“AMADO MIO”: UN CONCIERTO TEATRAL QUE RECUPERA LO ESENCIAL DEL AMOR
VALERIA AMBROSIO RECURRE A IMAGENES PERFORMATICAS CON AROMA ITALIANO
El amor, el verdadero, el profundo, el que no sabe ni quiere mezquindades, no es lineal y recorre aristas de infinita creatividad emocional. Ese amor, el que nos desvela, erotiza y nos une para celebrar el romanticismo, tiene entrañas y se inyecta en la sangre a través de fantasías que se concretan con la cercanía de una caricia, un beso a tiempo o con ese llamado telefónico que llega en el momento preciso. En una mezcla de concierto y teatralidad musical, la directora Valeria Ambrosio – reconocida por sus excelentes trabajos en el género- recurrió a las canciones italianas más emblemáticas de los años 60 - “Lontano Daggli Ochhi”, “La Piu Bella del Mondo” “Gira L'Amore”, “Come Prima”, entre otras – para articular cierta nostalgia por lo perdido en el intento de recuperar lo esencial de todo vínculo: la comunicación. El nivel de actuación es parejo y tanto Nacho Pérez Cortés, Esteban Masturini y Emmanuel Robredo Ortiz, quienes llevan sobre sus hombros las imágenes performáticas, saben explotar su histrionismo y se imponen vocalmente con una fonética precisa que denota la viseralidad itálica. Flor Benitez – una cantante que ya se ganó un lugar destacado dentro de la comedia musical- vuelve a irrumpir con la potencia de su voz como la única imagen femenina de un trío masculino que la coloca como un exótico depósito de fantasías. El narrador de estas historias que fluyen y navegan sobre mares de lavas volcánicas es el reconocido actor y coach Willy Lemos quien sabe y conoce, como nadie, los laberintos del discurso sensorial. Su sensibilidad traspasa los límites académicos y atrapa al espectador con sus matices ambiguos y su mirada masculina. Una banda en el “Maipo Kabaret” nos invita a ingresar a un universo de pasiones tan intensas como misteriosas: Matias Chapiro ( Piano y Melódica), Juan Sak (Flauta y Saxo Tenor) y Adrián Speziale (Violoncello y Contrabajo) completan el rompecabezas narcisista de una puesta que atrae ,por su irreverencia, el lado más lúdico del amor. De eso se trata, de volver a las fuentes – así como lo hizo su creadora, quien en el año 2003 dirigió “Mina, Che Cosa Sei?”con Elena Roger como protagonista- y redescubrir el valor de una palabra escrita, lejos de la hipervisibilidad de la tecnología actual, entendiendo que si hablamos de amor, de ese “Amado Mio”, con aroma a tuco dominguero, inevitablemente, cantamos en italiano.