El síndrome del mirador de vidrieras
Cuadruplica el riesgo de infarto. Es una enfermedad arterial periférica que padece cerca de uno de cada cinco adultos mayores y su incidencia aumenta con la edad. Quienes tienen más de cincuenta años, fuman o padecen de diabetes, presentan mayor riesgo de padecerla.
Es una enfermedad caracterizada por el desarrollo de depósitos de colesterol (placas) que paulatinamente obstruyen las arterias de los miembros inferiores hasta ocluirlas. Solamente entre el 10 y el 15% de los pacientes presenta síntomas típicos, por lo que se encuentra muy subdiagnosticada. Al estar asociada con la posibilidad de padecer eventos cardiovasculares, es fundamental detectarla precozmente: presenta el mismo riesgo relativo de muerte que el antecedente de ataque cerebrovascular (ACV) o de infarto.
Entre los pacientes que sí refieren signos, uno de los más característicos es el denominado ‘síndrome del mirador de vidrieras’: dolores intensos (tipo calambres) en las piernas que aparecen al caminar y ceden con el reposo; quienes lo padecen suelen caminar algunas cuadras y luego detenerse para descansar, por lo que da la impresión de que estuvieran paseando y mirando los locales comerciales. Por lo general, quienes padecen dolor en las piernas no lo relacionan con una patología cardiovascular, sino que aceptan el dolor como parte de las consecuencias de la edad. Por eso, este grupo de personas tiene un riesgo mayor que quienes sufren dolor de pecho, ya que estos últimos suelen consultar con el cardiólogo.
La importancia de la detección radica en que una vez que se sabe que se padece, se pueden tomar medidas para evitar los eventos cardiovasculares: es necesaria la modificación de algunos factores de riesgo, como el tabaquismo, sedentarismo, exceso de peso y alimentación poco saludable. Aquellos pacientes con enfermedad arterial periférica que se detectan, inician un tratamiento y realizan controles, logran reducir el riesgo de padecer infarto o ACV.
Entre quienes tienen más de 65 años, o más de 50 y fuman o tienen diabetes, el 29% presenta enfermedad arterial periférica. Por este motivo, a los adultos mayores que fuman o tienen riesgo cardiovascular y les duelen las piernas, o a quienes padecen diabetes, deben realizarse chequeos médicos con frecuencia.
En los pacientes que no están controlados, el pronóstico es desalentador: aumenta el riesgo de muerte y de amputación de una de sus piernas por la pérdida de vascularización. Si el paciente recibió el diagnóstico y su enfermedad se encuentra bajo control, el panorama es mucho más favorable. La magnitud de las obstrucciones es un fuerte predictor de mortalidad. A 5 años es del 25-30%, pero puede llegar a ser mayor en personas con lesiones más críticas, con dolores a mínimos esfuerzos o en reposo.
Este tema fue abordado en un simposio en el congreso de la Sociedad Argentina de Medicina (SAM). Algunas de las medidas que se pueden tomar para prevenir la aparición de las enfermedades cardiovasculares son “no fumar, hacer ejercicio, llevar una dieta saludable, controlar la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre y, si se toman medicaciones para controlar alguno de estos indicadores, se recomienda hacerlo correctamente.