“CONSTRUIR UNA FAMILIA ES MI SUEÑO PENDIENTE”
SIDNEY SAMPAIO, INTIMAS CONFESIONES CON CARAS
Sorprende escucharlo manejar con tanta naturalidad el castellano sin la ayuda de un traductor, en especial porque tan sólo en abril pasado, cuando estuvo de visita en la Argentina, Sidney Sampaio (36) reconocía no hablar ni una palabra en español. Pero luego de tomar intensivas clases del idioma, por deseo propio, el protagonista de “Josué y la Tierra Prometida”, la ficción que enciende el rating desde la pantalla de Telefé, vuelve a demostrar esa capacidad que tan bien lo describe; la de querer superar cada obstáculo, con persistencia y trabajo.
“Siempre me lo paso bien aquí, pero el tiempo es corto. Llegué ayer, tuve un par de compromisos y hoy ya tengo que volver. Pero voy a regresar muy pronto, con más tiempo, y la idea es conocer más lugares y personas. Me gustaría recorrer mucho más del país, por ejemplo, el sur argentino. También me interesa la parte cultural, de hecho me encantaría ir al teatro, además de visitar galerías de arte”, cuenta el actor brasileño que conquistó al público argentino y cuyo protagonismo en la novela bíblica de “TV Record” continuó el suceso que tuvo “Moisés y los Diez Mandamientos”. Sentado a la mesa del restó del hotel palermitano en el que volvió a hospedarse en esta nueva visita, Sidney, de hablar pausado, acompaña cada frase con una sonrisa.
“Estoy viviendo un momento muy especial de mi vida. Es algo tremendo lo que sucede con la novela; jamás lo hubiera imaginado. Entonces es muy grato vivir esta experiencia y por eso intento retribuirle al universo. Me emociono cuando miro hacia atrás y veo el camino que recorrí, con todas las dificultades y desafíos y después de pasar ese período complicado que viví, tres años atrás. Me siento muy agradecido”, afirma Sidney, quien nació en Lucelia, un municipio del estado de San Pablo donde dio sus primeros pasos como modelo. De
madre peluquera y padre vendedor de autos, admite que su belleza le abrió puertas y que cuando a los 18 se mudó a Río de Janeiro —aún vive en el barrio de Copacabana— su plan B era estudiar Medicina, carrera con la que aún fantasea. Pero no todo fue tan fácil en la vida de Sampaio. Después de iniciar su carrera como actor y de lograr más de veinte roles secundarios en ficciones de TV, se sentía estancado. Su contrato con otro canal ya finalizaba, estaba saliendo de una relación y también, cuentan, de una depresión. La llegada de “Josué” a su vida, sin embargo, lo cambiaría todo.
“Ahora estoy con el proyecto de una próxima telenovela de “Record”, que se llamará “Apocalipsis”. Las grabaciones creo que se iniciarán en octubre, entonces estoy aprovechando el tiempo para organizar mis cosas, porque cuando grabamos es muy extensa la jornada y no hay tiempo para lo básico, como ir al médico, al dentista o ¡al gimnasio! (risas). También quiero retomar las obras de la casa que estoy construyendo en las afueras de Río, en la zona de los morros. Es momento de abocarme a mis proyectos más personales”, cuenta el actor, quien posó junto a las tapas de revistas que lo muestran en la Isla de CARAS, en Angra dos Reis, y junto a su amado hijo, Leonardo (6), fruto de la relación con su ex esposa, la asistente de dirección Juliana Gama.
Con un pasado como modelo y basquetbolista profesional, Sidney asegura, sin embargo, no ser esclavo de la imagen y de un extremo cuidado de su cuerpo. “No soy obsesivo; me gusta estar bien y sentirme bien. Siempre estoy abierto a lo que me exige el personaje. Si tengo que estar más delgado, me entrego a la necesidad del rol. Personalmente, me gusta estar más delgado, algo que me exige mi próximo papel. Por eso estoy controlando mi alimentación, pero no acá, en la Argentina, porque ¡es imposible con tanta carne, facturas y vinos excelentes! Pero estoy cuidándome y entrenando mucho en el gimnasio para lograrlo”, admite. Sobre cuáles son sus cables a tierra y aquello que adora hacer cuando no trabaja, dice: “Me gusta mucho estar en la playa y en contacto con la Naturaleza, con mi hijo, mis tres perros; cosas simples como ver la puesta del sol o leer un libro. Soy una persona muy tranquila”, confiesa.
“Lo que Josué me enseñó es a seguir siendo perseverante, sin que importen las dificultades. Me enseñó a confiar, a tener fe y entregarme a ella. Si verdaderamente lo hacés, todo se transforma. A mí me encontró en un momento sin energía, sin ánimo. Ya había recorrido un camino pero sentía la falta de desafíos, estaba apático, desmotivado. Entonces pensé, ¿Qué hago? ¿Dejo de actuar y hago otra cosa? Pero cuando llegó el proyecto todo volvió a iluminarse. Volví a encontrar una razón para mi trabajo y, posteriormente, a entrar en contacto con el mensaje que dejaba Josué. Mi familia es muy religiosa y yo creo en Dios pero no sigo una religión específica”, afirma Sampaio, quien se niega a creer que la posibilidad de convertirse algún día en médico sea algo perteneciente al pasado. “Es una profesión que admiro mucho. En un momento pensé en ser pediatra, porque me gustan mucho los chicos, aunque también lo relacionado con la cardiología. Tal vez la especialidad no es algo que tengo determinado, pero sí el deseo de ser médico”, dice.
La vocación de actor, reconoce Sidney, tardó en manifestarse: “Cuando estaba en el colegio había espectáculos en los que participaba y era algo que me encantaba pero no creía que eso podía convertirse en una profesión. No era algo que me llamara la atención. Demoré mucho en pensar y sentir que podía serlo. Es muy difícil vivir del arte en Brasil. Y después está el confiar en el futuro de la profesión, algo que tardó en aparecer. Y también me sucedió el sentir el peso de ser un galán, porque tal vez hubo mucho trabajo bien pagado pero poco estimulante. Entonces, como la pasión por la medicina era algo persistente, la verdad es que muchas veces pensé en cambiar el rumbo, en especial en los momentos en los que