutren de la materia que se licua y que, como los ríos, vuelve al mar. Esta característica se refuerza por ser el último signo del Zodíaco, en él están todas las formas anteriores en un magma líquido del que también saldrá una nueva ronda de manifestaciones. Portar esta sensibilidad no siempre es fácil en un mundo que acecha y angustia, por eso los nacidos bajo el Sol pisciano suelen vestir una máscara de insensibilidad para protegerse. Así como los peces pueden transitar las aguas más oscuras y salir a la superficie en aguas cristalinas y llenas de luz, en esa marea se mueven estos especímenes compasivos, fantasiosos, enormemente creativos y de una percepción deslumbrante. El mundo de la forma representa su mayor desafío y la batalla que deben librar para estar tranquilos.