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Plasma, tratamient­o de la artrosis de cadera

La artrosis de cadera suele ser una patología muy frecuente a partir de cierta edad; y en la actualidad es muy común que se recurra a tratamient­os basados en cirugías o kinesiolog­ía. Esto, muchas veces resulta desalentad­or para los pacientes que la padece

- Dr. Gonzalo Yamauchi Quintian (MN 116375) Miembro del Comité de la Asociación Americana de Medicina Músculo Esquelétic­a (filial Argentina)

Síntomas de la artrosis de cadera: Los pacientes con artrosis de cadera presentan como primera manifestac­ión de su enfermedad la limitación de la movilidad, primero en la rotación del miembro y luego de la flexión. Por ejemplo, una persona con artrosis de cadera sintomátic­a presenta limitación para rotar el pie o atarse los cordones. En un estadio más avanzado de la enfermedad, se manifiesta dolor al caminar, lo que podría llevar al “rengueo” imposibili­tando una caminata normal. Existen múltiples factores para desarrolla­r artrosis de cadera como el sedentaris­mo, actividade­s que impliquen la rotación de la cadera (bailarines), la obesidad (dado que la rodilla es una de las articulaci­ones en las que mayor carga se produce), entre otros. La artrosis de cadera y el tratamient­o del dolor Es habitual que tanto médicos como pacientes consideren a la artrosis como sinónimo de dolor. Sin embargo, esta afirmación no es correcta. Una persona puede tener artrosis sin dolor, o tener dolor y que la artrosis no justifique los síntomas (por ejemplo, dolor de origen músculo-ligamentar­io). El dolor producido por la artrosis es un dolor mecánico: se manifiesta al utilizar la articulaci­ón, no se presenta en reposo y habitualme­nte va acompañado de la limitación del movimiento. Tradiciona­lmente, el tratamient­o más utilizado para la artrosis ha sido el farmacológ­ico; si bien es importante saber que esto sólo se usa para calmar los síntomas, ya que la posibilida­d de curar o detener la enfermedad es completame­nte nula. En general, se recetan analgésico­s como el paracetamo­l o antiinflam­atorios como el ibuprofeno y el diclofenac. Pero, se debe tener en cuenta que esto puede afectar el aparato digestivo del paciente. Es importante tener en cuenta que los antiinflam­atorios producen daño renal en pacientes añosos. En la actualidad, los tratamient­os más frecuentes, además del farmacológ­ico, son la kinesiolog­ía y la cirugía de cadera. Pero, en los últimos años la medicina ha encontrado nuevos caminos entre estas dos opciones. El plasma rico en plaquetas se ha comenzado a aplicar dentro de la articulaci­ón de la cadera. Para ello, se le efectúa al paciente una extracción de sangre, se toma del sector en donde se encuentran las plaquetas, y se inyectan dentro de la articulaci­ón. La efectivida­d de esta técnica depende de la habilidad del profesiona­l y de la concentrac­ión de plaquetas inyectadas. Hoy en día, es considerad­a una técnica muy segura, dado que el inyectable proviene de la misma sangre del paciente, lo que evita problemas de alergias. Asimismo, se ha demostrado que el plasma rico en plaquetas favorece el desarrollo del nuevo cartílago, disminuyen­do el grado de artrosis y el dolor. Al inyectar plaquetas se favorece naturalmen­te a la regeneraci­ón de la articulaci­ón dañada, permitiend­o al paciente recuperar su vida normal. Por esto, esta técnica se ubica entre las terapias regenerati­vas biológicas, siendo una excelente alternativ­a y mínimament­e invasiva para aquellas personas que no mejoraron con la kinesiolog­ía y por el momento no quieren operarse con un reemplazo total de cadera. Para finalizar, es importante recordar que tanto el plasma rico en plaquetas como la Proloterap­ia son técnicas muy efectivas, logrando un grado de mejoría por arriba del 80%. El 20% restante depende de la actividad física y el fortalecim­iento muscular que realice el paciente durante el tratamient­o.

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