Vacunas a los 11 años
Las niñas y niños de 11 años deben recibir las siguientes vacunas: Vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV): Previene la infección por HPV, virus que puede producir verrugas genitales cáncer de cuello uterino y cáncer en otras localizaciones (anogenital, orofaringe). Esta vacuna se incorporó al calendario nacional de vacunación en 2011, para todas las niñas nacidas a partir del año 2000 y este año, para todos los niños nacidos en el año 2006. Entre los 11 y los 14 años el esquema es de 2 dosis. Luego de los 14 años, se requieren 3 dosis para completar el esquema. En pacientes HIV positivos y trasplantados el esquema siempre debe constar de 3 dosis. Es muy importante completar todas las dosis del esquema de vacunación para que la protección que brinda la vacuna se efectiva. Vacuna antimeningocócica (ACWY): se debe aplicar una dosis de la vacuna tetravalente. Esta dosis permite prevenir la meningitis por meningococo de los serogrupos ACWY en este grupo etario y disminuye el contagio en la comunidad. dTpa: Vacuna triple bacteriana acelular. Es una dosis de refuerzo del esquema iniciado en la infancia y brinda protección contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa. Completar el esquema de las 2 dosis de triple viral (vacuna contra el sarampión, la rubeola y la paperas) Los jóvenes que no tengan el esquema completo (3 dosis) de la vacuna de hepatitis B, deben recibirla. Es fundamental que los niños y niñas de 11 años reciban las vacunas indicadas a esta edad y que completen los esquemas iniciados en la infancia para una adecuada protección frente a enfermedades que son potencialmente graves. A través de la Fundacición Vacunar —organización sin fines de lucro, creada por profesionales de la salud—se trata de acercar a la población los avances en vacunación e inmunización, con el fin de contribuir en la construcción de un futuro más saludable para todos. La idea es que la Fundación sea un ámbito científico que permita analizar permanentemente las innovaciones en el ámbito de las vacunas, y que paralelamente contribuya a la formación y actualización constante de científicos y profesionales de la salud para que las mejores prácticas disponibles puedan aplicarse a la mayor cantidad de argentinos, especialmente en los sectores más vulnerables.