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“SOMOS TRES GENERACION­ES DE LOCOS DIVERTIDOS”

NICOLAS CUÑO JUNTO A SU PADRE Y SU HIJO

- Por Leticia Pomo

Además de compartir el apellido, las tres generacion­es Cuño tienen un común denominado­r: el amor infinito que se transmite en las miradas y también en la capacidad de poder ponerlo en palabras y actitudes. Rafael (71), el padre de Nicolás (47), creador de la reconocida marca Key Biscayne, fue el precursor en el rubro de indumentar­ia y quien le transmitió a su hijo la pasión por la creativida­d y el diseño. “Tenía veintitrés años cuando nació Nico.Era un bebé hermoso. Chiquitito y muy rubio. Se pasaba el día jugando a la pelota”, recuerda emocionado.

Cuando llegó la adolescenc­ia también apareció la rebeldía propia de la edad. “En la escuela era un desastre y tuve que hacer un tour por varias escuelas”, recuerda Nico mientras Rafael lo escucha atento, su mirada parece revivir aquellos momentos de la vida de su amado hijo y de su paso por la moda:“Yo comencé diseñando indumentar­ia para niños. La marca se llamaba `Sugar Bowl´. Esa pasión se la transmití a mi hijo y hoy estoy orgulloso de ser el padre del mejor diseñador de la Argentina y no porque lo diga yo sino porque lo leí en todos los diarios”, cuenta con indisimula­ble orgullo y concluye: “Es un hijo muy amado”.

Rafael fue un padre compinche, aventurero, muy presente y que tenía el plus de proponer juegos originales y divertidos. “Las vacaciones en Punta del Este eran maravillos­as. Los días que llovía a cántaros nos subíamos al Mehari, una especie de jeep de plástico anaranjado, y nos íbamos todos a donde se juntan las playas La Brava y La Mansa, porque en ese lugar ´secreto´ se armaban olas inmensas y nos empapábamo­s. Era divertidís­imo y mi mamá permitía que las locuras las haga él. Papá siempre fue genial”, acota Nico con ternura al recordar esos momentos. “Otro momento maravillos­o era la hora de ir a bañarse. Papá le ponía el tapón al Jeep, lo llenábamos de agua y nos bañábamos ahí adentro

del auto. El era muy cómplice y divertido y yo quisiera repetir esas aventuras con mi hijo”, Nicolás apenas puede terminar la acnédota porque la voz se le entrecorta con las carcajadas que le produce ese recuerdo.

“Pasamos momentos inolvidabl­es. Mi papá era la gran atracción de la playa porque hacía autos con la arena que parecían de verdad. Se fijaba en cada detalle y todos se acercaban a ver sus obras de arte. Nunca vi algo tan perfecto. Aprendí mucho de él y aún sigo aprendiend­o. Cuando tenía dieciséis años, comencé en el rubro textil y él me enseñó a armar costos. Me transmitió el don de la responsabi­lidad” cuenta Nico. Dice que siente que a medida que pasan los años, se parece más a él.“Tenemos el mismo caminar, los gestos, la forma de ser y si bien yo soy más tranquilo, cuando hay que sacar a relucir el carácter, somos muy aguerridos. Y mi hijo, Gael, aunque todavía es muy chiquito, está a punto de cumplir 2 años, también pinta que va a ser así”, continúa.

Nicolás observa cómo su padre levanta al pequeño a upa, alimentand­o esa relación abuelo-nieto y gozando de ese maravillos­o instante que les brinda la vida. “Me emociona el vínculo con su abuelo. Es increíble cómo Gael lo busca para jugar. Y para mí es un privilegio tener a mi papá vivo, y que mi hijo pueda disfrutar de su abuelo. Es un regalo de la vida que valoro mucho porque yo con mi abuelo también tuve una relación muy fuerte. Fue muy influyente en mí. Para bien”, relata. Entre ellos hay una química especial, incluso aseguran que abuelo y nieto tienen un gran parecido físico y sobre todo la misma mirada. “Gael se parece más a mi papá que a mí”, dice Nicolás. Orgulloso de su hijo, don Rafael recuerda que les encantaba salir los días de lluvia a mojarse y llenarse de esa maravillos­a energía que les brindaba la naturaleza y Nico, ante cada frase de su padre asegura que su deseo es ser así con su hijo, y por lo tanto tiene muy en cuenta los momentos que su padre le dedicó tan llenos de amor. “Al igual que como hicieron mis padres conmigo, yo también juego mucho con Gael. En mi casa siempre se escuchaba música y eso influyó para que yo hoy tenga mi propia banda ‘Los Echeverría’. También jugaba a la pelota y eso lo repito con mi hijo. El deporte era mi cable a tierra y si bien me apasionaba el fútbol, me dediqué profesiona­lmente al vóley y mi papá estuvo siempre a mi lado. Iba a verme a todos los partidos”, recuerda.

Hoy, Don Rafael ya no tiene la fuerza física que años atrás pero su hijo lo acompaña en la palabra y en el andar. “Es un proceso de adaptación. Pero hoy disfruto todo lo que puedo a su lado. A veces la vida presenta adversidad­es y uno tiene que aprender a convivir con eso”, dice el instructor de “El Arte de Vivir“y agrega: “Me hace muy bien meditar, y aprender a aceptar momentos y situacione­s. Pero no estoy solo. Tengo gente que me ayuda como mis maestros, mis coaches, psicólogos, amigos. Y a mi viejo también lo llevé a hacer

“Viví mi vida rodeado de amor, música y diversión. Mi padre es mi maestro”

el curso de El Arte de Vivir, y le vino bárbaro porque le enseñó a respirar y a bajar su ansiedad, que en él es muy importante”. También el pequeño, desde que nació, está inmerso en ese mundo de paz y armonía espiritual al que sus padres lo incorporar­on desde antes de nacer. “Meditamos juntos y él como todos los niños, tiene los mantras incorporad­os. Gael es un ser muy especial. Tiene la locura divertida de toda la familia. Es un nene suelto, divertido, y siempre está contento. Pero a veces se empaca. Se te planta y de ahí no lo movés. En eso es igual a mi papá”.

Nicolás tiene un bagaje de historias y anécdotas de su familia, y la satisfacci­ón que siente por lo que le dieron y por lo que le están dando, no le es indiferent­e y lo grita a los cuatro vientos. “Tengo un gran valor en mi familia. Con ellos aprendí lo que es el amor, lo que es cuidarse y apoyarse. Estar unidos y ese amor te estimula. Sin mi papá y mi mamá no hubiera logrado nada”, afirma convencido: “Ellos me dieron la fuerza que te empuja para hacer cualquier cosa y ese mismo modelo de familia es el que yo estoy llevando adelante con mi mujer (Giselle Kañevsky). Tuvieron la gran capacidad de armar una familia hermosa y ese es el legado más grande que me dieron. Ahora mi expectativ­a es potenciar lo bueno de ellos porque de verdad, mis viejos fueron y son genios los dos. La base siempre fue el amor. Mucho amor”. Con un profundo sentimient­o también asegura que, como ellos, le gustaría tener cuatro hijos y concluye: “Sé que como papá me puedo equivocar pero todo lo que haga siempre será con amor y aunque parezca una frase demasiado escuchada, es una gran verdad: Nadie te enseña a ser padre”.

 ??  ?? Rafael se inició en el rubro textil con su línea de ropa para niños “Sugar Bowl” y le transmitió los conocimien­tos a su hijo Nicolás quien potenció su creativida­d logrando excelencia con su marca lider: Key Biscayne.
Rafael se inició en el rubro textil con su línea de ropa para niños “Sugar Bowl” y le transmitió los conocimien­tos a su hijo Nicolás quien potenció su creativida­d logrando excelencia con su marca lider: Key Biscayne.
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“Mis viejos tuvieron la capacidad de armar una familia hermosa y ese es el mejor legado que recibí de ellos”. Nicolás asegura que su hijo es ser muy especial y que heredó la locura divertida de toda la familia pero cuando se empaca no hay forma de...
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