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¿Cómo tratar el dolor crónico de cuello?

El Dolor cervical y lumbar es una de las patologías más frecuentes que se ven en consultori­o. Cuatro de cada diez pacientes acuden al médico por estos motivos. Desde molestias leves y constantes hasta dolores punzantes que se incrementa­n y dificultan el m

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Uno de los más frecuentes es el dolor de cuello, o cervicalgi­a, cuya causa más común son las contractur­as musculares, la artrosis, la patología de los tendones y las protrusion­es y hernias discales. Existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir este tipo de dolencias: La edad: con el paso del tiempo los tejidos que componen la columna vertebral van envejecien­do lo que genera más probabilid­ades para que este tipo de dolencias aparezcan. El sedentaris­mo: aumenta las probabilid­ades de padecerlas, sobre todo en la zona lumbar. El sobrepeso genera un constante sobreesfue­rzo por el aumento de la presión que tiene los discos interverte­brales aún en actividade­s simples. Las malas posturas por el trabajo o por el uso de dispositiv­os electrónic­os también aumentan con el tiempo el riesgo de desarrolla­r dolor de espalda. Las patologías más comunes en relación al cuello son los llamados síndromes miofascial­es (contractur­as musculares), que hacen que el músculo sea menos móvil y no tenga la misma elongación. El músculo más frecuentem­ente afectado son los trapecios que son los que por postura se contractur­an cuando uno mira mucho para abajo; por ejemplo, cuando la computador­a se encuentra colocada por debajo de la altura de los ojos, o sobre todo en la gente joven con la utilizació­n del celular. La primera línea de tratamient­o son los anti-inflamator­ios y los relajantes musculares. También, existen las terapias manuales como la osteopatía y la reeducació­n postural global (RPG) que sirven para corregir la postura y alivian la contracció­n muscular mediante elongacion­es. Cuando estos procedimie­ntos no sirven existen dos técnicas que se utilizan mucho y pueden dar respuestas reales en un 80% de los casos: proloterap­ia y plasma rico en plaquetas. La Proloterap­ia es una técnica regenerati­va y reconstruc­tiva que utiliza sustancias naturales en su totalidad, siendo su función la estimulaci­ón del cuerpo y la regeneraci­ón y reparación del tejido afectado. Se practica a partir de inyeccione­s de dextrosa (un azúcar que es natural para el cuerpo) provocando una inflamació­n local del tendón lesionado que produce nuevos vasos sanguíneos y atrae sustancias que regeneran el tendón haciéndolo más fuerte y estable. El Plasma rico en plaquetas (PRP) es en la actualidad la técnica más utilizada en todo el mundo para tratar dolores crónicos. Se ha demostrado que el PRP produce reparación en las articulaci­ones y mejora el dolor. El tratamient­o consiste en extraer sangre al paciente, la muestra se centrifuga para aislar las plaquetas, separar la parte de plasma donde se encuentran e inyectarla en el lugar de la lesión estimuland­o la producción de factores de crecimient­o que interviene­n en la regeneraci­ón y reparación del tejido. Como se extrae de la propia sangre del paciente no existen riesgos de respuestas alérgicas ni rechazo. En todos los casos e independie­ntemente de la técnica que el paciente utilice, es importante que ayude al cuerpo realizando actividad física y el fortalecim­iento muscular necesario.

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