“MIAMI SERA COMO UNA MINI DUBAI”
ENRIQUE IGLESIAS: EL AMOR, LA MUSICA Y EL FUTURO
Desde el día en el que nació su destino estaba marcado. La fama de sus padres lo llevaría a codearse con el jet-set y el glamour de dos continentes. Un día, Enrique Iglesias (42) decidió abandonar tierra española para instalarse en Miami para terminar de conquistar el mundo. Y, desde una mansión con embarcadero propio y con un gran amor entre sus brazos lo hizo. Hoy, cuando ya transcurrieron varios años de aquella importante decisión, el cantante planifica su próxima gran presentación en la ciudad para el día 23 de Junio, cuando cantará, en una explosiva mezcla, acompañado en el escenario por Pitbull.
-Enrique, ¿Cuál siente que es su lugar en el mundo?
-Va a parecer un poco trillado pero mi lugar favorito es y será siempre sobre un escenario. Cada ciudad, cada país tiene su encanto especial. Ahora que estamos de gira por Europa cada lugar tiene algo memorable y ese encuentro con los fans es siempre único. Estocolmo, Berlin, Helsinki, Varsovia o Boloña, culturas tan distintas pero todos conectados por la fuerza de la música. Obvio que la Argentina es esa asignatura que siempre quieres repetir. Madrid es mi patria pero Miami es mi casa y el mar, mi lugar de escape. Ahora con Pitbull recorreremos de costa a costa de los Estados Unidos, comenzando en Chicago el 2 de en junio.
-¿ La música lo ayudó con su timidez?
-Definitivamente creo que sí, que la música me ayudó a vencer mi timidez. Desde mis inicios y esa primera canción que compuse, fue la manera de poder expresar mis sentimientos. Al final la música sigue siendo ese lengua-
“La música me ayudó a vencer mi gran timidez. La primera canción que compuse fue la manera que hallé para poder expresar mis sentimientos.”
je universal que no discrimina razas ni idiomas.
-¿Hacia dónde siente que va su carrera?
-Hacia donde la lleven mis fans, ellos son los pilotos de esta nave. Al mirar atrás, creo que no cambiaría nada de lo que hecho hasta ahora y debo aceptar que me siento muy afortunado de haberme rodeado de gente buena, talentosa; colegas y amigos con los que he podido reinventar mi música y al final, de eso se trata. Atreverse a hacer algo diferente, arriesgarse y apostar por nuevas tendencias musicales, nuevas colaboraciones y ritmos para sorprender a tus fans y pasarla bien.
-¿Por qué aún no ha formado una familia con hijos? ¿Es un tema pendiente la paternidad?
-Es un tema pendiente para muchos creo, pero no todos pensamos igual. Yo como estoy me siento feliz, estable. No creo que me falte nada. “My baby”, mis perros y mi escondite secreto en Los Cabos.
- ¿Cómo planifica un concierto y que hará esta vez?
-Es un trabajo de equipo. Hay que tener en cuenta si vamos a Europa, a Estados Unidos o a América Latina. El “set list” hay que ajustarlo según los mercados. A veces cantamos más en inglés, otras más en español pero lo importante es que siempre sea un fiesta. Ahora con Pitbull nos vamos de gira nuevamente y también los chicos de “CNCO... Dale!”
- ¿Cómo afectan la vida de un músico las redes sociales? ¿Le preocupa lo que dicen de Ud.? ¿Las sigue?
-Las redes son un fenómeno global; comunicación instantánea. Es una herramienta muy valiosa para nosotros que estamos en el negocio de la música y, como todo, hay que tener conciencia con los mensajes. Es bonito poder compartir un poquito de lo que vivimos en directo en cada país, las fans lo aprecian y eso es lo que vale.
-¿Cómo es la conexión con los fans? -Los fans son el motor que nos mueve. La conexión es constante arriba y abajo del escenario. Ese contacto no lo perdería por nada, ellos son los que nos inspiran a seguir haciendo música y nuevos encuentros.
-¿Cuáles son sus rincones preferidos en Miami?
-Mi sofá, mi patio, los paseos en bote y las cenas en “Tatel”.
-¿ Cómo ve el crecimiento de la ciudad?
-Miami se está convirtiendo en una mini Dubai. Es una gran ciudad y en los últimos 10 años se ha transformado totalmente. Me gusta que es una ciudad joven que destaca, que da oportunidad a los latinos de todo el mundo... Al paso que va Brickell es como un Manhattan en miniatura.