“HEREDAMOS EL HUMOR DE ELLOS”
“IMA” RODRIGUEZ Y JUAN MANUEL ARTAZA: HIJOS DE NITO Y MIGUEL
Se cierra el telón y los aplausos inundan la sala. Está oscuro y las luces ya no encandilan. En un rincón, sobre el costado del escenario entre la utilería montada para el espectáculo y el vestuario, un niño espera a su padre con una sonrisa dibujada en el rostro. Si algo tienen en común Imanol Rodríguez (21) y Juan Manuel Artaza (29), hijos de Miguel Ángel Rodríguez (56) y Nito Artaza (57), es que además de criarse tras bambalinas y en los pasillos de los estudios de TV, comparten la vocación.“Siempre me gustó actuar aunque lo negaba por prejuicio. Un día vi a mi hermana Sabrina en el escenario y supe que era lo que quería”, se sincera Juan Manuel. A su lado, Imanol recuerda con alegría las jornadas en los sets de TV mientras acompañaba a Miguel Ángel. “Seguía al director a todos lado y preguntaba todo. Con 12 años actuar en las muestras del colegio era como estar en Broadway para mí”, confiesa.
Orgullosos, tras la incorporación de sus hijos en el nuevo elenco de “Chicos Católicos, Apostólicos y Romanos”, los capocómicos compartieron su emoción con CARAS. “Me sorprendió gratamente verlo en su primera obra. Fue un encuentro de sentimientos y sensaciones muy extrañas”, explica Rodríguez y Nito completa: “Lo vi hacer drama y comedia en otros espectáculos. Siempre tuvo ángel y talento”.
En el marco de una distendida tarde de “padres e hijos”, entre carcajadas y desopilantes anéc-
dotas, los histriónicos jóvenes —que se presentan jueves, viernes y domingos en el “Teatro La Casona” — evidenciaron la complicidad que los une. “Heredamos el humor de nuestros padres. Yo tengo el humor de la puteada fácil y “Juanma” la picardía de no poder hablar nunca en serio. Lo único que no tengo como mi viejo es la capacidad de contar chistes. ¡Soy un desastre!”, asegura “Ima”. Al mismo tiempo que reconocen en sus herederos ciertos gestos o similitudes propias de su personalidad, los capocómicos concluyen: “Si no fueran nuestros hijos estarían en el mismo lugar en el que están, porque tienen talento, estudiaron y audicionan como cualquiera. Nadie les regaló nada”.